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"Odio este sentimiento de soledad" penso aquel muchacho de cabellos rizados
Ahí estaba, se había hecho una rutina de siempre estar ahí sentado en una esquina, se sentía como un niño pequeño que su madre lo había castigado mandándolo a un rincón. Le tenía cierto tipo de envidia a sus compañeros de banda "¿Cómo pueden verse tan tranquilos? ¿No notan que me estoy desmoronando por dentro?".
Se sentía como polvo, saben que está ahí, ensuciando un lugar y acumulándose poco a poco, pero lo dejan ahí, ignorando que el polvo se llegaba a sentir solo.★★★★★
Riki lo negaba, pero sabía que había una luz que alumbraba ese polvo y lo hacía sentir limpio, acompañado, vivo, amado.
-¡Dale Riki!, explícame otra vez la letra de tu canción.- El de pelo lacio estaba casi implorando, rogándole al otro por qué le mostrará lo que previamente le había hecho sonreír, le gustaba ver a Riki feliz.
-Ya te dije que no Alvarito..- El ánimo de Riki volvió a estar debajo del suelo a pesar de haberle explicado con gran entusiasmo a Álvaro lo que significa la letra de una canción que se había inventado.
Álvaro odiaba ver a Ricardo así, desanimado, se sentía inútil, quería hacer feliz a Ricardo, amaba ver esa sonrisa que aveces adornaba la cara del otro, pero el sentimiento de no poder hacer nada por esa sonrisa lo hacía sentir mal, el sentimiento de ser una garrapata molesta para el hombre que tanto amaba lo estaba torturando...
-Y... ¿Quieres algo de comer?-
-No tengo hambre.-
En el rostro de Álvaro se había formado una pequeña mueca de preocupación.
-Riki... No has comido nada desde hace horas, al menos come algo de pan.- suplico.
-Alvincito, que yo coma o no, es mi problema no el tuyo.-
Álvaro lo miro triste, ese sentimiento de ser inútil volvía y lo torturaba.
"Solo quiero un beso verdadero.." Ese pensamiento invadía la mente de Ricardo, anhelaba sentirse amado por alguien, pero la marca del pasado lo perseguía, los maltratos recibidos por su antigua pareja lo dejaron marcado, sus golpes crueles causados por motivos estúpidos se quedaron en su cuerpo de manera de moretones que, a pesar de ya no estar ahí más, sabía que alguna vez estuvieron ahí y que siempre podían volver. Tal vez ese miedo hacia que evitará pensar en ese comportamiento...
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-¿Que puedo hacer Santiago?- Le pregunto por teléfono Álvaro a su más confiable amigo, Santiago Tavella. -Me siento horrible por no poder ayudar a Riki...-
-Mira Álvaro, son las 2 de la madrugada, acabo de despertarme y no te puedo entender bien.- La voz adormilada de Tavella hacia que esas palabras fueran confiables al decir que lo habian despertado.
-Yo... Quiero ayudar a Riki, quiero abrazarlo y decirle que todo va a estar bien... ¡Odio no poder hacer nada por el!- la voz de Álvaro empezó a quebrarse y pequeños sollozos inundaron la línea telefónica que estaba sumergida en un horrible silencio.
Santiago se quedó en silencio, no sabía bien que decirle o que hacer.
-Tu corazón está de paro...-
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Ambos muchachos iban caminando, uno platicaba de cualquier tema interesante para no aburrir al otro. Pararon en un pequeño local para tomar algo.
-Pide algo, yo pago.- Álvaro trataba de hacer que Ricardo comiera aunque sea una migaja de pan
-Gracias Alvin, pero ya te dije que no.-
Álvaro decidió no protestar más, inconscientemente en su cara se había vuelto a formar una mueca de tristeza, ese sentimiento que tanto odiaba lo volvió a invadir.
Ricardo lo noto y no pudo evitar sentirse mal, no le gustaba ver a aquella persona que lo había acompañado desde que estaba con su ex pareja hasta el momento que decidió hablar de los abusos y maltratos que sufría, terminando por dejar a su pareja.
Decidio pedirse un café y un pequeño pan, odiaba pensarlo pero le gustaba ver a Álvaro feliz.★★★★★
Tras algunos meses, Ricardo empezaba a amar la compañía de Álvaro, amaba sus chistes sin gracia, sus preguntas algo tontas, sus propuestas para alguna futura canción y sobre todo, amaba estar cerca de el, sentirse amado por alguien, el polvo de la esquina estaba desapareciendo... Pero casi nunca desaparecen las marcas de recuerdos y casi nunca se puede ser feliz teniendo basura acumulada en una esquina.
-Riki... Hay algo que necesito..- su voz empezó a quebrarse levemente - h..hablar contigo.-
-Mientras no me vuelvas a preguntar que pasaría si unos gatos aprenden a tocar instrumentos, todo bien.- Bromeo Ricardo haciendo reír un poco al contrario.
Álvaro respiro, empezó a temblar pero ahí estaba, sabía que después de decirle ya no habría vuelta atrás.
-Riki... Hemos sido amigos y compañeros de banda por unos meses y yo...- Miro hacia otro lado algo temeroso. - Yo... De verdad te amo y quisiera poder estar.. contigo.-
El corazón de Ricardo latía rápidamente, creía firmemente las palabras del otro, ¡quería estar con el!. Pero a pesar de eso, sentía miedo, miedo a que las marcas de moretones volvieran.
-Alvin...- algunas pequeñas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. -Yo me siento amado contigo y de verdad deseo estar contigo pero... No puedo aceptarte.-
Álvaro lo miro, el brillo que solo aparecía en sus ojos estando a su lado había desaparecido, sus ojos se comenzaron a cristalizar.
-Esta bien.. te entiendo Ricardo.- Álvaro le dio una pequeña sonrisa, a pesar de estar a punto de llorar, le quiso hacer saber que todo estaba bien.
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Ricardo llegó a su casa, su corazón estaba roto, ¿Cómo pudo negarle sabiendo que lo amaba con todo su corazón?, su miedo ganó la situación, la sensación de soledad volvió.
Aquel polvo que había vuelto a amar se sentía nuevamente solo, sin nadie a quien amar o alguien que lo amara... Cómo lo había hecho Álvaro.★★★★