CAPITULO 4

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-MARTES 29 DE JUNIO DE 1944

Hacía ya cuatro años que Helena, Liessel y Annie habían perdido su libertad siendo llevadas al ghetto de Terezìn, ahora después de dos años se encontraban en Auschwitz, solas sin su madre y desesperadas por no poder ser libres trabajaban día tras día, cociendo los trajes de los soldados, limpiando los restos de las personas que morían en los cuarto y haciendo cualquier clase de trabajo. Ese día fue un poco inusual, un grupo de soldados formo una larga fila de personas y las dirigió hasta una de las cámaras que se encontraban al oeste del campo. Mientras caminaban Helena, Liessel y Annie recordaron lo que decía el letrero que se encontraba a la entrada del campo "Albeit macht frei" <<El trabajo libera>>, las tres hermanas creyeron libremente en esa promesa pero, que hasta ese día no se había cumplido. Al llegar a la cámara los soldados dieron la orden de dejar toda su ropa y pertenencias en el vestidor, les dijeron que sería un baño colectivo y que después regresarían a sus labores diarias. Todas las personas sin dudarlo entraron e hicieron lo que les ordenaron, ninguno de ellos se detuvo a pensar si sería verdad lo que decían los soldados, estaban muy cansados y enfermos para hacerlo.

Al entrar en la cámara las personas algo incomodas estuvieron en silencio mientras esperaban su baño, fue entonces cuando se escuchó como se abría una rejilla en la parte del techo, de pronto comenzó a salir gas, las personas tosían y no podían respirar, todo se vio borroso, Helena, Liessel y Annie que se encontraban cerca se tomaron de las manos y cerraron los ojos.

Ese día, 29 de Junio de 1944, Helena, Liessel y Annie Dornitz murieron gaseadas en una cámara de gas junto con otros ocho mil judíos.

Al terminar la guerra los soldados Höss y Becker fueron sentenciados a muerte junto a los demás soldados nazis y fueron ejecutados el 15 de Julio de 1944 por el ejército ruso.

Al final de la guerra los judíos perdieron a más de la mitad de su población siendo asesinados aproximadamente seis millones de judíos.

Algunos judíos sobrevivieron a la guerra, otros fueron desplazados para siempre de su país de origen, Helena, Liessel y Annie jamás supieron lo que era una vida sin guerra, lejos de los misiles y las armas o fuera de los campos de concentración, y ellas al igual que muchos judíos que vivieron el holocausto, nos dejan claro que debemos de tener tolerancia y respeto hacia todas las personas para que nunca más vuelva a ocurrir un crimen así, un crimen inolvidable. . .

EL CRIMEN INOLVIDABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora