El primer día sin hablar con él, me sentía vacía, cómo si tuviera una parte de mi lejos y cada vez más lejos. Se me hacía imposible crear la idea de que él había dicho adiós, lloré una noche entera esperando que pudiera recapacitar, pero no fue así. Los días transcurrían, mi principe había desaparecido de mi vida, no sabía cómo reaccionar ante ello. Me dolio mucho no poderle decir que sentía más de lo que él podía imaginar, pero eso fue gracias a mí, porque nunca me atrevi a ser sincera con él y mucho menos con mis sentimientos. No quería creer que estaba enamorandome de él, de su manera de ser y de tratarme que era tan dulce y encantadora. Sé que debí arriesgarme y poner todas las cartas sobre la mesa, debí apostar por él, pero no fue así. Me volví ciega, no podía ver mi camino sin él, ya que el podía iluminarme como las estrellas porque la mía esta apagada. Con él se fueron todos mis sueños y anhelos, tengo una impotencia de no poder buscarlo y decirle que es lo más importante para mi en este momento. Mi corazón se siente solitario, sin su otra mitad, sin la persona que le daba luz a sus días.
