Día de Caza

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Con la visita de los dos señores, también llegó una bandada de cuervos. Aquellos seres alados tan negros como el azabache graznaban gran parte del día y cubrían de negro las copas de los árboles. Esta señal no se consideraba de buen augurio.

Al príncipe no le gustaba su presencia, le causaban escalofríos y aunque se consideraba escéptico, su aparición le daba una sensación de muerte.

— Espero no se trate de alguien cercano —susurró, suspirando.

Un hombre con ropas de color rojo aterciopelado, cabello negro y largos mechones blancos se acercó y colocó su mano sobre su hombro.

— Su alteza, le aseguro que esa persona no será usted —sonrió, acomodándose su túnica.

No sólo era la llegada de los cuervos, sino que, incluso el sol se había ocultado tras las nubes negras y la niebla se asentaba, bajando la temperatura ambiental, lo que situaba el ambiente en un estado más fúnebre.

Un escalofrío recorrió a Chanwoo y decidió apartarse. Estar con el Sr. Park no era muy cómodo, prefería mantener cierta distancia. En cambio, si le pidieran estar con el señor Ahn, no habría mucho problema, estar a su lado era más agradable y sus conversaciones resultaban ser más entretenidas.

— Vamos, muchacho —se acercó el hombre, que era más voluminoso y alto que su maestro— ¿No quieres pasar el rato con tu suegro?

Con esta última palabra, el príncipe frunció el ceño. ¿A caso sus padres ya habían discutido ese tema con el padre de Yuna? ¿Había algo más que él no supiera?

— Yo sé que no soy la persona más agradable, pero hay unos asuntos que necesito discutir con usted y con su padre.

Chanwoo se dio la vuelta para mirarlo a la cara.

— ¿Es sobre... Yuna y yo?

— No, no. Para eso quisiera que esté presente mi señora. Lo que sucede es que he notado algo raro con respecto a...

— Mi señor —se acercó DG agitado, interrumpiendo al señor Park—. Mi señor, han llegado el señor Ahn y su hijo.

Oh Chanwoo, asintió dando las gracias por la noticia y se volvió al señor Park, despidiéndose. Le emocionaba la idea de ver al señor Ahn después de mucho tiempo, por lo que el escuchar esa noticia le entusiasmaba más.

— Disculpe, señor Park. En ausencia de mi padre, represento a estas tierras, por lo que debo ir a recibirlos. Hablaremos más tarde.

— Claro que sí, mi señor.

Yuna y los demás fueron a su encuentro. Muchas de las sirvientas presentes se rendían ante la presencia de Jiwon, el hijo de Ahn Soo Won, hacía mucho que no venía a visitar el palacio y los cambios que había sufrido por la adolescencia se hacían evidentes. Tan apuesto como su padre, y también más engreído de lo habitual.

Bajó de su caballo situándose a un lado de su padre. Su cabello negro estaba alzado en el sangtu que caracteriza a los nobles, portaba un abanico negro con detalles dorados y vestía túnicas del mismo color, una capa blanca en el fondo y una azul, seguida de una negra con detalles dorados.

Sus ojos, color ámbar, se iluminaron al ver a Chanwoo, quien también había pasado por muchos cambios.

— ¡Su alteza! Querido amigo, no sabes cuánto he esperado a tu encuentro —sonrió, entusiasmado.

Su padre, en comparación, esperaba a un lado de su carruaje. Su cabello rubio caía sobre su hombro, atado por una fina liga color verde, que combinaba con su vestimenta, él mantenía una sonrisa amable y amistosa. Al ver al príncipe, hizo una pequeña reverencia, mostrando sus respetos.

Zorro Negro en el PalacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora