Problemas

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Tras un par de clases dónde me obligaron a presentarme otra vez por fin había llegado el receso.
Tan pronto sonó la campana, salí del salón y me dispuse a darle una vuelta a la escuela para conocer las instalaciones.

Después de un rato de explorar, me aburrí y empecé a buscar un lugar tranquilo para esperar el fin del receso. No es porque fuera un introvertido o que no quisiera conocer gente, es solo que no tuve oportunidad para hablarle a alguien y no quería meterme en un grupo ya establecido.

.- Con que aquí te escondes. — Habló alguien detrás mío.

Al girar, me di cuenta que se trataba de esos dos chicos que me hicieron cambiar de lugar en el salón. Por lo cliché de la situación es de suponer que ellos son los típicos bullys.

.- Bueno, todos necesitamos nuestro momento de privacidad, no?. — Respondí sarcásticamente.

.- Que gracioso, es de suponer que no entiendes la gravedad del asunto.

.- Oh, claro que lo entiendo, es solo que no das miedo en lo absoluto. — Respondí.

No soy de las personas que se deja intimidar con facilidad. Entiendo que podría irme mal pero no puedo permitirme ser débil.

.- Verás el miedo que podemos dar.

El sujeto más grande chasqueo los dedos y el chico de cabello ondulado corrió hacia mi.

Pese a su robusto cuerpo, logró acercarse a una velocidad impresionante para su complexión y lanzó un fuerte golpe recto hacia mí.

[Estuvo cerca].- Pensé.

Con algo de dificultad logré esquivar su ataqué y casi inmediatamente logré conectar un fuerte golpe en su estómago, pero....

.- ¡Grrrr!..... — Me quejé.

Debido a la gravedad de mis heridas y que aún no se curaban por completo, me dolió demasiado golpearlo.
El chico de cabello ondulado empezó a reír entrecortadamente.

.- Por un segundo creí que eso me iba a doler. — El chico tomo mi muñeca y la torció — Pero ya veo que solo eres un hablador.

Y con un brutal golpe hacia mi rostro logró dejarme fuera de combate.
Mi mundo empezó a dar vueltas mientras el dolor crecía y mi cuerpo caía.
El golpe contra el duro y frío suelo me hizo caer en cuenta de mis propios limites.

.- Imbécil. — Habló el chico más grande.

.- Que quieres hacer con el?.— Preguntó el chico del cabello ondulado.

.- Solo dale una lección, a partir de hoy será nuestra mascota.

El chico de cabello ondulado asintió y procedió a patear mi estómago.
La sensación de sofocación por la patada me hizo retorcerme y querer tomar aire de cualquier forma.

.- Ya no eres tan valiente, levántate y vuelve a golpearme. — Habló el chico del cabello ondulado mientras me pateaba.

No podía hacer nada para quitarmelo de encima, lo único que podía hacer era cubrir mis zonas vitales con la esperanza de no salir dañado completamente.

.- Qué mierda creen que hacen?.  — Habló una voz cerca de nosotros.

Los tres miramos con confusión a un chico de cabello negro quien se paraba firmé a unos metros de nosotros.

.- Ésto no te incumbe Antonio, largo de aquí si no quieres acabar como este imbécil. — Habló el chico de cabello ondulado mientras me daba otra patada.

.- Déjenlo en paz y váyanse de aquí, no me hagan repetirlo 2 veces. — Respondió el chico que al parecer se llamaba Antonio.

El chico de cabello ondulado se puso de pie y se acercó al otro sujeto.

.- No debe de haber problema si lo dejo medio muerto no? — Preguntó el chico de cabello ondulado.

El otro sujeto miro unos segundos a Antonio antes de hablar.

.- No creo que seas capaz de ganarle.

El chico de cabello ondulado río ante ese comentario.

.- Ya verás que puedo hacerlo incluso con una mano.

Con eso dicho, el chico de cabello ondulado se acercó de forma amenazante a Antonio.

El bosque de los horrores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora