𝚈𝚊𝚗𝚍𝚎𝚛𝚎| 𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬, 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒆𝒔 y 𝑝𝑟𝑒𝑓𝑒𝑟𝑒̂𝑛𝑐𝑖𝑎𝑠

𝐇𝐚𝐝𝐞𝐬 ( 𝑺𝑵𝑽)

          𝐋a esposa de Hades fue secuestrada mientras ambos dormían, que ironía ¿no? Él ya sospechaba de alguien que tenía celos de ambos, pues nunca podría amar o sentir empatía por alguien después de la muerte misma, un resfriado. y ser sin corazón.

Dejó una carta escrita en la cama doble de Hades y Perséfone:

"Ven a verme si quieres recuperar a tu amada o si no ya no pertenecerá a este mundo."  

NOTA: Vivo tras el mundo, si quieres venir no obligaré a nadie.

-Muerte firmada.

Cuando leyó esto al principio pensó que era una broma de Zeus, pero al día siguiente se le cayó el dinero.

Tomó los caballos voladores para descender del monte Olimpio, la morada de los dioses griegos.

Pronto los caballos voladores llegaron a la casa de la muerte, Hades bajó del carruaje, tomó las cuerdas que estaban alrededor del cuello de los caballos, ató los caballos a un palo que estaba cerca para que no volaran.

Al poco tiempo, camina con pasos rápidos hacia el interior de la cueva, la cual estaba a oscuras, al fondo había una luz amarillenta.

Llega al final de la cueva, la muerte estaba sobre su espalda, moviendo unos papeles.

"Que bueno que viniste." Ella dice con voz seductora, volviéndose para mirarlo.

Estaba mirando todo menos a la atractiva mujer.

“¿Por qué la secuestraste? ¿Qué le hiciste?-Dice mirándola enojado.

Se acerca a él lentamente, llevaba ropa que resaltaba sus curvas, la tela solo cubría los pezones de sus senos y sus partes íntimas, el resto era transparente.

Tenía dos escotes en las piernas, llevaba un vestido completamente negro y su cabello suelto, lo que la hacía lucir más sexy.

Ella estaba cerca de él, le lamió la mejilla.

"¿Qué quieres?", Dice alejándose de ella.

"Tú, ¿no es obvio, cariño?" Ella se acerca a él.

Ella abraza su cuello acercando sus pechos a su cabeza.

"Si me haces el amor, la dejaré ir contigo".

“No puedo, estoy casado.” Dice tratando de alejarse de ella nuevamente.

"Ella no pensó eso cuando te engañó". Dice riendo.

"¿Ella me engañó?" Dice con lágrimas en los ojos, incapaz de creer que la persona que más amaba lo traicionara.

"Sí, ¿no quieres corresponder?" Dice mirando al más pequeño.

"No lo sé." Ella se acercó de nuevo y comenzó a morder la piel lechosa de su cuello, él gimió fuertemente ante la sensación.

Ella comienza a quitarle la ropa y a quitarse la suya propia.

Ella lo acuesta en el suelo y saca algunos juguetes que tiene debajo de la mesa.

Ella toma un poco de lubricante y lo aplica en su agujero, luego mete tres dedos y él gime fuerte.

"Más despacio, esta es mi primera vez". Dice con la cara sonrojada.

"Pensé que lo habías hecho con tu esposa en tu luna de miel" Dice mirándolo sin mover los dedos.

"No tuve tiempo para hacer eso, y los dioses griegos no tienen luna de miel".