Tener que pensar en tener pareja es absurdo, te preocupas por cosas sin sentido o por cosas que ni siquiera haces tu mismo
Por qué cuando una sale de una "relación tóxica" viene un ángel a calmar tu alma y tú universo. A ponerle sentido a tu vida, y hacer un caos en tu cabeza.
Sentada en la esquina de la calle esperando a un amigo, tratando de no caer en cuenta que te dejo plantada, no quisiera ser esa chica. Pero... Lamentablemente si soy esa chica.
Veo pasar a la gente, es sábado por la noche estaría bien comer un poco de pizza una película y a dormir, pero el quiere verme, ese monstruo quiere hablar conmigo.
Veo a esa persona de mierda, que querrá me preguntó una y otra vez, por qué acepte salir, tan tonta que soy y dignidad ya no hay que podría esperar de el.
Unos minutos después estoy sentada esperando a que regrese con lo prometido.
10 minutos no lo veo decido pararme a ver si lo veía de lejos, 30 minutos nada no se ve su estúpida cara, pero un chico capta mi atención.
-mmm será que está borracho- pienso y miro mi celular ya no le llegan mis mensajes y doy por hecho que no volverá.
—Diasculpa— escucho y alzó la mirada ese chico que si estaba un poco ebrio.
—si— digo con cierto temor y vergüenza
—Disculpa que me hacer que así pero ya van dos veces que paso y te veo ahí esperando— me dice con curiosidad y no se por que pero hay algo que me llama de él que es?.
—estoy esperando a un amigo— digo con timidez para después voltear a ver si de pura casualidad veo al monstruo pero ni sus luces.
—A okey entonces, puedo acompañar a esta bella princesa— dice con toda sinceridad.
Solo asiendo con la cabeza y era agradable estar con el, ese miedo que estaba en mi cuerpo por el simple hecho de que me habían dejado plantada se había ido, me hizo sentir tranquila y en paz, esa paz que no había sentido por meses ahí estaba.
—Y realmente esperas a un amigo o a tu novio— me preguntó con curiosidad, lo volteo a ver y se me escapa un suspiro.
—Ya veo tu novio, pero por qué te dejo aquí solita— me dijo con cierta tristeza pero la cubrió con una desaprobación hacia esa persona.
—Es que es complicado— digo tratando de no recordar el pasado.
Empieza a pasar 20 minutos y en ese lapso pasaron vecinos que no les hablaban pero el los conocía.
Después de un rato le pedí amablemente si podia acompañarme a comprar mi cena.
Accedió y me acompaño era lindo estar con el, me hacía sonreír, me hacía reír, y los suspiros se habían ido.
Estando cerca de mi casa ya con mi cena en mano páramos pues ya tocaba la despedida pero pienso que esto no solo va a terminar en un solo adiós.
—No me quiero despedir la verdad— me dice como si fuera un niño pequeño.
—Yo tampoco, pero ya me tengo que ir—
Digo con cierta tristeza.
Veo como sus ojos pasan de ver mis ojos a mis labios y si está despedida no va a terminar con un solo adiós, si no con un beso de nos vamos pronto.
—Ay no sé si deba hacer lo que tengo en mente— me dice con pena y retrocede unos pasos.
—Si quieres adelante— le doy el si para que lo hago ya que desde hace unos minutos también yo quería probar sus labios.
Esa necesidad de estar con el era intensa como si de un imán se trataba no quería despegarme de el.
Veo como se acerca entre cierro los ojos y por fin siento sus labios contra los míos, entre abro los labios y capta el si de entrada a un beso un poco más intenso.
El ambiente cambia, el beso se vuelve más apasionado, se separó de mi, y me quedo con ganas de más, de probar un poco más ese sabor entre cigarro, cerveza y menta.
—no es una despedida, espero volver a verte princesa— se despidió y yo entre a mi casa.
Estoy en shock este momento nunca lo sacaré de mi cabeza.
No puedo olvidar al que para hoy es el amor de mi vida, pero no todo es color de rosa, por edad y por clases no podremos estar juntos o si...
