2009, Montevideo, Uruguay.
Ahí estaba, con las manos temblorosas sosteniendo un pequeño pero lindo ramo de flores, se seguía cuestionando si fue buena idea estar ahí.
"Y si me rechaza? ¿Y si me trata de raro? ¿Y si me deja de hablar?"
Miles de preguntas atacaban sin piedad alguna la mente del joven Alvin.
Siempre fue alguien nervioso y desconfiado de si mismo, sin embargo, ahí estaba, enfrente de la puerta de la casa del de rulos, dispuesto a vencer su miedo y poder liberar las palabras que deseaba decirle pero por su miedo nunca lo dijo.
Tocó la puerta una vez y no hubo respuesta, intento una vez más pero de nuevo, no hubo respuesta alguna.
Así estuvo por un corto periodo de tiempo hasta que el inquilino de la casa se dio por abrir la puerta.
─Ah, hola Alvin─ lo saludo tranquilamente sin percatarse del pequeño ramo. ─¿Se te ofrece algo?
Cada palabra que Riki decía solo lo ponía más nervioso aún, provocando que el miedo invadiera al pobre baterista que ya de por si estaba temblando por el miedo de la respuesta del contrario.
─N-no... ¡Quiero decir, si!─ empezó a confundir palabras entre si.
Riki lo miro algo extrañado pero su mirada se vio atraída por el ramo que esté traía en su mano.
─¡Anda! Y eso? ─ Señalo con curiosidad el ramo.
─¡Eh! S-son...─ tomo el inicio del ramo con ambas manos y con algo de miedo le acercó lentamente el ramo. ─Son para vos..─
Riki se sorprendió, tomo el ramo entre sus manos, intentaba mantenerse calmado pero sus mejillas tenían un color carmín y en sus adentros estaba saltando de felicidad.
─Muchas gracias Alvarito..
El ya mencionado entrelazó sus propias manos y apagó la mirada, sentía un nudo en su garganta que le impedía articular alguna palabra o una simple frase.
─Bue, ¿Para que viniste? Aparte del ramo..
─¡A-ah eso! Te quería invitar al parque.. ─ sentía su cara arder, sentia que sus palabras no explicaron bien su intención.
Riki se sorprendió nuevamente, ¿De verdad le estaba pasando esto?
─¡Claro!─ Acepto de inmediato junto con una pequeña sonrisa que adornaba su rostro, pero su sonrisa se desvaneció al instante al ver cómo estaba vestido. ─¡E-Esperame un cachito!─
Alvin se tranquilizó al ver su respuesta afirmativa, no esperaba que aceptará tan rápido su invitación pero se quedó tranquilo.
Espero alrededor de 3 minutos que para el se sintieron como segundos hasta que el de rulos salió.
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Estuvieron cambiando y hablando durante todo el camino hacia el parque.
Llegando a este destino se sentaron en una pequeña banca para continuar hablando de cualquier tema que les vinieran a la mente.Durante ese tiempo Riki vio una figuro que al principio no reconoció hasta que lo vio más atentamente pudo reconocer a su hermano hablando muy animadamente con alguien que parecía ser joven de cabellos lacios y lentes.
Le resto importancia para seguir hablando con el contrario.
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─Riki...─ Con delicadeza agarro ambas manos del contrario.
El momento era perfecto, Alvin acercó lentamente su rostro al de rulos, el ya mencionado no se quedó atrás y le siguió el ritmo.
Sus labios quedaron a pocos centímetros de tocarse, en un movimiento rápido, el batero tomo por la mejilla al de rulos y le dio un pequeño beso rápido en la otra mejilla.
No hace falta decir que Riki se sonrojo como nunca, ninguno de los dos dijo nada, se quedaron en un cómodo y tranquilo silencio, algo que ninguno de los dos noto era que ambos seguían agarrados de la mano, inconsciente Alvin acariciaba con su pulgar, dándole una especie de tranquilidad al de rulos.
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La noche cayó y ambos se levantaron de la banca para caminar hasta la casa de alguno de los dos, por curiosidad, Riki vio de reojo hacia el lugar donde previamente estaba su hermano y para su sorpresa seguía ahí con el mismo joven pero pudo notar como las pupilas de Roberto brillaban como nunca antes.
Después de una pequeña caminata llegaron a la casa de Riki, ambos estaban contentos por la pequeña salida que tuvieron y claro, por el beso que Alvin decidió dar.
─La pase re bien Alvarito, gracias
─No hay nada que agradecer Ricardito
Ambos se dedicaron una sonrisa, no dijeron nada por unos segundos hasta que Riki solo una leve risa y le hizo un gesto de despedida con la mano para cerrar la puerta.
Alvin le devolvió el gesto para seguido, irse a su propia casa también, quedando con una felicidad inmensa por el pequeño paso que esté decidió dar para en algún punto poder declararse.
𖦹𖤓𖦹𖤓𖦹𖤓𖦹𖤓𖦹𖤓𖦹𖤓𖦹𖤓
Volví tonotos.