Capítulo 64: Tres Guerreros

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En el crisol del tiempo, danza la guerra, cruel sinfonía de acero y lamento. En campos yermos, el eco de la tierra, llora su esencia en cada momento.
El sol titubea, tímido testigo, de sombras que ocultan la paz perdida. Bajo el manto de un cielo enemigo, se desangran sueños, esperanzas heridas.
El rugir de cañones es un triste poema, escrito con lágrimas, marcado en la piel. Las almas, prisioneras en su propio dilema, se pierden en un laberinto de cruel laurel.
Que el amor sea el escudo, la paz el estandarte, que el mundo despierte y la guerra se aparte.

En la Guerra no hay bien ni mal, solo supervivientes. Cuando estas de cara contra el peligro y entre la espada y la pared, te llegan preguntas a la mente mientras piensas como llegaste hasta ese lugar, fue todo necesario? O siquiera son pensamientos que pasan por la cabeza antes de dar el suspiro final. Pues en el campo de batalla, entras de frente dejando todo atrás.

En un cruce de montaña, Goku, el guerrero Saiyan, enfrentaba a Estarossa, el poderoso miembro de los Diez Mandamientos. El campo de batalla temblaba con la intensidad de su choque. Goku, en su forma base, emanaba una energía tranquila pero letal, junto con el apoyo del Kaio-Ken para buscar una ventaja, mientras Estarossa desataba su furia demoníaca.
Los golpes resonaban como truenos, creando ondas de choque que surcaban el espacio. Estarossa, con su fuerza diabólica, esquivaba los ataques de Goku con agilidad sobrenatural. Goku, sin embargo, se mantenía firme, su mirada ardiente y determinada.

Ambos guerreros desataron sus técnicas más poderosas. Son buscaba atacar a distancia ahora, llevandose ambas manos a la altura de la cintura, levantando la voz mientras ambas figuras daban saltos a alta velocidad por la ladera montañosa

Goku: ¡KA-ME-!

Mientras tanto, en el bosque cercano a la montaña, otro combate feroz se llevaba a cabo, Naofumi y el majestuoso Dragón Azul de Kaiba se encontraban frente a Akaza, el demonio de las artes marciales, en un campo de batalla que vibraba con energía oscura.
Naofumi, envuelto en su escudo mágico, emanaba una determinación inquebrantable. El Dragón Azul, con sus escamas resplandecientes, desplegaba sus alas majestuosas. Frente a ellos, Akaza, con sus ojos demoníacos y su fuerza inhumana, sonreía con desdén.

El choque comenzó con un estruendo. Naofumi, hábil con su escudo, bloqueaba los ataques rápidos y precisos de Akaza, retrocediendo por la fuerza feroz luego de la técnica que había usado el demonio

Akaza: ¡Más, Más rápido!

Mientras el Dragón Azul lanzaba rugidos ensordecedores y proyectiles azules desde sus alas, los cuales impactaban en el campo buscando  La batalla era una sinfonía de magia y habilidades marciales.
Akaza, moviéndose con gracia y velocidad sobrenatural, evadía los ataques, pero Naofumi y el Dragón Azul comandado por Seto a la distancia demostraban una coordinación sorprendente. Incluso la espada de Kaiba se mantenía al margen de la pelea, Naofumi usaba su escudo para desviar los golpes de Akaza, mientras el dragón aprovechaba para lanzar embestidas y proyectiles.
El cielo se iluminaba con la intensidad del enfrentamiento. Los poderes mágicos de Naofumi se entrelazaban con el aliento ardiente del Dragón Azul, creando una barrera impenetrable contra los ataques de Akaza. Sin embargo, el demonio no cedía, aumentando su fuerza con cada intercambio, regenerando las quemaduras causadas por el dragón a un ritmo preocupante.
En un momento de valentía, Naofumi canalizó la energía de su escudo en un contraataque deslumbrante, al impactar un puñetazo de Akaza, una fuerza de repulsión salió del escudo para hacerlo retroceder bruscamente mientras el Dragón Azul desencadenaba su aliento azul otra vez. La combinación de magia y elementos opuestos creó una explosión que sacudió el campo de batalla.
Aunque Akaza resistía tenazmente, la persistencia de Naofumi y el poder del Dragón Azul empezaron a prevalecer. La moral del demonio se resquebrajaba ante la unión de fuerzas y la determinación de los héroes de mundos divergentes. Aún así, continuaba peleando.

Goku: ¡HA-ME-!

Mientras Son derrapaba por la base de la montaña, Estarossa desencadenaba Rebelión una vez más, lanzando las 7 hojas a la vez hacia el guerrero.

Goku: ¡HA!

Fue lo que se escuchó al liberarse la ráfaga azul hacia el demonio, chocando con las hojas oscuras, creando una explosión titánica que iluminó el firmamento.
A pesar de la ferocidad del combate, Goku y Estarossa sintieron un respeto mutuo por la destreza del otro. En un momento de tregua, intercambiaron miradas intensas, reconociendo la valentía en sus oponentes. Quizás en otra circunstancias, habría sido un mejor encuentro, pero peleaban para ganar, y la muerte del otro
La batalla continuó, una danza épica entre dos titanes de mundos distintos. Ambos guerreros, impulsados por la determinación, buscaban superar sus límites y descubrir quién prevalecería en esta colisión de fuerzas inigualables.
Más Estarossa se confió, un golpe del guerrero con suma fuerza hacia el abdomen fue realizado, aunque el Demonio logró evadirlo, dicho golpe rasgó las ropas del Demonio y causó que dos cartas, ambas de grietas dimensionales, cayeran por la montaña, hasta colisionar una con la otra, mientras ambos miraban el suceso

Goku/Estarossa: Oh mier-

Una gran grieta apareció en medio de la montaña, mientras relámpagos salían disparados de esta y creaban una gran fuerza de atracción que en poco tiempo empezó a tragarse hasta los mismos árboles.
Naofumi y Akaza no fueron la excepción, de lo brusco y repentino, los pies de ambos se despegaron del suelo, no pudiendo agarrarse de ningún lado, Seto iba por el mismo camino, pero el gran Dragón clavó garras al piso y atrapó a Seto con la boca para evitar que saliera disparado, el cual solo pudo ver como el agujero tragó de golpe a Naofumi y Akaza, dejando un horrible silencio

Seto: ¡Maldita sea!

Son y Estarossa se mantenían en el lugar firmes ante lo mismo, más el Demonio clavó su daga en la montaña para permanecer en el lugar, mientras que lanzó otra hacia donde estaba Son, apuntando a su punto de agarre. La explosión ocurrió y el guerrero perdió el equilibrio, la fuerza de la grieta se lo llevó por delante.
Son no pudo pensar en como salvarse de esa por lo rápido del momento, más antes de ser tragado, extendió una mano para lanzar una esfera de color amarillo hacia Estarossa, esta explotó y causó que el demonio perdiera agarre también, así la grieta se tragó a Son y empezó a hacer lo mismo con Estarossa, más este sacaría lo que parecía ser otra carta de su bolsillo y la lanzaría a la grieta, al impactar, se cerraría de golpe, dejando que el demonio aterrice de golpe, más había caído, justo en frente de Seto, mirándolo y al Dragón que yacía de pie.
Ahora las tablas de habían igualado, aunque la preocupación de Seto por el paradero de sus aliados era grande, no podía demostrar debilidad ahora.
Kaiba, con su característica garbandina blanca ondeando en el viento, observaba con expresión imperturbable a Estarossa, cuyos ojos ardían con la furia de su título pecaminoso. El aire estaba cargado de electricidad, presagiando la tormenta que se avecinaba.
Kaiba rompió el silencio con su voz fría y segura. 

Seto: Estarossa, Eres lo único que se interpone ahora en mi camino, por que no te das la vuelta y te vas de una buena vez?

Estarossa, con su mirada intensa, respondió con una sonrisa desafiante.

Estarossa: Para nada, Kaiba, he sentido una energía inusual en este lugar. Una fuerza que rivaliza con mi sed de combate. Se que estas buscando algo

Kaiba arqueó una ceja, intrigado. Si Estarossa sabía de la reliquia, era algo que temer.

Seto: Puedo entender ese deseo, pero estás a punto de enfrentarte a la encarnación de la determinación. No me subestimes.

El Mandamiento soltó una risa gutural.

Estarossa: No subestimo a nadie, Kaiba. En mi camino, he enfrentado a seres de gran poder. Pero tú y yo, en este momento, estamos destinados a colisionar como dos fuerzas inquebrantables.

Kaiba cruzó los brazos sobre su pecho mientras emitió una pequeña mueca, mientras que Estarossa, con arrogancia, levantó un puño en alto.

Estarossa: La estrategia es innecesaria cuando la fuerza bruta prevalece. Tu tecnología no puede protegerte de mi fuerza desatada.

Kaiba sonrió con autosuficiencia.

Seto: Tu poder puede ser un arma poderosa, pero la verdadera fuerza radica en el control. Mis cartas, mis estrategias, son la esencia misma del dominio sobre el caos. Prepárate para ser testigo de la verdadera maestría.

Los dos se enfrentaron, chocando miradas con una intensidad que podría partir la espalda de Joey Wheeler. El lugar tembló ligeramente con la anticipación del conflicto inminente. Kaiba desplegó su Disco de Duelo, mientras Estarossa emanaba oscuridad demoníaca.

Estarossa: Que comience el duelo, ¡Seto Kaiba!

Kaiba activó su Disco de Duelo con un gesto rápido mientras que el Dragón rugía a su derecha y su espada brillaba a la izquierda.

Seto: Que así sea, Estarossa. Pero recuerda, en este campo de batalla, ¡La victoria pertenece al que mejor maneje las cartas de su destino!

Seto Kaiba en Nanatsu No TaizaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora