ʙʀᴏᴋᴇɴ ʜᴇᴀʀᴛꜱ|| 𝑮𝒉𝒐𝒔𝒕 ||ᴄᴀʟʟ ᴏꜰ ᴅᴜᴛʏ

4 ִ ࣪𖤐

Los días se sentían tristes, grises.

Ya habían pasado cinco días desde la ruptura con Ghost, pero no lograba alguna mejoría en su estado de humor. No era sorpresa ver a la teniente con esa expresión, más triste que relajada, trataba de ocultar sus ojeras con un poco de maquillaje, pero esos ojos rojos debidos a las lágrimas no se disimulaban con nada.

Almorzó apenas unos bocados de la comida en su bandeja. Price aún no se había enterado, pero prefería que se quedará así, no era necesario y tampoco quería preocuparlo.

Se instalaba en el gimnasio de la base y no salía de ahí hasta que la tarde caía. No era normal verla así, antes detestaba estar en ese lugar, prefería entrenar al aire libre con Ghost y Soap, incluso con Gaz. Habían cambiado las cosas en esos cinco días.

Decidió irse a su habitación, si bien se encontraba tranquila esa incomodidad emocional en su pecho seguía ahí.

Tras algunos minutos de estar sentada mirando a la nada alguien tocó la puerta. Con pesar caminó hacia allí y la abrió.

—Hola, ¿puedo pasar?—le preguntó Gaz, el cuál tenía una de sus manos atrás de su espalda.

Con duda ______ asintió.
—Últimamente ví que estabas muy triste—se pausó y sacó lo que tenía escondido en su espalda—es para tí, el capitán dijo que eran tus favoritos—le extendió dos tabletas de chocolate con leche. Era la marca que le gustaba, pero no podía comprarla mucho ya que no se conseguían fácil.

—¿De dónde lo conseguiste?—le dijo sorprendida pero no tardó en agarrarlos.
—Los magos no revelan sus secretos—le contestó dejandola con la intriga. Ante lo que dijo una suave sonrisa divertida se formó en sus labios, después de varios días de tristeza volvió a sonreír...

Luego de esa vez Gaz venía un día de por medio a dejarle algún regalito a la teniente, ella lo recibía con una sonrisa en su labios. Si era comida lo compartían en su habitación entre risas, pero si eran flores ella las ponía en agua.

Tres semanas bastaron para eliminar la tristeza de la mente de la mujer, si bien quedaban resagos aún eso se solucionaría con el tiempo. Se había vuelto muy cercanos. Gaz era muy demostrativo con ______ y eso a ella le encantaba.

Cómo de costumbre la puerta de la teniente sonó, con entusiasmo fué a abrirla dejando ver a Gaz con una lonchera.
—Ya basta de chocolates, traje sushi—dijo apenado.

Ella lo recibió con una sonrisa. Ambos se sentaron en la cama, ______ no tardó en ir a buscar una pequeña mesa plegable.

Tomaron los palillos y comenzaron a comer.
—Está rico—halagó con la boca llena.
—Si, lo está—le contestó de la misma forma.

Al terminar de comer apartaron la mesa y tomaron agua. La habitación de ______ realmente estaba muy bien equipada, hasta una pequeña heladera había.

Se acomodaron en la cama y hablaron de cualquier cosa que se les ocurrió pero ya era tarde, a la joven teniente le dió sueño. Se acurrucó en el pecho de Gaz mientras lo escuchaba hablar y se durmió profundamente.

Él al notar eso negó suavemente con su cabeza y una sonrisita se formó en su labios. Dejó un beso en la coronilla de su cabello y se preparó para apartarla, quería que durmiera cómoda, pero no tuvo el corazón para hacerlo. Poco a poco el sueño también se apoderó de él, cuando se puso cómodo se durmió relajadamente.

A la mañana siguiente todos los miembros de la Task Force 141 debían reunirse para terminar de planear la misión a Las Almas. Pero al ver que ni Gaz ni Darkness estaban el capitán decidió mandar a Ghost a buscarlos.

Primero fue a llamar a Gaz a su habitación pero al no estar optó por ir a despertar a ______, pero al notar que no hubo respuesta alguna y que su puerta estaba sin seguro entró. Un leve suspiro de sorpresa salió de sus labios al ver la situación, ambos estaban dormidos, la chica estaba dormida encima del pecho de Gaz y él apoyaba su mejilla en la cabeza de _______. Algo incómodo al parecer, pero ellos seguían durmiendo plácidamente.

No los despertó, no quería hablar con ella luego de todo lo que le dijo. Agarró el despertador de _______ y lo configuró para que sonará en dos minutos. Rápidamente lo dejó como estaba y salió rápidamente de allí ignorando esa constante molestia en su pecho.