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. . . . . I M P A C I B L E
Astrid pov's
-¡Ay!- exclame cuando Nick entró como un maldito flash a mi habitación, cerrando la puerta detrás de el con seguro- ¿Que pasa?- pregunte confundida.
-¿De que era la carta?- pregunto Nick sin rodeos.
No le podía decir, Noah y yo y habíamos quedado en que no le contariamos a nadie sobre las cartas que estábamos recibiendo, ni siquiera a mamá, y mucho menos a Nick.
-Sobre lo que le dije a Marian, las clases de piano se volvieron a atrasar- mentí con una sonrisa para hacer todo más convincente y que no descubriera mi mentira.
-No me mientas- dijo el pelinegro acercándose a mi a paso lento, retrocedi por inercia, hasta que mi espalda chocó con la pared.
-Mierda- gire mi cabeza, dándome cuenta de que me tenía atrapada, volví a mirarlo, mi respiración se aceleró cuando vi que ahora estaba con su rostro a centímetros del mío, sus anchos y musculosos brazos yacían a cada lado de mi cabeza, dejándome sin ninguna posibilidad de escapar- Mierda....- volví a maldecir nerviosa.
-¿Que había en esa carta rizitos de oro?- pregunto con esa voz grave que el tenia, poniéndome aún más nerviosa que antes.
-Na-nada...Te estoy diciendo la verdad...- volví a mentir con los nervios a flor de piel mientras todos los vellos de mi piel se erizaban al sentir su respiración cerca de mi rostro.
-¿Ah si?- inquirio con sus labios a centímetros de los mios, trague saliva al sentir como uno de sus dedos tocaba parte de mi abdomen expuesto, pues la blusa que tenía puesta era algo corta y dejaba ver parte de mi pálido abdomen.
-Si...- susurre completamente sonrojada.
Y en menos de un minuto ya tenía los labios de Nick sobre los míos, besandome de forma rápido y necesitada, de tal forma que me costo seguirle el beso, así que el fue el que tomó prácticamente el control de la situación, sentí su lengua rozar mi labio inferior, pidiendo permiso para entrar, así que lentamente fui abriendo mi boca, dándole luz verde.
Sus manos que antes estaban a cada lado de mi cabeza ahora estaban una en mi cintura, y la otra acariciaba mi cuello...
De repente, su mano que estaba en mi cuello subió a mi mejilla, justamente a esa mejilla....
Me sobresaltó en cuanto sentí su dedo tocar aquella cicatriz que había en mi rostro.
Pero antes de que yo alejara a Nick, el lo hizo por si solo, dejándome con la respiración agitada, y malos recuerdos llegando a mi mente...