Capitulo 4 - Un dia de dama de la corte.

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Madre, mi más sincero perdón.

Intente excusarme, pero su rostro me hizo callar.

—¿Dónde estabas? —Dijo.

—Fui a leer un momento y el tiempo pasó sin darme cuenta.

Ella me miró de cuerpo completo.

—¿El libro?

—Eh?

—El libro que estabas leyendo? —Miro mis manos y efectivamente. Había dejado mi libro en la laguna.

—Creo que lo olvide... Iré por él ahora.

—Ya no hay tiempo, enviaremos a alguien o iras después. Ya saltaste una actividad y está por iniciar otra. Apresúrate a cambiarte.

—Enseguida madre.

Corrí a las puertas de la fortaleza y subí las preciosas escaleras de talle manual en piedra y mármol.

En cuanto llegué a mi alcoba vi un cambio de vestido junto a Marie. No lo pensé y dejé que me lo colocarán junto con un nuevo conjunto de joyas.

El cabello fue lo más complicado. Entallarlo a la delicada diadema era todo un apogeo. Mas al final, la satisfacción de quedar perfecta era infinita tanto para Marie y las demás doncellas y también para mí.

—¿Marie? —me miró y continué. —El rey ha...

—Aún no, mi lady. Cuenta con el destino de su lado, mi señora.

—Que grato saber que no realice un desplante.

—Mi lady, ¿qué sortija le colocaremos? —Pregunto otra doncella al lado de unos cofres.

—La sortija Shallow —respondí. —Ya soy parte de la corte. Puedo portar mi nombre con orgulloso—. Soy la única dama Shallow de sangre dentro de casi quinientos años.

—Es muy afortunada, mi lady. —Dijo Soria, otra doncella.

—¿Por mi dinastía?

—Por eso si, y por su posición, mi lady. No todos tenemos su libertad y poder.

—Yo no le llamaría fortuna, querida. Pero gracias de igual manera. —La mire a los ojos—. ¿Aunque sabes? El destino me pudo traer el poder, pero yo decidiré que hacer con él.

—Mi lady es usted una dama muy poderosa. —Acotó Marie.

—Lo sé. —Me acerco al espejo a contemplarme. —A veces me pregunto porque se me otorga tanto... Estoy segura que hay un motivo. Nada en esta vida es una simple casualidad.

Juego con un mechón de mi cabello. La una parte de mi belleza la saqué de mi madre sin duda. Mas mis ojos son herencia de los Shallow, ese tono de púrpura y grisáceo solo se ha visto en una persona, Noor Shallow. Mi antecesora femenina.

—Es usted la dama más hermosa de la corte, mi lady. —Dice Marie.

—Estamos de acuerdo, mi lady. —Continua Soria. Y las demás asienten.

Eso es algo que ya sé. Me deslumbro todos los días al espejo. Por mas que la belleza es subjetiva, eso también lo sé. Pero negar algo inevitablemente visible. No, no soy mentirosa.

Soy bella tal vez no para todos, pero si para la mayoría de personas. Y en vez de ponerme a negarlo, lo utilizo a mi favor.

Sonaría egocéntrico de mi parte decírselos así que guardo mi primer pensamiento y lo cambio.

—Gracias queridas. Bajemos antes que mi madre suba por mí.

Me abren las puertas para mí y paso por ellas. Cuando llego al jardín veo todo cambiado y con los hombres a un lado.

Reyes | SAGA REGNA SANGUINISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora