CAPITULO III - EL PRIMER "VERDADERO AMOR"

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CAPITULO III – EL PRIMER "VERDADERO AMOR"

Sin duda mi preparatoria tenía que ser mejor que la secundaria, tal vez no debía ser popular, pero mínimo tener más amigos. Y al parecer el destino me quería lejos de mi "mejor amigo" ya que el quedó en otro grupo, alejado del mío por cierto.

En esta preparatoria debía elegir un taller para cumplir con 150 horas de servicio, aunque ningún taller servía a nadie más que a la escuela o al alumno. Los talleres que impartía la institución eran: gym, al cual no entraría por dos razones, la primera solo iban dos hombres para ligar, y la segunda, no me gustaba; basquetbol, al cual no entraría ya que era bueno en dicho deporte, me parecía mejor aprender otra cosa; banda de guerra, que era para antisociales, gays, y demás rechazados; futbol, al cual mis padres no me dejarían entrar por ser tan tarde la hora de las practicas; volibol, que no llamaba mi atención; dibujo, como ya mencione desde niño he dibujado, y a estas alturas ya era bastante bueno, esta era mi opción número uno. Pero al igual que en muchas circunstancias de la vida me deje llevar por una chica que era muy guapa, la cual me pidió entráramos al taller de teatro. Así que como cualquier adolecente, accedí a lo que ella pidió.

Me enamoré. Ame esa clase y ya no quise otro taller, la chica que me invitó solo tomó esa clase y ya no regresó.

El teatro y la actuación cambiaron demasiado en mí. Me volví más social, ya no tenía tanta pena en muchas cosas, perdí el miedo al hablar en público, me hizo normal, y me dio a la persona que más he amado.

Simplemente un día llegó y ya no se fue. Una compañera del taller me la presento unos minutos antes de la clase.

-Hola, soy Danny, pero me dicen el guapo.- a partir de aquí siempre bromee con mi supuesta belleza.

-Hola, soy Noemí.- dijo mientras reía por mi evidente chiste.

Estuvimos platicando sentados en la mesa de pimpón la cual era de concreto. Al levantarnos para ir a clase accidentalmente golpee su rodilla, y rápidamente quise dar alivio a su dolor pidiendo perdón y sobando su rodilla. Al darme cuenta que estaba tocándola, retire rápidamente mi mano y apenado pedí nuevamente disculpas.

Ya en clase, calentábamos en un círculo, hacíamos movimientos de cadera, ella estaba justo frente a mí, al otro lado del salón y debo admitir que me llamó mucho la atención la perfección de sus movimientos de cadera. Levante la vista y lo supe. Supe que ella tenía algo, distinto que me gustaba.

Luego de un, en ese entonces, largo lapso de dos semanas, de pláticas, risas y salidas, le pedí fuera mi novia, aún era un poco cobarde así que lo hice en una nota que le di, yo salí temprano ese día así que fui a su salón y le pedí con un silbido que saliera.

-¿Leíste la nota?- pregunte únicamente para sacar el tema.

-Sí, ya la leí, la estaba terminando de leer cuando me hablaste.

-Y ¿qué piensas?, quieres pensarlo, o ya tienes una respuesta

- Pues...- agachando la mirada, y tomando sus dedos, con una pierna ligeramente flexionada, cerrándose hacia ella, dijo.-...es que si me gustas, me caes muy bien, pero...

- pero...- oh no me van a batear de nuevo

-...pero creo que debemos conocernos mejor, salir más, no sé.

- Bueno, está bien, mmm ya debo irme.- me acerque a ella para despedirme y mi sorpresa fue que me intento besar, ósea, ¿qué le pasa me dice que no quiere ser mi novia y luego me quiere besar?

-perdóname.- dijo muy apenada, comprendiendo su error.

- No te preocupes, no pasa nada. Nos vemos.

Luego del inexplicable incidente del intento de beso, salimos otras dos semanas, trate de conocerla más y de que me conociera mejor. Una de sus amigas me dijo que Noemí le había comentado que ya estaba ansiosa por que yo le pidiera fuera mi novia de nuevo, que incluso ya me había tardado. De veras que me convencí demasiado de que las mujeres son muy raras y es muy difícil entenderlas.

Así pues, justamente al mes de conocerla le pedí nuevamente fuera mi novia. Obviamente esta vez acepto. Debo admitir que por alguna extraña razón esta vez no me emociono tanto como me hubiera emocionado la primera vez.

Los días con ella eran más cortos que nunca. Todo el tiempo era ella y yo. Incluso deje de entrar a algunas clases por estar con ella. Saliendo de la escuela estaba con ella. Las tardes, los fines, todo el tiempo.

Un día mientras regresábamos del parque al no haber entrado al taller de teatro, caminábamos tomados de la mano hasta que ella se detuvo y con los ojos muy abiertos dijo:

-Ahí están mis papás.

Atemorizado al no saber la reacción de ellos solté rápida y evidentemente su mano. Vi que su padre subió algo molesto a su camioneta, y pensé: debo hablar con ellos.

-¿quieres que hable con ellos?

-no, me van a regañar, en primera por no estar en la escuela.

-voy a hablar con ellos, les voy a explicar.

-no, no lo hagas, ya vete mejor.

-no.- llegamos a la camioneta y se subió, yo me quede parado frente a la puerta del chofer, donde estaba su padre.

- buenas tardes señores. Miren la verdad primero quería explicarles de dónde venimos, para que no se mal entienda esto. Salimos temprano de clase así que fuimos al parque, aquí abajito, yo respeto a su hija.- Dios mío, jamás había estado tan nervioso. Voltee a la parte trasera de los asientos, ella y sus dos hermanos se reían de mí y mis muy notorios nervios.

-la verdad le pedí a Noemí que fuera mi novia y pues quería pedirles permiso a ustedes, para que sepan, para salir con ella y así.

Su padre no dijo nada, solo volteo a ver a su esposa, y miro nuevamente al frente.

-pues esa es decisión de ella, nada más que si te encargo que si la dejamos en un lado, estén ahí porque uno confiado en que ahí están y quién sabe dónde andan.- dijo firmemente su madre.

-sí, si señora, le digo estábamos en el parque, pero no vuelve a pasar.

-bueno, ya que bueno que nos dices. Nos vemos.

-sí, perdón, y gracias, hasta luego.

Nunca le tuve más miedo a su padre que en ese momento. Ya con la aprobación de sus padres, pasábamos todavía más tiempo juntos.

Entonces al cumplir un mes de noviazgo, hice algo que según yo debía hacer. Tome la cajita en la que atesoraba la foto de "mi primer amor" hable con ella en la mano, pedí disculpas, no sé ni por qué y dije, debo hacerlo para comenzar bien esto, y lo hice: rompí la foto que durante un par de años amé tanto.

Noemí tenía un par de cosas que no me gustaban, la falda demasiado corta, era muy coqueta con los chavos, era muy fiestera, le gustaba tomar, cosas que yo no hacía. Me molestaba verla sentada en las piernas de sus "amigos", pero quizá por lo ciego del amor, no preste mucha atención.

Se volvió mi confidente, mi apoyo con toda la situación en mi casa, mi alegría, mi motivo, ella me daba todo lo que en ese momento necesitaba. Empecé a convivir más con su familia, me aceptaron muy rápido. Me platico de todo lo que había sufrido con el cáncer de su madre, la apoye, la ayudaba con sus tareas, la hacía reír. En su familia encontré lo que yo no tenía: Una familia, valga la redundancia. Llego un punto en que ellos recogían mis calificaciones, las cuales me enorgullecía supieran; saliendo de clases me llevaban con ellos a mi casa y eventualmente a la suya a comer. Todo era miel sobre hojuelas. Tantos lugares que recorrimos juntos, y tantos otros en los que literalmente nos perdimos por su mal sentido de ubicación el cual era uno de sus defectos más perfecto. Miles de fotos, aprendí y crecí como persona al lado de la dueña de los labios más dulces de la tierra, amaba su locura y su fuerza, su creatividad y su amor a todos.

Hasta el momento Noemí se estaba convirtiendo en "mi primer amor verdadero"

MIS "AMORES"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora