「 18: Violinistɑ 」

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Aclaración: [Modern AU]

Número de palabras: 2217

Narrado en: Primera persona

Advertencia: Ninguna

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Esa fue la primera vez que asistí a una orquesta. Fue suerte, tal ves, de Connie primeramente por haber ganado un par de entradas en el trabajo, y luego mía, por ser amiga suya y la única persona disponible para acompañarlo.

A decir verdad, ninguno de los dos tenía experiencia yendo a esos lugares elegantes, por lo que algo tan simple como elegir nuestra vestimenta fue todo un dilema. Pasamos gran parte de la tarde probándonos todo lo que teníamos en nuestros respectivos armarios, para que al final nos viéramos increíblemente opacados por los atuendos elegantes de cada persona en el lugar. Y por el lugar en sí. La sala era de un tamaño descomunal y de ella brotaban todo tipo de olores, de los que puedo destacar el aroma a perfume caro, menta y almizcle, que se fundían con la cera del piso y las estructuras de madera. El forro de los asientos era de un rojo perfecto que infundía y ostentaba la alta índole del público que se esperaba esa noche. Posterior a eso, Connie soltó el comentario menos oportuno de todos los tiempos, y estoy segura que eso también pensaron las personas que lograron escucharlo.

“¡Esto demasiado fino y elegante para mi jodido  trasero!”

Me reí, y con eso ganamos que una mujer y su acompañante nos vieran de arriba hacia abajo adivinando que esa era nuestra primera vez estando en un lugar como ese.  Me ruboricé al instante, por sentirme demasiado ¿juzgada? Como sea, pronto ubicamos nuestros lugares hasta el frente y una tenue melodía comenzó a sonar de cualquier lado. Pensé que la filarmónica estaba pronta a comenzar, pero eso sólo puso  en evidencia mi falta de experiencia asistiendo a aquellos eventos artísticos, pues solo se trataba de música de ambiente,  aún faltaban unos cuántos minutos.

—¿Qué hay de Sasha? —Pregunté a mi acompañante, en un intento de hacer que el tiempo pasase rápido. No me quejaba de haber sido yo a quien Connie invitó a la velada, pero me causaba intriga el saber por qué su mejor amiga no pudo asistir.

—Bah. Ya sabes, compromisos con su novio, cosas de enamorados, planes de pareja, no sé, no me dio muchos detalles…Extraño cuando salíamos muy seguido, ahora cuando lo hacemos Nicolo viene con nosotros —dio un vistazo rápido a su celular y volvió la vista al frente.— Y no me desagrada, solo es… ¿diferente?

—Entiendo.

En mi acción de estar mirando atentamente al escenario, noté la silueta de una mujer que cargaba un estuche grandísimo, iba presurosa y se coló  a través de un oscuro pasillo que conectaba a donde empezaba el telón. Inmediato a eso, la música comenzó a disminuir su volumen y todos en la sala guardaron silencio.

Las cortinas se abrieron de a poco y los aplausos no se hicieron esperar. Al centro salió un hombre alto, el director de la orquesta, vestido en su totalidad de negro, salvo el moño en su cuello que era de un color totalmente opuesto: blanco. Observé a toda la filarmónica; todos iban vestidos de negro y algún accesorio blanco. Entre los músicos miré a la chica que anteriormente había llegado tarde, o intuí que era ella, pues el instrumento que ella tenía era el más grande de todos.

El director hizo un gesto de agradecimiento y se volteó para quedar frente a los más de ochenta músicos. Por su puesto, no me tomé el tiempo de contarlos uno a uno, sino que así lo indicaba el folleto que nos entregaron al entrar.

𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 || 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora