Capítulo 《9》

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Corazón en llamas
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Un laberinto.
Vaya forma de empezar con el "Festival de pelea en Vaizel".

Al menos el heterocromatico se sentía más seguro, ya que despues de caminar por horas logró encontrar a una persona conocida, la pelinegra.
Al apenas acercarse a la aldea sufrieron por unas trampas mortales, hasta que terminaron dentro del laberinto y por accidente, cada uno en distintos puntos.

—¿Crees que sea por aquí?—mantenía su arma en su espalda tratando de observar sus alrededores. Claramente estaban perdidos entre los enormes muros de tierra, que quien sabe quien los construyó, aunque era evidente que no fue alguien común.

—No sé ni que día es hoy—desanimada, y con algo de hambre, trataba de seguirle el paso al mayor. Abrumada y casi harta de la situación, giró a ver al cielo pensando en la seguridad de sus amigos, hasta que se detuvo por unos segundos al sentir como la tierra debajo de ellos empezaba a temblar.

—¿Qué pasa?—por instinto se removió de su lugar dando un salto hacia atrás.

El tambaleo aumentó haciendo que ambos intentaran sostenerse entre ellos, casi abrazándose.
Sus rostros pasmados no tardaron en aparecer cuando de la tierra emergió un enorme mounstro con varias patas y antenas filosas.

Lo que Selene sintió fue asco y desagrado que se reflejaron en sus expresiones faciales. Todo lo contrario, segundos después los ojos de Eric brillaron como si viera un diamante enorme.

—¡Wow! Es un ciempiés gigante—mas que estar aterrado porque seguramente su vida correría peligro, se veía entusiasmado cuando la enorme criatura se movió a gran velocidad, caminando por el suelo y en las gigantescas paredes de tierra.

—Sin ofender pero se ve horrible— comentó sarcástica al mismo tiempo que el monstruoso ser se abalanzaba hasta ellos gruñendo.

Eric no lo pensó dos veces cuando tomó la muñeca de su
acompañante para empezar a correr—Sin importar cuanto me gusten los animales misteriosos, no quiero ser devorado por uno—corrió y jaló casi arrastras a la fémina.

—¡No me arrepiento de lo que dije!— le grito viendo sobre su hombro, y al reincorporarse para ver por donde iban, corrió al lado del heterocromatico volteando de reojo hacia el animal en varias ocasiones más.

Corrieron un gran tramo hasta que sus perseguidor hizo un túnel debajo de ellos para posicionarse frente ambos frenandoles el paso. Los dos se vieron y asintieron, como señal de que estaba de acuerdo con empezar a pelear ya.
Eric tomó su arco y dos flechas preparando su ataque.

Estas se iluminaron por completo con una luz celeste—"Relámpago"—las flechas se lanzaron en un abrir y cerrar de ojos, al verlas en el aire se notaba que sus formas ya no eran rectas, parecían quebradas o movedizas. Como rayos.

Rayos que se desvanecieron al entrar en contacto con la piel del animal.

—Jm, si que es resistente—el ciempiés corrió hacia ellos otra vez, pero lo esquivaron. Sin embargo el ser era tan largo que Eric aprovechó para subirse encima.

—¡Bien! ¡Creo que esto fue una mala idea!—trató de sostenerse como pudo, pero al final salió volando quedando a unos metros de la pelinegra que llegaba corriendo hasta el.

—¿Estas bien?—Le sostuvo el brazo tratando de ayudarlo a levantarse. El bicolor asintió aún con una mueca dibujada en su rostro, después se sacudió la ropa mientras Selene daba un suspiro pesado—¡Tengo más hambre que tiempo para pelear contigo!—cuando el ser se abalanzó hacia ella, hizo aparecer su arco y una flecha de luz—"Estrella segadora"—la flecha voló hasta el animal, pero se detuvo al estar a unos centímetros de su cabeza.
La confusión surgió en el hechicero cuando la flecha se pulverizo y la criatura empezó a gritar de forma espantosa, obligándolo a cubrirse los oído.

𝕹𝖚𝖊𝖘𝖙𝖗𝖆 𝕸𝖆𝖑𝖉𝖎𝖈𝖎𝖔𝖓 "𝒜𝓇𝓉𝒽𝓊𝓇 𝒫ℯ𝓃𝒹𝓇𝒶𝓰ℴ𝓃"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora