En el firmamento, el sol se ocultaba detrás de las montañas y el sublime color naranja del atardecer se desvanecía paulatinamente, dejando detrás de él el rastro de una cálida mañana.
Dándole la bienvenida a la noche, los jadeos y la respiración entrecortada de un joven se escuchaban por todo el salón, acompañado del sonido de golpes huecos sobre la madera. En el centro de ese salón se encontraba el príncipe Oh, practicando la esgrima con una espada de madera, llevaba más de 5hrs practicando diferentes técnicas y posturas, exhausto por el arduo trabajo.
A pesar de tener la edad y la experiencia suficiente para practicar libremente con una espada real, su nuevo maestro le había obligado a entrenar desde hacía varios días con su vieja espada de madera. Corrigiendo constantemente su postura y las técnicas que le habían enseñado anteriormente.
— Mal, mal. Vuelva a repetir eso y hará 100 flexiones —reprendió su nuevo mentor.
Gotas gordas de sudor recorrían la frente de Chanwoo y se sentía extremadamente cansado. El profesor anterior no le exigía tanto y tampoco se atrevía a regañarlo, pero de repente llegó este suplente y lo hace sentir completamente inútil, "¿A caso no aquí el inútil es usted que no sabe distinguir entre lo bueno y lo malo?" se preguntó, después de haber sido regañado.
Desde los 12 años practicó la esgrima con el profesor más reconocido en el reino, pero hacía una semana que cayó misteriosamente enfermo y poco después le informaron de su deceso. Inmediatamente su madre contactó a un amigo íntimo del rey, el señor Ahn Soo Won, uno de los comerciantes y productores de té verde más importantes en la región, quien destacaba también por la habilidad de sus hijos en las artes marciales.
Cuando la reina llegó a él comentándole lo sucedido, él recomendó al mentor de sus hijos, un misterioso hombre de alto porte y bajo perfil, extremadamente hábil en el manejo de la espada.
Poco después de este acontecimiento, la reina exigió una reunión con este misterioso maestro y es así como este hombre, apellidado Han, llegó a poner los pies sobre el palacio, volteando de cabeza la cómoda vida del joven príncipe Oh.
Después de ser reprendido, Chanwoo se encargó de hacer las últimas 100 flexiones del día, colocándose una toalla limpia sobre los hombros para secar el sudor que goteaba de su cabello y recorría su frente.
Durante sus lecciones, el maestro Han se encontraba sentado perezosamente con las piernas flexionadas, observándolo en silencio. Aquella mirada que le dirigía era penetrante e inexorable, era la misma mirada que le dirigió en todo el día, tan filosa que encontraba con facilidad cada error que cometía.
El maestro Han era un hombre serio, sumamente recto y disciplinado. Su cabello suele estar recogido en un moño alto, mientras funge como entrenador, y su cuerpo siempre está cubierto por túnicas completamente negras, exceptuando las túnicas interiores, que habitualmente son de color blanco. Es apuesto, eso es innegable, el príncipe y los sirvientes del castillo no podían ignorar su espalda amplia, su quijada bien delineada y aquel cuello alto y fuerte; pero siempre dejando a la imaginación lo fuertes que son sus brazos y piernas.
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Zorro Negro en el Palacio
Historical FictionHace 6 años, el príncipe Oh practicaba el arte de la espada con su estimado maestro, pero este, al enfermar gravemente, falleció. En busca de un reemplazo, su madre, que llevaba una fuerte amistad con el señor Soo Won, recomendó al mentor de sus hij...