Amor de mafioso V

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Fue después de unas horas que Akaza despertó, miro a su alrededor frotando sus ojos, sentía un dolor de espalda que lo mataba

Al levantarse, sintió un delicioso olor que provenía de la cocina. Estuvo a punto de abrir la puerta hasta que recordó lo de anoche, la imagen de ese hombre tocando su cuerpo sadicamente lo aterró, sus manos temblaban am igual que su cuerpo sin saber que hacer

Se quedó allí encerrado, junto a la cama, no quería saber nada de ese hombre y sus intereses, era ridículo, lo odiaba

Unas horas después, Douma se asomó, entrando al lugar como una bestia, con una expresión seria

—creía que habíamos acordado que harías lo que te dijera.

Akaza suspiro, mirando el suelo, hasta que decidió levantarse y tomar sus respiro, ahora estaba comprometido con ese hombre y no había vuelta atrás, solo para proteger a Hakuji.

—Necesito que me des un tiempo... Ahora no puedo satisfacerte de esa forma. —Akaza pudo notar esa molestia en la mirada del mafioso, se suponía que era alguien sin sentimientos, pero la expresión de este, hacía parecer como si fuera a matar a alguien

Douma dudó un poco, él era alguien sádico, no alguien paciente, pero tal vez, podía hacer una excepción. Camino hacía a Akaza y tomó su mentón obligando a mirarlo

—más tarde habrá una cena, no voy a seguir siendo paciente.

Lo soltó y luego se dió la vuelta, yéndose, aunque su enojo explotó cuando azotó la puerta, después de haber dejado un traje sobre la cama.

El pelirosa tomó un respiro antes de dirigirse a la ropa, estaba un poco inquieto por lo que acababa de pasar, pero simplemente, trató de olvidar. Tomó el traje para colocarselo una vez se ducho. No era su estilo favorito, pero pudo ver lo casca rabias que era esa gata rubia de Douma.

Abrió la puerta del cuarto, los pasillos parecían los de un hotel lujoso, habían algunas mesitas con jarrones de flores y varias pinturas que seguramente eran robadas, algunas parecían ser originales.

Caminó durante unos segundos, todas las ventanas estaban selladas, tenían algún candado de Código.

Douma estaba desayunando, no se tomó la molestia de llamar a Akaza, pero al notar que se estaba tardando, decidió enviar a uno de sus guardaespaldas.

—Buscalo, no quiero que intente nada. ¿Me oíste bien, Kokushibo? —El hombre asintió y se retiró, Douma tomó un suspiro al verlo salir, tratando de relajarse. —Oye, Tetsuo, hazme el favor y llama a Kanae, despeja mi agenda para una cita a la una más tarde.

Tetsuo suspiro y aceptó, Kanae era una joven del otro lado de la ciudad, esta mujer formaba parte de la doble vida de Douma, el hombre no se conformaba con solo una mascota.

Después de unos minutos, finalmente había llegado Akaza, quién no parecía muy contento siendo seguido por el enorme hombre de cabello morado oscuro largo.

—por favor, siéntate, querido. —El pelirosa suspiro, sentándose frente a Douma, hasta que Douma le indicó al resto de hombres que se fueran, entonces, de pronto, una tormenta se desató. —Te hago el favor de no asesinar a tu estúpido hermano, lo único que te pido es tu atención y no me lo puedes dar por lo que veo.

—no estoy listo. —Le replicó Akaza, mirando el suelo. Entonces, Douma golpeó la mesa con ambos puños

—Esa noche en el bar no parecías pensar igual. —gruñó —nunca más lloraras, ¿me oíste bien? Es patético. —Akaza levantó la mirada y luego asintió, hasta que Douma se sentó fastidiado. —Come, anoche no lo hiciste.

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⏰ Última actualización: Apr 24 ⏰

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