Prólogo

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Bajo el oscuro manto de la noche, la luz titilante de una fogata proyectaba sombras misteriosas que danzaban en la penumbra. A un lado de la hoguera, una pareja de amantes parecía ignorar las siluetas vivientes que se formaban en la oscuridad.

.- Querida, ¿me pasas otra cerveza? — preguntó el hombre, sus palabras tambaleaban ligeramente.

La mujer entregó la cerveza con un poco de preocupación, luego habló.

.- ¿No crees que estás exagerando un poco? Se que dije que debíamos disfrutar el viaje, pero ¿no crees que es peligroso?.

El hombre río con escepticismo.

.- ¿En serio crees esas historias de "extrañas criaturas" o "sectas satánicas"? Esas solo son historias para atraer turistas.

La mujer dirigió su mirada al interior del bosque con cierta preocupación.

.- No es que lo crea pero... De todos modos, me preocupa encontrarnos con animales salvajes.

El hombre volvió a reír.

.- Con mis clases de boxeo y mi confiable navaja, sería capaz de vencer a un oso. — Habló el hombre mientras hacía una torpe guardia.

.- Ya te está afectando el alcohol, lo mejor es que nos vayamos a dormir.

El hombre se levantó y tambaleó al intentar caminar.

.- Espera, debo de ir al baño — el hombre volvió a tambalearse — tu recoge todo en lo que regreso.

.- Está bien pero no vayas tan lejos. — Habló la mujer sintiendo un mal presentimiento.

*******

(Díez minutos después)

La angustia había invadido a la mujer debido a que su esposo no regresaba. Sabiendo el estado en el que se encontraba su esposo y su imprudencia habitual, la mujer no dudaba en qué algo malo le había sucedido.

Armándose de valor y con una linterna se dispuso a salir en busca de su amado.

Tan solo le basto dar unos cuantos pasos para darse cuenta de la silueta que se acercaba a lo lejos. Era su esposo.

.- Idiota, porque tardaste tanto?. — Gritó la mujer.

El hombre no respondió.

.- Creí que no irías tan lejos pero al menos ya estás aquí. — Volvió a hablar la mujer con algo de preocupación.

El hombre ni se inmutó, solo siguió caminando.

Quizás era la falta de sus lentes la que provoca a aquel extraño efecto, su esposo parecía no mover las piernas para caminar y su cabeza estaba en una posición extraña.

.- Cariño?. — Habló la mujer apuntando su linterna en dirección al hombre.

Gracias a la tenue luz de la linterna, la mujer distinguió como algo parecía escurrir de la boca de su esposo.

Antes de que pudiera procesar lo que veía, el cuerpo del hombre fue lanzado por los aires, cayendo a escasos metros de ella. Una navaja con un distintivo mango rojo se encontraba clavada en el pecho del hombre, y su cuello estaba torcido de una manera macabra.

La mujer soltó un grito de terror mientras corría lejos del cuerpo de su esposo.

****

Atravesando el espeso bosque, el terror la inundaba. Solo podía pensar en que cosa creada por Dios podía torcer el cuello de un hombre adulto de 1.80 y arrojarlo por los aires con tanta facilidad.

En una mala jugada del destino, la mujer dio un mal movimiento cayendo de cara al suelo. Su tobillo se había doblado y quedó inmovilizada en el suelo.

Rezando para que eso solo fuera una horrible pesadilla la mujer pudo escuchar algo que parecía acercarse. El miedo se intensificó al escuchar un gruñido cercano, algo... Monstruoso.

Apuntando su linterna a su alrededor, se percató de que el sonido provenía de las copas de los árboles.

Su pulso se aceleró al enfocar la luz en una criatura esbelta de piel grisácea y con unos peculiares ojos celestes. Tan pronto la criatura se dio cuenta que había sido descubierta se abalanzó sobre la mujer y antes de que pudiera emitir un solo grito, la criatura empezó a destriparla sin piedad con sus garras monstruosas.

La sangre fue esparcida por todo el lugar, árboles, suelo y cualquier otra cosa que estuviera cerca fue salpicada.

La criatura atacaba con un frenesí constante mientras se daba un banquete con el cuerpo de la mujer y en cuestión de segundos la mujer había quedado irreconocible.

La luz de varias linternas interrumpió la cena de la criatura y quién al verse descubierta no le quedó otra opción más que escapar de la escena.

El bosque de los horrores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora