Después de aquel día, Ikki nunca comentó nada de ese suceso y sabía que sería una bronca, y él no se quería meter en una, aunque primero tenía que ganarse la confianza de su hermano. Aunque sería imposible, pues el ruso siempre se sentía más apagado a Shiryu o a Seiya, incluso a Shun. Pero no importa mucho que digamos, pues tenía que descubrir que hacía Afrodita fuera del santuario, y está 100% seguro que él estaba siendo acompañado por alguien.
Dejando el tema de lado, el pequeño ruso estaba sentado en su silla con Tatsumi, pues los caballeros de bronce, incluyendo a Ikki había salido y Saori aún no había vuelto de su reunión con el Olimpo, para arreglar el probador.
El pequeño estaba escribiendo con una cara de aburriendo, no tenía con quién jugar, pues, su mamá o hermanos no estaba, estaba tan instruido que se equivocó en una palabra, volteo a ver a Tatsumi quien vio el pequeño error, iba a aplicar un método para que no se volviera equivocar. Agarro la mano del niño y luego una regla para luego pegarle tres veces seguidas, por un simple error, haciendo que el más pequeño empiece a llorar por el dolor de su mano.
— Bien empezó desde el inicio - hablo con seriedad mientras arrancaban la hoja - bien que esperar, empieza a escribir
El rubio se aguantó su sollozo y volvió a escribir torpemente mientras las lágrimas aún fluían por sus ojos, haciendo que las hojas se moje haciendo que la tinta se esparza, costaba escribir, pues, las lágrimas caían y los sollozos no se detenía al punto que dejara de ser sollozos a gritos, haciendo que Tatsumi se hartó de los llantos.
Tomo la mano de del rubio y tomo la regla, el rubio las alejo rápidamente por miedo y volvió a llorar más fuerte, y pedía perdón claro en su lenguaje materno. Hyoga se estaba limpiando las lágrimas mientras seguía pidiendo perdón en murmullo. Tomo la mano del niño y le volvió a pegar, pero con más fuerza, haciendo que llore mucho más y alejo de nuevo las manos, y pidiendo perdón entre jadeos ahogados.
— Мне жаль!...
— Solo deja de llorar! - dejo la regla y volvió arrancar la hoja - ahora vuelve a empezar, y no quiero errores, entendido?...
El pequeño solo asintió mientras se aguanta las lágrimas y sus jadeos, tomo con miedo la pluma y seguía escribiendo con temblores. Era claro que las letras salía mal y chueca, el niño noto eso y con miedo miro a Tatsumi y le pidió disculpas otra vez a Tatsumi.
El tiempo pasó rápido, el pequeño vio las hojas arrancar y una hoja donde en su libreta, que la única hoja que le arrancaron tenía todas bien escritos, su ojo estaba hinchado de tanto llorar, tenía la cabeza baja, su mano estaban muy rojas de todos golpes en ellas. Hasta que escucho la puerta abrirse, se bajó rápidamente de la silla y corrió hacia esa persona para poder abrazarlo, vio que era una mujer y se acercó para abrazarla con fuerza, no se quería separar de ella.
— Hyoga?, te ocurrió algo?! - pregunto la mujer de cabello lila -
— Se... s... se..ño...ri… señori... ta... señorita... yo... y...- trato decir le algo, de lo que había ocurrido, pero las palabras no salía, era como un temblor que no lo dejaba hablar -
El pequeño estaba agitado y respiraba fuertemente, trato de decir algo, pero no podía quería volver a llorar, y solo abrazo con más fuerza a la mujer.
— Hyoga, puede decir todo, no me tenga miedo, yo no soy tu enemiga - le hablo con suavidad en su voz, haciendo que el pequeño la mire - Soy Saori…
— Saori?
Hyoga se separó rápidamente del abrazo, y de su ojo salía lágrimas y se las limpió rápidamente, Saori se agachó a la altura del ruso, y pudo notar que las mano del rubio estaba aún rojas, las tomo haciendo que el pequeño soltara un quejido de dolor y se zafó del agarre de la mujer.
— Que te paso en las manos?!
No hubo respuesta del contrario, solo bajo la cabeza con miedo a que le pegará, y se cubrió la cara con miedo, Saori sabía que algo no estaba bien, si el pequeño no cooperaba, no podría ayudarlo.
— Hyoga, por favor dime qué te pasó, si no me dice nunca podré ayudarte... por favor dime lo que te paso, y así te podré ayudar... - hablo en ese tono suave haciendo que el pequeño la volviera a ver -
— M... e ... me... me... du... ele... duele, mucho, quiero ir con mamá!
Saori solo lo abrazo consolado al más pequeño, mientras le murmuraba palabra de consuelo, pues podía escuchar como el pequeño solo lloraba en su hombro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Para hacer este capítulo me acordé de la escena donde el calvo le pega a Ikki con un látigo, así que pensé que calvo ni sería nada nada amable con Hyoga para enseñarle japonés.
Imagínese a los bronces y a Camus cuando se entere de lo que pasó.
