Capítulo ○5○

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En busca de algo
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La lluvia caía lentamente, a su alrededor todo estaba destruido, no se movió, solo permaneció en el mismo lugar pensando ¿por qué no pude protegerlos?

Perdónenme, no tuve la fuerza suficiente para protegerlos—se dijo a sí mismo en su corazón.

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Abrió sus ojos lentamente sin tener sensación de donde estaba, lo primero que vió fue a la princesa albina llorando frete a él.

Al ver como despertaba por completo, se abalanzó sobre el.

—No se que haría si no hubieras abierto los ojos, tuve tanto miedo.

—Ya deja de llorar—Elizabeth obedeció alejándose de él—¿en dónde estamos? ¿Y todos los demás?

-—Estamos en el castillo—dijo Selene entrando a la habitación—Los demás están siendo tratados por sus heridas.

—Selene a estado dando varias vueltas desde hace rato, va de una habitación a otra—la nombrada solo desvió su mirada.

—¿En dónde está Arthur?—preguntó preocupado. Selene caminó asta estar frente a la cama —Está con Merlín, está un poco afectado por lo que le ocurrió.

—Cuando Galan te atravesó, el rey Arthur comenzó a despertar sus poderes.

—Ya veo— contestó un poco cabizbajo—Por favor llévame con Merlín.

Meliodas se apoyó un poco sobre Elizabeth para poder levantarse, Selene los guió asta la habitación en donde se encontraba el cuerpo petrificado de Merlín.

Al entrar, lo primero que escucharon fue unos sollozos por parte del rey.

—Lo lamento Merlín, no fui capaz de protegerte— se lamentó Arthur sollozando pues se encontraba sentado frente al cuerpo de la hechicera.

Selene se acercó a él, le acarició la espalda tratando de calmarlo.

—Consuelame— la abrazó hundiendo un poco su rostro entre los pechos de su amada, ésta solo le acarició el cabello mientras volteaba la cabeza.

— Eso no hará falta— habló alguien, pero al parecer no había sido ninguna de las personas visibles, nadie sabía de quién se trataba, todos comenzaron a buscar de donde provenía esa voz.

—Es Merlín.

Una esfera pareció levitando. Se trataba del tesoro sagrado de la hechicera.

— Es el tesoro sagrado de Merlín.

—Antes de que mi cuerpo se convierta por completo, transferi mi alma al Lucero del alba Ardan—Vaya sorpresa. No cabe duda de que Merlín no dejaba de sorprenderlos.

Selene se separó de Arthur y analizó un poco lo dicho por la hechicera.

—Aun con eso es un problema que no tengas un cuerpo.

—Así es, además este mandamientos no puede revertirse ni siquiera con mis poderes mágico. Según Galan, los mandamiento derivan del rey demonio, si alguien puede desafiaron debe ser de la raza de las diosas.

—También su desborde de poder es un problema— dijo Arthur— No tuvimos ni una sola oportunidad contra él.

—Entonces ¿Cómo es que escapó?— preguntó Meliodas. Era cierto, aquellos que habían luchado en contra del mandamientos no sabían como es que se había marchado sin matarlos a todos.

𝕹𝖚𝖊𝖘𝖙𝖗𝖆 𝕸𝖆𝖑𝖉𝖎𝖈𝖎𝖔𝖓 "𝒜𝓇𝓉𝒽𝓊𝓇 𝒫ℯ𝓃𝒹𝓇𝒶𝓰ℴ𝓃"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora