CAPITULO 4

31 3 0
                                    

Rose llegó a casa de Jimin sin ninguna noticia importante, las cosas seguirían como estaban hasta ese momento, al menos hasta la mitad del próximo año, que era cuando la próxima temporada terminaba, el tiempo restante tendría que concentrarse en hacer las cosas bien y tratar de superarse a sí mismo para que siguiera en la mira de las personas importantes.

Ahora sí que era su momento de brillar más que nunca, a Jimin siempre le gusto destacar por cosas buenas, pues era ahora o nunca que debía demostrar porque estaba donde estaba a su corta edad.

★★★

El tan esperado sábado llego, el día en que Jimin iría por su única y última oportunidad, o al menos así lo veía él, tal exagerando, un poco. Rose y el mismo se habían convencido de que no muchas veces le pasaba eso, el que una chica le llamara tanto la atención era simplemente increíble, al menos después de todo lo que vivió con Irene.

Muchas chicas le parecían lindas, o simplemente llamativas, por su físico, pero Jimin sabía que debía haber mucho más que solo eso, además parecía sentir algo diferente o tal vez tenía un nuevo capricho y pues el mismo sabía que no iba a descansar o al menos no antes de haberlo intentado una última/primera vez.

Se despertó porque Rose, que aparentemente estaba en ese punto más emocionada que él, llegó casi gritando a su casa.

— ¿Estás listo para ir a buscar y conocer a tu futura esposa? —Abrió las cortinas de golpe haciendo que toda la claridad del día entrara a la habitación.

— ¿De qué hablas? ¿Por qué me despiertas así? —Hizo una pausa esperando que ella dijera algo, pero lo único que ella hizo fue abrir las ventanas para que el ruido entrara también, bueno, según ella, aire fresco -¿Qué haces? ¿No se supone que el club lo abren a las 10?

— Bueno cariño —Dijo sonando como su mamá — Son las diez treinta, y sigues dormido ¿Qué hiciste ayer en la noche? ¿A qué hora te dormiste?

— No doy explicaciones —Dijo empezando a caminar hacia el baño de su habitación.

— Te espero aquí, y apúrate, no tengo todo el día para ser ayudante de cupido.

★★★

Jimin bajo después de un rato, tenía ropa como para un día en el club, no tenía pensando entrar a nadar, o hacer algo así, solo ir y dar un vistazo, tal vez encontrar al señor que había saludado esa vez y entablar una conversación agradable que lo acercara un poco a la chica, un "plan maestro" armado por Rose, un día que no tenían nada que hacer mientras esperaban que su comida llegara a casa.

Manejo hasta el club, un lugar grande, con más instalaciones y posiblemente más de lo que pensaban, según lo que leyó su asistente en el asiento del copiloto mientras conducían, además de recordarle varias veces que era una mala idea ir por la calle sin alguien que los acompañara o protegiera si todos los amantes del fútbol se abalanzaban sobre ellos en búsqueda de fotos, autógrafos o cualquier cosa.

Entraron y desde la recepción del lugar pudieron ver las caras de sorpresa al verlo ahí, Rose estaba detrás de él, con lo que siempre llevaba a la mano, su celular, dispuesta a llamar cualquier tipo de ayuda en momento que lo necesitaran, después de hacerlos esperar un momento en la recepción, una persona llegó, al parecer un encargado, que estaba muy emocionado por verlo.

— ¿Señor Park que hace por aquí? —Estaba en lo que parecía su oficina.

— Solo pasando un rato, no pensé que había problema en entrar.

— No, claro que no lo hay, usted es bienvenido aquí cuando quiera, las instalaciones están abiertas para usted y toda su familia cuando lo desee.

— Muchas gracias.

A Pesar De Todo • Park Jimin •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora