18 - Subcepción

470 55 48
                                    

Yeonjun y Soobin se hallaban en una cafetería durante su hora de descanso. El pelinegro informó al contrario sobre los últimos acontecimientos relacionados a Beomgyu.

—Jun, sigo creyendo que es mejor que conozcas al oficial Kang.

—¿También desconfías de él? —Hubo un destello de esperanza en su rostro al pensar que alguien compartía sus inquietudes—.

—¿Qué? No. Supongo que no, solo para que cuides de Beomgyu.

La expresión de Yeonjun cambió rápidamente.

—No puedes sacar conclusiones de una persona sin conocerla.

—Ya entendí, buscaré una excusa para hablar con el "amoroso y jovial oficial Kang". —Yeonjun lo expresaba con cierto de desagrado—.

Soobin soltó unas risas por la actitud del pelinegro.

—Nunca te había visto así.

—¿Así?

—Sí. —dijo el rubio. —Tu irradia luz; nunca te había visto de esta forma desde que te conocí.

—Supongo que estoy comenzando a apreciar la vida.

—Es agradable escuchar eso.

Ambos se sumieron en el silencio.

—¿Es por Beomgyu, verdad?

—¿Por qué dices eso?

—Porque pareces estar enamorado desde que él entró en tu vida.

—¿Enamorado? No creo que sea eso.

—Choi Yeonjun, no puedes engañarte a ti mismo.

—Soobin, ¿te das cuenta de lo que estás diciendo? ¡No puedo enamorarme de un fantasma!

—Suena absurdo, lo sé, pero no puedes ignorar al amor una vez comienza a florecer.

El ambiente se volvió incómodo después de la pequeña discusión.

Ambos regresaban a la academia unos minutos después.

—Este sábado iré con mi abuela a mi pueblo natal. —Sonrió—.

—Suena lindo, Soobin.

—Se lo informé a Beomgyu; deberían aprovechar ese día.

—Es una buena idea. —Se le miró pensando por unos segundos—. ¿Qué podríamos hacer?

—¿Hay algo que le guste a Gyu?

En ese momento, Yeonjun recordó todas las cosas que le gustaban a Beomgyu: la forma en que anhelaba cada platillo ante sus ojos, la melancolía que experimentaba al contemplar los cerezos floreciendo y la alegría que expresaba al observar a las personas disfrutar de la vida. Al final del día, todo parecía hacer feliz a Beomgyu en esa última oportunidad de vivir.

...
Por otro lado, Beomgyu emergió de su urna como era costumbre.

—Buenos días, Beomgyu.

—Buenos días, Yeongseo —respondió con una sonrisa inocente.

—¿Te sientes bien ahora? Anoche pasé por tu nicho y noté que estabas llorando.

—¡Estoy perfecto! Las penas de la noche se las llevó la luna una vez el sol salió a iluminar una nueva oportunidad.

Yeongseo sonrió.

—A veces mientras más hablas menos te entiendo.

El chico se sonrojó ligeramente avergonzado ante esas palabras.

★ 𝐎𝐡 𝐌𝐲 𝐆𝐡𝐨𝐬𝐭! - yeongyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora