Capítulo 4
Parte 7. La culminación de un candente relato incompleto
Cuando Law terminó de contar su versión de la historia soltó un suspiro y se pasó la mano por el cabello con un gesto de fingida pesadez. Miró al par de idiotas que tenía frente él y tuvo que hacer un terrible esfuerzo por no sonreír. Mientras avanzaba su relato pudo apreciar la forma en que sus rostros se descomponían por el terror, y supo que en ese momento los tenía en la palma de su mano.
Reflexionó un instante antes de continuar. Debía ser cuidadoso con el resto de la información que pensaba compartir, se masajeó las muñecas adoloridas y prosiguió.
—Después de los besos creo que no necesito explicarles lo que sucedió. Como resumen diré que fue una noche bastante... candente. Pero si gustan, puedo continuar con más detalles.
—¡Déjalo ya!, ¡si sigues hablando, te patearé la cara! —exclamó Sanji mientras escondía su rostro entre las manos, el pobre ya no podía con la vergüenza. Zoro, por su parte, se veía indeciso. Al parecer había cosas que todavía no lograba esclarecer. Se acercó un poco más a Law y lo miró a los ojos en forma intimidante.
—Estás ocultando algo importante, ¿no es así?
Law se sorprendió un poco. Al parecer ese hombre era más perspicaz de lo que aparentaba.
Sí, claro que habían pasado cosas más interesantes, pero estaba seguro de que lo mejor era que ambos lo recordaran por sí mismos. Así que, sin miedo a las consecuencias, se acercó a Zoro y lo miró directamente a la cara con un gesto desafiante.
—Tienes toda la razón, Zoro-ya. Todavía tengo información que prefiero reservar para más tarde. Pero confía en mí. Si lo oculto es por su propio bienestar mental.
Zoro lo tomó de la ropa, no tenía tanta paciencia como para aguantar sus intrigas.
—¡Habla ya, maldita sea, o te arrancaré la verdad a la fuerza!
Law, sin perder la compostura, bajó la vista hacia los pantalones de Zoro, y luego subió lentamente por su cuerpo hasta regresar a su intimidante mirada. Qué varonil le parecía en ese momento.
—¿Por qué tanto apuro, Zoro-ya?, ¿acaso temes haber hecho algo demasiado vergonzoso? No te preocupes por eso, yo solo te vi disfrutar.
Zoro desenvainó dos de sus katanas, pero antes de que pudiera lanzar un ataque, Sanji se interpuso. —¡Ya es suficiente, marimo, no quiero saber más!
El peli verde desvió su atención al cocinero, quien seguía teniendo el rostro rojo por culpa de la vergüenza.
Zoro pasó su atención de uno a otro sin poder tomar una decisión. Él todavía tenía bastantes dudas y algo en su interior le decía que la información que Torao ocultaba era demasiado importante como para dejarlo pasar. Fue hasta que Sanji le tomó el rostro con ambas manos que clavó su entera atención en él y bajó sus armas con relativa docilidad. —Zoro, estoy cansado de todo este embrollo. Vámonos ya.
El simple hecho de escuchar su nombre entre los labios de Sanji hizo que gran parte de su enojo se disipara. Observó su semblante nervioso y supo que no la estaba pasando bien. Así que, con cierta resignación, terminó por rendirse. Alzó por última vez su katana y colocó la punta muy cerca del cuello de Law.
—Escúchame bien, Law. Tarde o temprano tendrás que aflojar esa afilada lengua que tienes... y si te sigues negando, te partiré en dos, ¿queda claro?
Law sonrió en forma socarrona. La verdad es que esa amenaza le sonaba demasiado tentadora, sin embargo, decidió callar. Cada palabra extra que dijera podía poner en riesgo su versión de los hechos.
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De anoche, ¡no recuerdo nada!
FanfictionTras una terrible borrachera Zoro despierta al lado de Sanji. ¿Qué sucedió la noche anterior? Ninguno de los dos lo puede recordar. Nada parece tener sentido entre sus vagos recuerdos y las cosas se complican cuando descubren que hay un tercero que...