Los dorados, después de la guerra con Loki, buscan dejar herederos. Por lo cual, eligen a los santos de bronce; pese a su negación ante ese acto, los dorados los embarazan a la fuerza. Asustados, los 5 se escapan a Asgart, donde Lifia y Hilda les da...
Dydimus, sacando fuerza de donde no tenía se esforzó por usar la técnica de Otra Dimensión, para poder escapar y recuperarse; y luego regresar a la pelea, con su hermano mayor. Desafortunadamente, su poder terminó por succionar a Aldebarán y no a Leandro, pues el malestar de mareos por la emboscada lo había dejado gravemente aturdido.
El santo dorado despertó en Asgart nuevamente, dentro del palacio de Hilda, donde una lucha de titanes en cuatro paredes llegaba al clímax.
En el palacio se desataba una pelea digna de reconocimiento. El suelo temblaba y los golpes llenaban de grietas el ambiente, mientras los dos contrincantes se negaban a perecer. Trebian y Shaka luchaban valientemente, pero, con la experiencia del Santo y su poder, Trebian no tenía mucha probabilidad de ganar. Pero eso le era irrelevante, con una valentía inquebrantable, corrió a toda velocidad con su espada, con el objetivo de clavar un golpe certero en la yugular de Shaka.
-KHAN .- Esta es una técnica defensiva. Al pronunciar esta palabra, Shaka se envuelve con un poderoso campo de energía que lo protege de cualquier ataque y, obviamente, el ataque de Trebian no surtió efecto alguno-. Te lo dije niña, ¡No puedes contra alguien de mi poder!
La lanzó fuertemente contra una pared que se agrietó, mientras ella agradecía a su fuerte armadura de haberle salvado la vida. Pero no era de dejar de lado que ese golpe le había roto una costilla y, también la pelea la había dejado malherida, no obstante, se mantenía firme como un orgulloso árbol sagrado. A punto de asesinarla, Trebian desapareció como fantasma, pronunciando algunas palabras casi inaudibles mientras con una sonrisa burlona se mofaba del santo de Virgo. Este quiso reaccionar rápido, pero fue muy tarde. La joven se esfumó y el rubio golpeó el piso con tal fuerza que se abrió una grieta en este.
Trató de buscar con su olfato a su omega, pero el olor a nieve y las potentes ráfagas de viento lo hacía una tarea imposible, incluso para Aioria le sería imposible. Gruño de enojo y comenzó a buscar a pie a su omega.
Mientras tanto, Ikki y sus dos hijos ya estaban a las afueras de Asgart.
-¡BAJADME CARAJO!¡¿ME HAN VISTO LA CARA DE INVÁLIDO O QUÉ?! .-Ikki era un padre algo cariñoso, pero bastante enojón. Lo irritaba mucho el ser considerado más débil que los demás, por lo que el haber sido cargado hasta llegar al punto de encuentro era prácticamente como si lo hubieran dicho que era muy lento para sobrevivir-.¡YA!
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-¡L-lo lamento papá! .- se disculpó la chica-. Ya llegamos.
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