ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 10

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Ya eran las 12 en punto del mediodía y  yo todavía seguía en la cama pero al parecer Iván no.
Le estuve gritando para ver si estaba en la habitación pero no había señales de él así que me levanté y caminaba medio mal ya que sentía mis piernas medio dormidas.

— Lo odio, ahora no voy a poder caminar bien — suspiré y entre al baño a arreglarme.

Me estuve arreglando, vistiendo y  para cuando salí Iván estaba sentado en la orilla de la cama mirándome como si me estaba esperando. Me miró de arriba abajo con una sonrisa y después se paró.

— Vamos a almorzar y después te llevo a tu casa — dijo agarrando su celular y esperandome para salir con él.

Bajamos por el ascensor y Iván me seguía mirando todavía con una sonrisa.

— ¿Qué? — dije irritada.

— Es que estás caminando muy mal ¿Por qué será? — dijo mirando mis piernas con una sonrisa malévola.

— Ni me hables y ya deja de mirarme — dije para salir del ascensor enojada.

— Igual me encantas más cuando estás enojada — me susurró detrás mío y lo aparté mientras él se reía.

Las chicas de recepción nos miraban y susurraban entre ellas.

— ¿Qué...? — dije y la de recepción nos estaba llamando.

— Hola Buenos días ¿Como lo pasaron anoche? — dijo con una sonrisa mientras miraba a Iván.

— Muy bien ¿O no Can? — dijo Iván abrazándome por detrás mío mirándome.

Me aclaré la garganta y aparte a Iván mientras la de recepción nos hablaba y nos daba el almuerzo ya que ella lo tenía y trate de ignorar sus preguntas.

Luego estábamos yendonos y vino otra chica de recepción mucho más linda y le habló a Iván en susurros mientras yo trataba de escucharlos.

— Anoche recibimos muchas quejas porque tu novia gritaba demasiado. Se llegó a escuchar en todo el hotel al perecer — dijo mirándo hacia mí.

— Es algo que me encanta de ella — dijo Iván mirándola con una sonrisa.
— Se encargaron de todo ¿no? —

— Si Delfina se encargo de todo — dijo la chica.

— Muy bien dile que le agradezco y le debo una — dijo volviendo Iván hacia mí.

— Okey que disfruten el almuerzo chicos — dijo ella y volvió a recepción.

No lo podía creer todos sabían lo que había pasado anoche y Iván seguía tan tranquilo y sereno.
Que vergüenza todos escucharon como gritaba..

Después del almuerzo nos fuimos al coche de Iván para irme a casa pero después del almuerzo no hablamos casi nada. Y tampoco quería hacerlo.
Hasta que me atreví a pregúntale lo que pasó.

— ¿Encerio todos me escucharon? — dije mirando hacia la ventana.

— Si pero no te preocupes suele pasar — dijo y puso su mano en mi muslo.

— Aparte tu voz.. es muy diferente a cuando cojemos y eso me encanta — dijo subiendo su mano más arriba de mi muslo.
— Y no solo a tí te puede gustar entonces — dije y bajo su mano.

— ¿Qué? — solamente dijo.

— Pues ya que todos me escucharon no solo a tí te pudo gustar como  gemía anoche.
Traté de gemir fuerte para llamar su atención pero él me tapo la boca y estaciono el auto en una calle casi vacía.

— Ni se te ocurra provocar a alguien más si no soy yo — dijo y aparte su mano de mi boca.

— Obligame — dije y trate de volver a gemir pero me di cuenta que es más llamativo y exitador cuando es real así que me metí mi mano abajo de mi pantalón y empecé a tocarme mientras miraba a Iván.

Empecé a gemir y note que él ya estaba algo tensado así que toque su miembro desde afuera mientras él me miraba con una sonrisa.

Después como no reaccionaba agarré su mano y la metí dentro de mi pantalón mientras él empezaba a acariciar toda la zona empezé a gemir cada vez más fuerte y él profundizó más su mano metiendola completa en mi pantalón comenzando a acariciar cada vez más rápido mi clítoris.
Yo también tenía la necesidad de tocarlo así que desabroché su pantalón y metí mi mano dentro de él empezando a masturbarlo también a él.

— Como me exitas hija de puta — dijo y después echo un jadeo pesado echando la cabeza hacia atrás.

En el auto solo se escuchaban nuestros jadeos, gemidos y el ruido de como nos estábamos masturbando el uno al otro.
Él ya se estaba por venir y yo también así que empezamos a acelerar nuestros movimientos ya que no teníamos condones así que no nos quedaba otra que tocarnos nomás.

Al final nos venimos al mismo tiempo y después él sacó su mano y chupo todos sus dedos a lo que yo hice lo mismo con los míos y después nos dirigimos de vuelta para mi casa. Ya que no llegábamos más y ya era tarde.

Cuando llegamos me baje de él auto al igual que él para que entrara y me fui a su lado y lo saludé con un beso cerca de sus labios y el me agarró el cuello junto con mi cintura y me beso bruscamente.

— No me provoques porque siempre me vas a encontrar — dijo y después me dió un piquito.

— Nos vemos en el colegio — dijo por último antes de entrar al auto y irse.

No puede ser que todo el tiempo que nos vemos siempre terminemos cogiendo.

Me encanta.


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