Caminos encontrados

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Balanceo mi bolígrafo de lado a lado entre mis dedos mientras observo el problema que tengo frente a mí, mi cabeza no da para tanto en ese momento.

Volteo a ver a Ash para pedirle su ayuda pero lo observo muy entretenido en su teléfono, sus dedos escriben como si tuvieran vida propia, su cara hace todo tipo de gestos y su sonrisa maquiavélica aparece justo cuando suena el timbre de salida.

Alabada sea nuestra hora de almuerzo que nos da tiempo de descansar.

Soy la última en salir del aula mientras Ash viene detrás, aún con su teléfono en mano, lo veo de forma sospechosa al mismo tiempo que detengo mi caminar para guardar los libros en mi casillero.

Guarda el aparato cuando se percata que lo observo fijamente - ¿Qué estás tramando? - Le pregunto.

-¿ De qué hablas?- responde mientras desvía sus ojos hacia el lado de los casilleros, señal de que estaba mintiendo.

- Se que estas tramando algo- me cruzo de brazos- soy tu mejor amiga Ash, es mi deber saber cuando mientes.

- No me atrevería a mentirte Hann, de verdad no estoy tramando algo- levanta sus brazos para enfatizar su punto, sin embargo, lo conozco lo suficiente como para saber que esto nos traerá problemas.

- El hecho de que quieras ocultarlo solo responde mi punto - lo apunto con mi dedo - Se que esto será algo que no me va a gustar, así que desde este momento te comento que no lo haré.

Lo observo acusatoriamente por última vez mientras comienzo mi camino hacia la cafetería.

Ash suelta un resoplido, se pone a la par de mi caminado y comienza hacer pucheros de niño pequeño mientras se cruza de brazos.

- Como mi mejor amiga deberías apoyarme, no importa la situación tu deberías estar de acuerdo conmigo.- murmura

- Como tu mejor amiga debería decirte cuando estás haciendo las cosas mal- me detengo para observarlo seriamente - solo obtendrás un no por respuesta porque se que eso será lo mejor para ti, aún cuando no me quieras decir que es lo que tramas.

Él se posiciona frente a mí, la seriedad de su rostro me dice que el asunto es más grave de lo que pensé, pero en lugar de explicar lo que quiere, sigue su camino hacia el lado contrario de la cafetería, hacia la entrada.

Al comienzo lo observo atónita, me quedo en mi lugar sin poder reaccionar, esa actitud no es típica de él, por lo que comienzo a seguirlo a paso veloz.

Me arrepiento instantáneamente cuando llego a la entrada y él me esta esperando con una sonrisa de victoria.

Su cara de satisfacción solo hace que mis ganas de golpearlo incrementen cada segundo después, pero me trago mi enojo y solo me posicionó a su lado mientras esperamos que nos den su auto.

Por que si, la escuela preparatoria Hosster tiene personal que se encarga de guardar tu auto, aquí no hay autobuses, ni transporte como en las escuelas regulares, pues se supondría que si puedes pagar la colegiatura, puedes costear tu propio automóvil.

Cuando por fin llega el auto, subo de copiloto mientras mantengo tanto silencio como puedo, Ash enciende la radio como protesta a mi silencio.

Cuando vamos en su auto nunca encendemos la radio porque siempre tenemos algo de que hablar, en ocasiones especiales cuando se terminaba nuestra conversación, pasábamos a cantar canciones hasta quedarnos sin aire.

Sin embargo, la ocasión no era la ideal para cantar canciones a todo pulmón, por más que me encantara el repertorio de Ash y sus canciones quita tristezas.

Lo escucho soltar un suspiro, mientras da un giro rápido tomando el camino de regreso a donde nos encontrábamos, lo observo confundida ante el repentino cambio de actitud.

Mis ojos de sorpresa y emoción se hacen notar cuando veo que se integra al autoservicio de las famosas hamburguesas de la ciudad.

Maldito

Conoce perfectamente mi debilidad por las hamburguesas y que no puedo estar enojada después de probar su jugosa carne y deliciosas papas fritas.

Me muerdo el labio inferior mientras espero que Ash de nuestra orden y suplico en mi mente, que pida aderezo extra y otra orden de papas.

Hago un baile de emoción cuando lo hace y agrega además, dos batidos de chocolate, en ese punto ya lo amaba lo suficiente como para no recordar porque me encontraba molesta.

Pasamos a pagar y esperamos nuestra orden, Ash la recibe y la guarda en sus piernas mientras volvemos a nuestro recorrido hacia el lugar misterioso donde intenta secuestrarme.

Espero pacientemente dos calles antes de reclamarle el hecho de no dejarme tomar mi comida ni quisiera en el semáforo.

El suelta una carcajada ante mi reclamo para después darme mi parte excepto las papas fritas.

- No tendrás papas hasta prometer que me apoyaras en esto-  secuestra mis papas con una mano mientras sigue el camino con la otra.

- El hecho de que secuestres mis papas solo hace que mi punto siga siendo valido- le respondo mientras le doy una gran mordida a mi hamburguesa.

Por todos los cielos y las delicias del mundo, esto era glorioso.

Escucho un suspiro de su parte mientras baja la intensidad de la música un poco, pero sin llegar a apagarla.

Mis papas siguen en su mano pero comienzo a identificar el camino por el cual esta llevándonos -¿el centro comercial?- me pregunto a mi misma.

Procedo a preguntarle que rayos hacíamos en el centro comercial y como eso podría ser más importante que terminar las clases del profesor Marshal, pero no hay respuestas de su parte.

Su semblante era tan serio que me había comenzado a cuestionar si realmente había pasado algo grave en ese momento.

Lo conocía perfectamente como para saber cuando debía presionar y cuando debía guardar silencio, así que esperé pacientemente que solo me explicara que sucedía.
 
Cuando por fin llegamos al estacionamiento, justo después de terminar su almuerzo, me comentó que era lo que hacíamos ahí y comprendí perfectamente porque se encontraba de esa manera.

- Hice algo malo Hann-

O claro que si amigo, estas totalmente jodido.

NO [TE AMO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora