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Nota: no se hablar italiano, me maneje con el traductor de google y wordreference, asi cualquier cosa me avisan!

***

A la mañana siguiente, Gino volvió a sentir que todo era un sueño, pero la luz del sol, iluminando el rostro de su novio, le confirmaba su presencia allí. Acarició sutilmente la mejilla de Thiago, solo para sentir su suave piel y ver como este se removía en sueños sin querer despertar.

Notó como la remera que tenía puesta el menor se había levantado, dejando a la vista su cintura. Esa zona del cuerpo de Thiago tenía una tonalidad más blanca que siempre tentaba a Gino a dejar alguna marca.

—¿Qué hora es? — preguntó la voz adormilada a su lado.

— temprano.

— ¿Tenés que irte?

— No todavía.

— Mejor. — dijo cruzando su pierna sobre el cuerpo de Gino.

Gino río, notando que su novio lo que buscaba era que él le hiciera mimos. Thiago al despertar se ponía medio caprichoso y solo quería quedarse en la cama con él por horas, perdiendo el tiempo.

— Podríamos ir a pasear. — comienza a decir Gino. — Hoy es mi día libre del club.

— mmm. — refunfuño Thiago, escondiendo su cabeza en el cuello de Gino.

El ojiclaro, sabiendo como era su novio, empezó a dejar sutiles caricias en su espalda. Rozando sutilmente el culo de Thiago, dejándole apretones.

— No me vas a coger, así que no seas cargoso.

— ¿Seguro? — desafío el ojiclaro.

— Sí.

Gino de un rápido movimiento acomodó a Thiago debajo de él, pudiendo ver por completo la imagen del otro recién despertado, con todo el pelo desordenado, y los ojos a medio abrir. Era lo más bello que había visto en toda su vida.

Sin darle oportunidad de queja, lo beso, con suavidad, dándose el tiempo de apreciar cada segundo que sus bocas se rozaban. Pero, poco a poco, el beso se volvió más acelerado y brusco, más cuando una de las manos de Thiago fue hacia el pelo de Gino queriendo acercarlo más, pero, el ojiclaro aprovechó la oportunidad para ir hacia el cuello del castaño, y comenzar un recorrido de besos, con algún que otro mordisco, mientras dejaba sutiles caricias en su cintura.

El menor, sin poder evitarlo, empezó a soltar pequeños gemidos, que sonaron a victoria en la cabeza de Gino, hasta que, aprovechando lo concentrado que estaba el mayor en su cuello, Thiago apoyó sus manos en los hombros de Gino, lo empujó y se colocó encima de él.

— Te dije que no me ibas a coger, amor — le dio un pequeño beso en los labios, se levantó y entró al baño, tirándole un beso a Gino desde la puerta antes de cerrarla.

Gino respiró tres veces profundo y pensó la escena más desagradable posible, para bajar la erección que claramente ya se le había generado. Una vez se le bajó, se levantó de la cama para ir hacia la cocina.

— Voy a hacer el desayuno — gritó cuando pasó por enfrente de la puerta del baño.

— Oki, te amo — respondió Thiago con el sonido de la ducha abriéndose de fondo.

— Sí, yo también te amo. — con frustración por no haber ganado esa mañana, así que se concentró en poner la pava para hacer unos mates cocidos.

Mientras que Thiago se bañaba con una sonrisa de victoria en el rostro, feliz de seguir teniendo el poder absoluto sobre su pareja.

***

Te amo con mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora