1| Penes y mas penes

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Sofia nunca se imagino que darle un simple "si" a su mejor amiga se convertiría en algo tan grande y estresante

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Sofia nunca se imagino que darle un simple "si" a su mejor amiga se convertiría en algo tan grande y estresante. A solo unas semanas de su boda, la mujer había aceptado que su única amiga le hiciera una despedida de soltera que según iba a ser algo sencillo, sin alboroto. Pero su promesa no pudo estar más alejada de la realidad.

Cuando salió a la tarima para ver los regalos que le habían dejado, noto que había tanta gente que seguro a la mitad de ellas no las conocía en absoluto. Había máscaras con la cara de su novio por todas partes y lo que más le llamó la atención, fue ver que en la cabeza de todas habían unas diademas con lo que parecían ser cuernos, que en realidad eran penes de plástico. Su amiga pudo notar su cara de confusión, así que se subió con ella a la tarima y le arrebato el micrófono de sus manos.

-¡Hola! -saludo y las mujeres allí hicieron lo mismo- Sofi esta un poco nerviosa, pero eso no importa, ¿están listas para ver que hay dentro de las cajas?

Todas gritaron "si" al unisono. Taylor tomó la mano de su amiga y le ordeno que tomara el micrófono y que después comenzará a abrir los regalos.

-¿Debo mostrarles todo? -inquiere.

-Sí, Sofia -suspira Taylor- yo iré a sentarme con el público

-Hola. Bueno, mis padres me enviaron un regalo también y creo que empezaré con ese -abrió una pequeña bolsa que tenia el nombre de sus progenitores y sacó el contenido alzándolo un poco para que todas allí vieran lo que era. Cuando hizo eso, noto como algunas se rieron. -parece estúpido, pero es realmente un muy buen regalo.

Era una biblia. A lo largo de su vida, había tenido miles de esas.

Ella continuo abriendo regalos de gente que ni recordaba. Algunas le traían ropa, maquillaje y lencería, en esta última no reparaba mucho, le daba vergüenza.

-Por último -comienza a leer el nombre de la última caja, que además era la más grande- el de Taylor, mi mejor amiga

-¡Sí, te va a encantar! -gritó la otra desde el público.

Cuando abrió la caja y le dio una ojeada, se arrepintió por milésima vez en la noche de haber dicho que si. Estaba llena de cosas sexuales. Aquello no le pareció correcto, pero supo que su amiga no lo hacía con mala intención, además lo usaría una vez que estuviera casada, entonces no estaba mal.

Tan avergonzada como de costumbre, primero saco una pequeña caja que con letras enormes le informo a todas que lo que había adentro era un succionador de clítoris, nunca había usado uno. También habían varios potes con lubricantes de distintos sabores, ella ni siquiera sabía que existían de esos, tampoco sabía que habían condones con texturas o que existían penes de goma más grandes que su mano. A medida que sacaba cosas, iban saliendo unas más raras que otras, algunas ni siquiera sabia para que se usaban, menos unas pinzas que venían conectadas a una cadena.

-Muchas gracias a todas -sonrió Sofia.

Todas gritaron y aplaudieron como si acabara de decir el discurso más hermoso de todos. Taylor sonrió y fue de vuelta a la tarima.

Fragmentos | Valeria Garza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora