01 - ¡Puedes ver fantasmas!

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Un joven pelinegro se encontraba caminando de regreso a su casa después de un largo día trabajando. Su mirada perdida y sin vida se podía notar en el rostro tan delicado que poseía.

Quizás parecía otro ciudadano más, pero Choi Yeonjun era cualquier cosa menos alguien común.

...
Agosto del año 2000
La familia Choi se encontraba celebrando el primer cumpleaños de su hijo; era un ambiente lleno de risas y amor para el pequeño.

—Yeonjun-ah, ¡escoge un objeto!

Se escuchaban las voces de los familiares y amigos de los padres mientras el pequeño miraba los diferentes objetos en la mesa frente a él, que variaban desde dinero hasta un pincel. Según la cultura coreana, lo que el pequeño escoja definirá su fortuna de mayor.

El pequeño Choi gateó hacia los objetos con una gran sonrisa. Antes de tomar uno, su atención se desvió hacia un niño un poco mayor que él, quien le intentaba convencer de que tomara el dinero. Yeonjun intentaba tocar al niño mientras reía.

Los mayores se quedaron confundidos al ver la peculiar reacción del pequeño, ya que a sus ojos, Yeonjun estaba riéndole a la nada.

Esa fue la primera vez que Yeonjun miró un fantasma.

...
Los audífonos del pelinegro reproducían sus canciones favoritas, haciendo que se desconectara del mundo que lo rodeaba; algo muy importante ya que las calles de Seúl estaban llenas de almas en pena. Aprendió que debía ignorar aquellas entidades y hacer como si no pudiera verlas, ya que si se enteraban que Yeonjun podía presenciarlas, todos lo seguirían hasta el cansancio.

Aunque había almas que solo seguían su rutina sin saber que estaban muertas; también, había fantasmas con malas intenciones. No podía bajar la guardia de ninguna manera en público.

Al llegar a su departamento, no tardó en recostarse sobre su cama. Soltó un fuerte suspiro antes de escuchar un ruido en su cocina. Con algo de nervios, tomó un bate y caminó hacia allí con mucha precaución, pero al llegar, soltó un suspiro al ver que solo se trataba del fantasma de un niño intentando tomar algo de su refrigerador.

—¿Qué haces? Fuera de aquí, ve a buscar a tu familia.

Sus palabras hicieron que el niño desapareciera, pues no era la primera vez que lidiaba con una situación similar.

Al girarse para regresar a su cama, soltó un grito al ver a un fantasma de su edad frente a él.

—¡Puedes ver fantasmas!

Yeonjun se hizo el de la vista ciega y caminó hasta su cama, tratando de ignorar al contrario, pero era complicado tomando en cuenta que el fantasma no se apartaba de su frente intentando hacer que le diera atención.

—¡Oye! ¡Deja de fingir que no puedes verme! Eso es muy grosero, ¿no te importa herir los sentimientos de los demás?

Aunque Yeonjun se esforzara por ignorarlo, terminó por mirarlo fijamente.

—Los fantasmas no son bienvenidos en mi casa, ¡desaparece antes de que te saque! —mencionó de forma agresiva, intentando empujarlo, cosa inútil ya que atravesaba el cuerpo del chico.

—Wow, si que tienes unos brazos trabajados... ¡Ahora eres más atractivo! —soltó un pequeño chillido como si se tratase de un fan colapsando por una foto de su ídolo favorito.

—Suficiente.

Yeonjun tomó un puñado de frijoles rojos que tenía en su habitación y los lanzó hacia el cuerpo del chico, quien soltó unos gritos de dolor.

—¡Oye, detente! ¡Me iré! —Después de esas palabras, desapareció.

Una vez sin el invitado no deseado en casa, comenzó a limpiar el desorden que hizo con los frijoles rojos antes de volver a dormir.

★ 𝐎𝐡 𝐌𝐲 𝐆𝐡𝐨𝐬𝐭! - yeongyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora