El sol golpeaba levemente en los alrededores de Aaa mientras los cielos se veían envueltos por una suave brisa.
Frente a una gran casa construida sobre un arbol arribó una camioneta ya desgastada por los años, de esta misma bajó una joven de cabellera rubia y ojos color cielo que se mantuvo mirando la estructura de la casa por un largo periodo de tiempo.
Fionna
Una vez que puse un pie fuera del auto me paré en seco admirando aquella casa en aquel árbol. La que desde el dia de hoy sería mi residencia la cual compartiría con mi hermana mayor.
La decisión de mudarnos aquí no habia sido fácil, nuestra madre había fallecido unos mesa antes, papá tenía problemas financieros y no pudo seguir manteniendonos y ahora estamos aquí, situados frente a una casa en un árbol. Debo decir que no me ilusiona mucho vivir en este lugar, la madera —de la cual estaba construida la casa— estaba desgastada y empezaba a crecer moho en los lugares más bajos y donde no llegaba mucho el sol, por otro lado las ventanas se veían polvosas e inestables.
—¿Segura que no te molesta vivir aquí, cariño? —cuestionó mi padre con notable preocupación asomandose por la ventanilla de la camioneta—, tal vez aun podríamos conseguir dinero para conservar la casa.
—Descuida —volteé a verle forzandome a esbozar una sonrisa—, estaré bien, viviré con Cake después de todo.
—Así es —afirmó mi hermana sacando las últimas maletas del auto— yo la cuidaré, papá, no tenes porqué preocuparte.
—Está bien —bajó la cabeza resignado, podía ver en el que le dolia el hecho de no poder hacerse cargo de sus hijas por su propia cuenta— adiós, mis niñas.
Arrancó el auto y se marchó, a medida que se alehaga me llenaba más la angustia de que existía la posibilidad de no volverlo a ver.
—Bueno —Cake habló como si supiera que estaba perdida entre el mar de pensamientos que cruzaban por mi mente—, ¿vamos a entrar o no? —me invitó con una sonrisa, le devolví el gesto asintiendo en forma de respuesta.
Dentro de aquella casa de madera todo era un caos, el primer piso —el cual estaba vacío casi por completo— sólo contaba con una escalera de madera que llevaba al segundo piso, este era el centro de todo, era conformado por la sala fe estar, la cocina, el baño otras escaleras que conducían a demás habitaciones. Los muebles se hallaban dispersos y los cubría una gruesa capa de polvo.
—Bien —comenzó con cierto optimismo—, supongo que tenderemos que limpiar un poco.
Cake tomó una escoba y yo un ttapo que hallé por ahí para quitarle el polvo a los muebles, en una instancia limpié la suciedad de una ventana y me detuve a observar a través de la misma. Comencé a recapacitar sobre mi vida últimamente, mi madre murió, tuve que mudarme a un lugar completamente extraño para mi, no conozco a nadie y mucho menos conozco este lugar, no había estado aquí antes que yo recuerde. Suspire queriendo alejar de mi los pensamientos negativos de mi mente, vi el reflejo del rostro de Cake en la ventana recién aseada, su sembante mostraba preocupación y angustia.
—¿Sabes?, no es necesario que me ayudes con la limpieza, si quieres puedes salir un rato y explorar, ¿que te parece?
—¿Como crees? —me negué— no puedo dejar que hagas tu sola todo el trabajo.
Su expresión cambio de preocupación a una mirada desafiante dirigida a mí.
—¿A que te refieres con eso? —se cruzó de brazos mostrando molestia— ¿crees que o puedo hacer el simple trabajo de asear este lugar?
Podía ver lo que tramaba, no me iba a dejar ayudarla de ninguna manera a menos que ayudarla incluyera salir de aquí y volver con una sonrisa como si todo se hubiese solucionado.
Me envolvió entonces sus brazos y me llevó hacia afuera cerrando la puerta en mi rostro sin que pudiera siquiera despedirme.
Sin causar más reproche emprendí mi camino sin dirección alguna. Mis pies aplastaban el césped de manera silenciosa, el sol deslumbraba mis ojos y el viento alborotaba mi cabello ligeramente. Por momentos pensé que me había extraviado y que esta incesante caminata no me llevaría a ningun lado, o almenos eso creia hasta que de lejos divisé algo, no estaba segura de que sería pero sin querer apresuré mis pasos hasta que llegué al la entrada de un reino, un muy peculiar reino. Todo lo que había ahí estaba hecho abase de dulces, los edificios, los arboles, las calles e incluso las personas.
Ya que estoy aquí me sería conveniente pedir indicaciones si no queria perderme.
—Discula. —me dirigí a la primera persona que encontré que casualmente era un chico de un extravagante cabello rosa.
—¿Si, en que puedo ayudarte? —sobre su cabeza reposaba una corona, pequeña y brillante, lo cual se veía cómico en cierto modo. Por la corona asumí que el debia poseer un cargo alto en este endulzado reino.
—Eh... veras —titubee inconcientemente, no queria hacerlo, pero asi fue—, estoy algo extraviada y me preguntaba si podrias decirme donde estoy.
—Por supuesto, este es el dulce reino y yo soy el dirigente, Dule Principe, para servirte. —hizo una reverencia ante mí, lo que fue para mi tan inesperado que no supe como devolverle la cortesia.
—Gracias, mi nombre es Fionna, llegué hace poco y no tengo ni idea de donde estoy. —comenté divertida y humillada al mismo tiempo.
El me ayudó a orientarme más, me ofreció un recorrido por el dulce reino que no pude rechazar. Algunas personas dicen que salir a dar una vuelta ayuda para distraerse, ¿que creen?, si es efectivo, todos los pensamientos negativos que tenia sobre mudarme habían abandonado mi cabeza para ser reemplazados por nuevos pensamientos sobre recorrer y exlorar Aaa.
Al terminar el recorrido guiado por el gobernante de cabello rosa, el se despidió con una nueva reverencia que dió casi por terminada su compañía.
—Espero volver a verte por los alrededores de mi reino —despues de esas ultimas palabras se retiró.
Mi pequeña salida no duró mucho más, decidí darle fin con un paseo por el bosque, en un momento sin darme cuenta me detuve, me sente a la sombra de un arbol y miré al cielo, estaba casi perfectamente despejado, apenas se divisavan pequeñas nubes cruzar el azul paisaje. Me dejé llevar por el sueño que había acumulado estos últimos días y dormí.
(...)
Cuando desperté estaba atardeciendo. Emprendí camino de vuelta a casa. Algo me molestaba, el ambiente estaba tranquilo, no podia quejarme, pero había algo que me tenía inquieta, las ramas de los arboles a mi alrededor no habían parado de crujir desde que empecé a caminar, tenía la incómoda sensación de ser perseguida, me dí la vuelta para aclarar mis sospechas, más nada pasó, lo unico que pude presenciar fue el crujir de lar ramas una vez más pero esta vez el ruido disminuía como si se estuviera alejando. Lo hubiera ignorado y habría seguido caminado, pero no lo hice. Como si fuese una especie de juego de persecución infantil, ahora era yo quien seguía el rastro de la causa desconocida que hacia las ramas crujir. Aquello no me llevó a nada más que frente a un acantilado, por un momento me pregunté que hacía yo ahí, pero por más que creyera que lo que estaba haciendo era una tontería no volví a tomar camino a casa, si no que me acerqué más a aquel acantilado, cuando ya estaba en el borde de este mire hacia el fondo, parecía que por mas que lo intentara no encontraria el final. Bajo el criterio de cualquier persona, dirian que estaba peligrosamente cerca de caer, sin embargo, mi persona era dueña de una curiosidad que va más allá del peligro. Di media vuelta para marcharme, abandonando toda idea de que hallaría la razón de porque me sentía tan asediada hace unos momentos, pero, antes de que pudiera siquiera poner un pié frente del otro resbalé. Bajo la mínima probabilidad de salvarme cerré mis ojos y espere el momento en que mi corazon se detuviera dándole fin a mi vida.

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Un Amor Secreto (Fionna X Marshall Lee) [PAUSADA]
FanfictionEs dificil ocultar un sentimiento, aún más dificil es aceptarlo.