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— Pasajeros del vuelo 126 hacia Londres de
las 3 pm, pasar a la sala b.

Por las bocinas del aeropuerto se escucha, Sergio estaba ausente en su propia mente desordenada aún así acató todo para subir prontamente al avión.

Para viajar hacia Londres, habían pasado
unas cuantas horas después de aquella
llamada que lo había descompuesto. Aún
creía que era un mal sueño o tal vez una equivocación

Todo el vuelo estuvo con dolor estomacal,
se sentía confundido, las emociones lo estresaban mucho Por lo que tuvo dolor de cabeza en todo el vuelo.

No había ingerido ningún alimento desde
que se había enterado pues le daban ganas
de vomitar con tan solo oler la comida.

Ni siquiera tuvo la diligencia de avisarle a
Max ya nada importaba, Sergio sabía que
probablemente no le creería y no lo dejaría ir
por eso se fue sin avisar.

El aún no creía eso, pero, por alguna razón...
sentía que caminaba en cristales rotos que lo
hacían sangrar

En algún momento del vuelo las lágrimas mojaron su rostro sin parar

Tenía la sensación de que en cualquier momento caería en un hoyo profundo donde se perdería acaso, ¿es una pesadilla?

¿Por que no veía?

Estaba caminando a ciegas... de nuevo.

Cuando el vuelo termina, toma su simple maleta que había llenado de ropa sin sentido para partir rápidamente al aeropuerto a
tratar de tomar el vuelo más cercano.

Sus pasos se hacen pesados y fríos con el
pase de los  minutos. Un nudo en el estómago crece aún deseaba inconscientemente que
todo fuera un error.

Toma un taxi en la salida del aeropuerto y
sabe que el trayecto será bastante largo. El
frío de Londres es bastante. Y por alguna
razón recordó una vez cuando eran adolescentes, Lewis y él decidieron salir a
la nieve y terminaron haciendo "competencia" de quien hacía el mejor muñeco de nieve

Hasta Roscoe estaba feliz corriendo entre la nieve

Con la sola mención del canino, Sergio se preocupó el doble.  Probablemente el canino está solo "Tengo que ir por él" pensó el mexicano

No podía dejarlo solo, era un perrito muy
lindo y él lo quería mucho. Aunque aún no se hacía a la idea de que si todo fuese realidad, Hamilton ya no estaría ahí para Roscoe, dándole amor, abracitos, muchas veces el mexicano fue testigo del amor entre Lewis
y Roscoe.

Algo que le gustaba bastante, ya que Max nunca quiso tener una mascota, ya que según él "no quería una mascota sucia en casa"
Sergio aceptó su negatividad al tener una mascota pero no dejaría a Roscoe sin
importar que Max se molestara.

En todo el trayecto solo miró hacia la ventana del automóvil con los recuerdos recorriendo
su mente para su lamentablemente pesar.

Recuerda cómo se conocieron, era un día soleado y Sergio estaba nervioso porque entraría a secundaria, no solo en otro país, lejos del suyo si no en otro lugar lejos de su familia donde hablaban otro idioma que a duras penas había comenzado a hablar con fluidez.

Al final resultó que Lewis estaba igual de nervioso por otras circunstancias. Por lo que en la entrada ambos chocaron por ir viendo
el piso en vez de mirar hacia frente y se hicieron bastante cercanos .

Para Sergio, Lewis, significaba mucho... solo que casi nadie lo sabia.

Había intentado esconderlo.

Él tenía un secreto. Alguna vez estuvo enamorado de Lewis solo que jamás lo
supo.. el quiso esconderlo porque temía al rechazo, solo Carlos Sainz que era otro
buen amigo, lo sabia.

   ↫ 𝙻𝚎𝚠𝚒𝚜 ↬ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora