—¡DIOS, QUÉ CALOR! —Dije gritándole a mi perro.—¿Tú tienes calor, Lewis? —Le hablo a mi Golden retriever
Me levanté para buscar el control del aire acondicionado.
—Debe estar por aquí. —Digo mientras busco en el cajón de mi habitación.
Encuentro unas llaves que no veía hace tiempo.
Las llaves de Scott, mi ex pareja.
—Bueno, Lewis, tocará ir a lo de Scott para pasar este infierno.
Agarré las llaves del edificio que quedaba a tres cuadras del mío y entré como si nada. Los de recepción me conocían, pero no creo que sepan que habíamos terminado.
Fui directo a la azotea, donde se encontraba la piscina de la comunidad. Me saqué el short y la remera que llevaba puesta y las dejé a un lado con mis cosas.
La piscina estaba sola y me fui metiendo poco a poco los pies.
Estaba allí hace como 10 minutos hasta que me llamó Mariza, mi roomie.
Llamada de Mariza.
—¿Dónde estás, Lucía?
—En la piscina.
—¿Qué piscina si nosotras no tenemos?
—Ahí está el tema... Estoy en la piscina de Scott.
—¿Cómo que estás ahí?
—Encontré las llaves de su edificio que él dejó en mi casa y tenía calor y me vine a su piscina. —Dije antes de que piense otra cosa. —De hecho, hay un chico viéndome raro.
Mierda, se está acercando.
—¿De qué departamento eres?
—¿Disculpa? —Miro al pelinegro alto que tenía delante mío.
—Nunca te vi por aquí.
—Del 28 A. —Mentí descaradamente. Pude haber dicho el de Scott, pero él iría a hablar con él.
—Ese es mi departamento. Reitero, ¿de qué departamento eres?
—¿Eso es importante para ti? —Lo miro a sus ojos verdes oscuros.
—Nunca te había visto.
—Soy nueva. —Digo con tono de duda.
—Mentira.
—Ni siquiera me conoces, no sabes nada de mí, así que no creo que sepas que miento.
—Entonces, ¿por qué estás nerviosa?
—¿Qué te dice que lo estoy? —Hablé mietras me acomodaba mi mechón rubio.
—Observando tu lenguaje corporal. —Dijo mientras intenta mantener el contacto visual de manera exagerada. Labios fruncidos.— Las microexpresiones delatan a los mentirosos.
—¿Qué eres, psicólogo?
—Si y creo que deberías irte antes de que llame a la policía.
—Tengo la llave, ¿cómo piensas que entré?
—Robo, ¿sabes cuántas personas que no viven aquí vienen solo a la piscina?
—¿Sabes? Me iré si es lo que usted quiere. —Digo mientras me levanto para tomar mis cosas.
—Pues la acompaño a su departamento.
—No es necesario, pero gracias.
De vuelta en mi departamento con un calor de morirse.
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El Encuentro Inesperado (EDITANDO)
RomanceCuando ella se cuela en un edificio para ir a la piscina del lugar. El viviendo ahí y siendo curioso por su "vecina"