Hay gente que el 31 de diciembre se mete abajo de la mesa pa' ver si en el nuevo año consigue pareja, otras que se comen doce uvas y piden doce cosas, otras que se ponen las pantaletas amarillas; un poco de cosas. Gente qué pasa ese día en casa de su familia, de su pareja, de sus amigos, de sus culos haciendo todas esas cosas y recibiendo el año como es.Pero Sabrina pasó el 30 y el 31 haciendo maletas, acomodando sus papeles, organizando el bolso de mano y llorando. Esa mujer lloró lo que no está escrito, pudo haber llenado el guri de tanto que lloró.
Además de que lo pasó haciendo todo eso, lo pasó sola, nadie estuvo en su cuarto ayudándola, dándole palabras de ánimo, tratando de calmarla o hacerla sentir mejor o simplemente acompañándola, nada. Toda su familia estaba afuera gritando y celebrando el nuevo año que entraba. Ese jolgorio que había afuera la puso peor porque era evidente que no la querían cerca, no la querían en general pues.
De por sí ya se sentía como un cero a la izquierda y después de lo que pasó, su familia la terminó de apartar, como si no existiera.
Sabrina se la pasó encerrada en su cuarto los siguientes días, saliendo a comer cuando sus papás, su hermana y sus dos hermanos ya se habían metido a sus respectivos cuartos, saliendo para el baño en un dos por tres con miedo de encontrarse a alguno de ellos en el camino; parecía la propia presa.
Cuando llegó el ocho de enero, Sabri se puso peor.
A pesar de lo maluca que fue su familia con ella, no quería irse, no quería dejarlos atrás por quién sabe cuánto tiempo, quién sabe si pa' siempre, no quería irse así sin decirles lo mucho que los amaba y lo mucho que los iba a extrañar, no quería irse sin haber recibido un "te amo" de vuelta o un abrazo.
Pero ahí taba, sacando las maletas de la camioneta con la ayuda de sus hermanos que ni la miraban ni un coño. Suspiró cuando quiso hablarle a Miguel, el mayor de los cuatro, y éste simplemente se montó en la camioneta como si nada, como que si eso no era con él. Juan Carlos hizo lo mismo, ni la miró cuando le pasó por un lado y Serina, la del medio, ni siquiera se había bajado.
Sofía tomó aire que jode, regañando a ese poco de lágrimas para que no salieran y agarró sus peroles cuando vio que no quedaba nada en la maleta de la camioneta y adentro de ésta tampoco.
—Yo te voy a acompañar para que hagáis el registro y todo eso y ya después me voy que tu mamá, tus hermanos y yo tenemos vergas que hacer.
—Sí, papi. —respondió ella bajiiito, no queriendo hablar muy alto porque sentía que se le iba a romper la voz de escuchar a su papá hablarle tan feo, de ver cómo su familia la estaba tratando y de saber que unas horitas ya no iba a estar en su tan querida Maracaibo.
Cuando entró al aeropuerto internacional de La Chinita, vio a una chama abrazar a un señor y una señora que supuso eran sus padres por los globos que sostenían y la llorantina de felicidad que tenían los tres. A Sabrina se le arrugó el corazón viendo la escena tan linda de unos padres recibiendo a su hija mientras que a ella la estaban tirando ahí prácticamente.
Bajó la mirada y cerró los ojos con fuerza, tomando aire pa' no llorar.
Lo bueno fue que ese proceso mediante el cual no fue tan largo y tan tedioso, como que su Chinita la ayudó pa' que se pudiera montar rápido en ese avión. Registró su vaina, pas pas, logró comprar algo para comer en el vuelo, pas pas y mientras hacía todo eso se distrajo un poquito. Ahí pudo agarrar fuerzas para afrontar todo lo que se le venía.
—Listo, ya me voy. —avisó su papá, Pablo, cuando ella regresó. —Que te vaya bien, Sabrina.
El labio inferior de la chamita tembló que jode, toda esa fuerza que había agarrado y ese pequeño rato de distracción se fueron pal coño. —T-te voy a extrañar mucho, papi. —él no la miró. —¿Me das la bendición? —preguntó con la voz rotica.

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𝐂𝐀𝐑𝐀𝐂𝐀𝐒 𝐄𝐍 𝐄𝐋 𝟐𝟎𝟐𝟒ノyang jungwon
Fanfiction¡! ❞ Sabrina se muda a Caracas recién comenzado el año, queriendo dejar todo lo que le pasó atrás, queriendo y rogando que la capital la trate mejor de lo que el Zulia la trató, deseando conseguir ahí una curita para su corazón y su vida. Y puede se...