|•~𝐂𝐎𝐑𝐏𝐒𝐄 𝐁𝐑𝐈𝐃𝐄 - Un corazón que late,
¿acaso es posible eso para alguien que
dejó de respirar hace tiempo?
{ HISTORIA FINALIZADA }
{ Thomas Brodie-Sangster × OC Female }
{ Adaptación de la película de Tim Burton }
{ En Cas...
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THOMAS:
La escena que tenia antes mis ojos dudo mucha que la vuelva a ver en mi vida. Era increíble como podía entender a mi perro.
Debía admitir, ella era hermosa, la muerte no la había sentado nada mal, por desgracia yo ya tenia una vida hecha y ya tengo a alguien esperándome allí.
-Bueno visto así… - Ella se recompuso.
-¿Qué? – Pregunté impaciente por saber.
-Elder Gutknecht – Dijo de forma misteriosa.
___ me guio hasta uno de los edificios más altos del lugar con una especie de esfera en lo alto. Subir todas aquellas escaleras estaba matándome poco a poco mientras que ella subía como si un fiera nada. Una ventaja de estar muerto.
-Shh Sobras. – Mandó callar a mi perro quien ladraba contento. – Elder Gutknech – Llamó. - ¿Estas ahí?
El lugar estaba lleno de grandes montañas de libros, un telescopio, hojas tiradas, alguna que otra estantería y un escritorio en el medio, en lo alto del lugar.
-Hola, ¿hay alguien en casa? – Seguía preguntando la que era ahora mi “esposa” mientras que yo me mantenía cerca de ella en caso de emergencia.
Al girar, mi codo chocó contra una de las montañas de libros provocando que cayeran resonando un fuerte estruendo en el lugar, varios de los cuervos que se encontraban en las barras de metal que formaban la esfera empezaron a volar mientras soltaban ruidos.
Un mano hizo acto de presencia parando el foco que se movía de un lado a otro. De lo alto del escritorio salió un esqueletos bastantes “viejo”, por decirlo de alguna forma.
-¡Estas ahí! – El señor se colocó unas gafas al escuchar la voz de ___.
-Oh, querida. Estas ahí.
-Y con mi marido, Thomas.
-¿Con quién? ¿Marido? – Se rascó el cráneo.
-Encantado de conocerle, señor. – Elevé la voz para que me escuchara bien.
-Tenemos que subir para visitar el mundo de los vivos.
-¿El mundo de los vivos? – El señor comenzó a bajar los escalones. - ¿Para qué?
-Por favor, Elder Gutknecht – Suplicó ella.
-Pero, ¿para qué subir cuando la gente se muere por bajar aquí?
-Señor, ayúdenos, significa mucho para mi—nosotros. – Me corregí rápidamente
