Sabía que te amaba [ZhanYi]

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(Por Xiao Zhan)

Llegamos a Shanghái al día siguiente de salir de Chongqing. El apartamento de Wang Yibo es pequeño, pero muy cómodo. Por la noche ya tengo acomodada mi ropa en el clóset y en el baño.

Me explica que las pertenencias de su tía aún están aquí y que él no se ha atrevido a moverlas de su lugar. Yo comprendo. No debe ser fácil deshacerte de las pertenencias de un ser amado que recién has perdido. Pero cuando esté listo para hacerlo, yo le ayudaré en lo que pueda.

Después de cenar, nos vamos a dormir. Desde que hemos iniciado nuestra relación, hemos dormido abrazados. Yibo me ha contado en varias ocasiones que le encanta escuchar mi corazón cuando recarga su cabeza en mi pecho y a mí me encanta acariciar su cabello.

Al día siguiente Yibo renuda sus labores en el trabajo. A mí me ha tocado quedarme en el apartamento. Como primer deber, aseo la habitación, doblo y lavo la ropa que Yibo tenía en el sesto desde hace quién sabe cuántas semanas. También limpio la cocina y el frigorífico, este último tiene un montón de comida echada a perder. Por suerte no vomito.

Mientras hago la limpieza y se pasa el día, no dejo de pensar en mi ex pareja. No es que lo extrañe, porque ni al caso. Sino que pienso en todo ese trabajo que hacía en casa siempre y que yo nunca valoré. Si algún día le vuelvo a ver, le pediré una disculpa por ser un patán con él.

Saco la basura a los contenedores de la planta baja. Muchos  de los vecinos de Wang Yibo me miran extraño y sólo una mujer se me acerca para preguntarme si recién me he mudado. Le comento que sí, que soy roomie de Yibo. No sé cómo sea la gente de esta ciudad y no pienso adivinarla a la mala. Por el momento, ocultaré mi relación hasta que Yibo me diga que es seguro.

Después de la basura, busco en internet el supermercado más cercano y me voy ahí para hacer la compra. Al llegar al apartamento nuevamente, preparo sopa de wantan, arroz al vapor, camarones hervidos y tofu picante. Aún me falta conocer los gustos culinarios de Yibo. 

Cuando él llega, después de las seis de la tarde, nos sentamos los dos a comer y hablar de cómo le fue en el trabajo y cómo me fue a mí como "amo de casa" por primera vez. Califica bien mi comida pero me pide que a la próxima utilice menos picante.

—Los dos deberíamos tomar clases de cocina —sugiere Yibo, quitando la cascarilla a un camarón, luego me lo pone sobre mi arroz —así nos podríamos turnar los dos en preparar la comida. Además, estaba pensando, ZhanGe, yo me puedo encargar de sacar la basura cuando me vaya por las mañanas. A la compra podemos ir los fines de semana y la ropa tú la puedes lavar y yo acomodar en su sitio.

—Eres tan inteligente —le digo, apretando su mejilla con cariño. La verdad a mí nunca se me hubiese ocurrido esa idea.

—Se llama trabajo en equipo. No siempre podremos dar la mitad y mitad porque habrá veces en que uno de los dos tenga más responsabilidades que el otro, pero si nos apoyamos, no lo sentiremos como una carga.

Miro a Wang Yibo hablar y me quedo helado. No sólo con su expresión completamente seria, sino que también con sus palabras. Este chico pareciera más maduro que yo.

—De verdad, Yibo. Eres increíble.

Terminamos de comer y entre los dos lavamos los trastos sucios, limpiamos la cocina y luego nos acomodamos en el sofá para ver una película de amor. Durante las siguientes dos horas, nos reímos un poco en las escenas graciosas y lloramos cuando un personaje muere y el otro queda herido. Aunque el final no es de cuento de hadas, al menos compensa un poco nuestras lágrimas.

—Es hora de ir a dormir —le digo con cariño a Yibo. 

—ZhanGe, tengo mucho sueño. Durmamos aquí hoy.