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Arrullo

Katsuki abre los ojos de golpe y lo primero que observa es un techo descuidado que gotea desde la esquina alejada del lado izquierdo.

Frunce el ceño con extrañeza, siente una familiaridad tan aterradora que su cuerpo se estremece por completo.

Se levanta con dificultad y suelta un quejido por el gran dolor en su espalda baja.

Baja la mirada y jadea con sorpresa al verse con el torso descubierto, un sudor frío cae por su nuca al darse cuenta que todo su cuerpo está desnudo bajo la sábana estropeada que apenas lo cubre.

Empieza a respirar con dificultad cuando siente un espantoso dejavu, las lágrimas bajan por sus mejillas y con su mano temblorosa retira la tela de encima, un sollozo cargado de pánico sale de sus labios al ver su estado.

La superficie donde está recostado está húmeda, hay manchas de sangre y sus piernas están sucias de fluidos que solo le provocan arcadas.

Bakugo siente un nudo en su garganta y no puede creer que esté de nuevo en ese lugar, no comprende.

¿Acaso todo lo bonito y mágico por lo que había pasado resultó sólo un sueño de su dañada mente?

Cubre su boca mientras tiembla y negó reiteradas veces con los ojos cerrados.

Está conmocionado. Él no puede seguir en su misma realidad, el infierno no puede estar vigente en su vida, quiere creer eso, no obstante, todo se siente tan verídico que cree que enloquecerá.

Unos pasos pesados se oyen acercarse y como defensa se abraza a sí mismo, retrocediendo con pavor hasta que su espalda halla un límite.

Está tan dolorido, muerde su labio para evitar que su llanto desolador se escuche. Sus ojos rojos no pueden apartarse de aquel individuo, ellos se abren con terror al cruzarse con esa monstruosa silueta que solo le genera espeluznantes pesadillas.

Quiere huir pero su cuerpo está inmóvil, grita pero la voz no le sale, intenta llamar a Izuku pero es inútil.

Está solo y a merced de ese ser repulsivo.

Quiere huir pero ya se encuentra sometido como todas las veces, su cabeza choca con fuerza contra el suelo, sus manos son sujetadas con agresividad detrás de su espalda y el cuerpo del hombre está sobre él.

El dolor vuelve con mayor intensidad, llora en silencio por montones, no tiene el control sobre su cuerpo, no puede ejecutar ningún movimiento.

Solo funciona como un títere, uno que puede ser manipulado sin esfuerzo alguno, es una muñeca de porcelana, sin alma y sin vida, que es rota incontables veces, siendo reparada solo para volver a quebrarse entre las fauces de un verdugo.

Otra vez, suplica al cielo que se apiade de su dolor y que su existencia termine para estar en paz.

¿Hasta cuándo? ¿Cuánto más su cuerpo será maltratado? ¿Hasta cuándo tendrá que esconderse con el miedo de ser encontrado?

Grita todo lo que puede, no dice nada pero su garganta duele, el dolor es tan real que poco a poco se convence que no es un sueño.

Jamás salió de ahí, jamás conoció a Izuku, él nunca lo salvó. Deku no sabe de su existencia, no está ahí para alejar su oscuridad, el resplandor dorado fue una fantasía.

No, eso no puede ser verdad, quiere despertar, quiere verlo, quiere ver su sonrisa.

Es un sueño. Es una maldita pesadilla.

Sabe que aunque el héroe Deku, con un corazón bondadoso, solo puede ser producto de un desesperado subconsciente atormentado, Katsuki quiere creer que existe, que es real.

Héroe [DekuKatsu] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora