Capítulo IV Atrapados

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+SARAH!!

    Los gritos de los ocho jóvenes invadieron el pasillo buscando por cada habitación alguna señal de aquella chica, su desesperación por encontrarla crecía con cada segundo que pasaba, comenzaban a pensar que tal vez ya no estaba en la casa.

+Sarah! Ven por favor! Queremos hablar contigo –Habló Félix en voz alta tratando de llamar su atención–

+Enserio sentimos lo que pasó, por favor ven! –le siguió Jeongin–

  Pero ninguna de sus súplicas fue escuchada, parecía que estaban hablando con las paredes que los rodeaban.

  No iban a mentir, estaban asustados después de aquel suceso en la entrada de la casa, ninguno de ellos pensó que viviría algo realmente paranormal en este viaje o en el resto de sus vidas, para ellos esto había sido como una pequeña advertencia de que sus vidas no durarían mucho si seguían dentro de esa casa.

   Los segundos pasaban y no habían rastros de aquella chica en aquel pasillo,  comenzaban a perder la esperanza de encontrarla hasta que una idea vino a la mente de Chan haciendo que se detuviera llamando la atención de sus amigos.

+¿Qué sucede? –Preguntó Changbin–

+Creo saber dónde está –Dirigió su vista a hacia sus amigos– pero voy solo, ustedes quédense aquí

+¿Estás loco? ¿Y si esa cosa te atrapa? –Negó Minho cruzandose de brazos–

+No deberías opinar mucho, te recuerdo que por tu culpa perdimos de vista a la única persona que nos puede ayudar

  Minho rodó los ojos recostando su espalda contra la pared, odiaba que le sacaran en cara que había hecho las cosas mal, sobretodo cuando era su mejor amigo quien lo reprochaba.

+Iré a buscarla, ya vuelvo –Miró al resto- por favor, no se separen

  Los chicos asintieron ante la petición su petición y este se dio la vuelta yendo hacia el fondo del pasillo entrando a una puerta que no era realmente visible a primera vista, esto debido a que la puerta era un poco más estrecha de las demás y estaba oculta junto a un armario que se encontraba cerrado con un candado.

  Era la misma puerta por dónde había entrado en la madrugada persiguiendo a Sarah, si tenía suerte, la encontraría en la biblioteca al igual que está mañana.

  Entró a la habitación y caminó despacio por los pasillos de esta detallando cada rincón buscando señales de Sarah, pero lo único que veía eran pilas y pilas de libros sin éxito en su búsqueda.

  Chan soltó un pequeño suspiro en rendición después de unos minutos de larga búsqueda, realmente pensó que encontraría a la chica en ese lugar, pero fue una suposición estúpida.

  Se dio la vuelta en medio del pasillo caminando nuevamente hacia la puerta hasta que un sonido lo detuvo antes de poder abrir esta, giró un poco su cabeza hacia el lugar en donde había conversado esta madrugada con Sarah escuchando el sonido de lo que parecía ser un leve llanto.

  Caminó sin hacer ruido hasta esa zona percatandose de que era el único lugar de la habitación al cual no llegaba por completo la luz en uno de los rincones, lo cual podía resultar como un perfecto escondite. Al estar lo suficientemente cerca agudizó su oído logrando captar nuevamente aquel sonido y, concuerdo a lo que había escuchado antes, era un llanto lo que había llamado su atención antes de salir.

  Se agachó un poco divisando entre las sombras el cuerpo de Sarah, estaba sentada en el suelo abrazando sus piernas con la cabeza escondida en sus rodillas.

  Realmente estaba llorando por las palabras de Minho.

  Chan se acercó un poco manteniendo una distancia prudente para no molestar la soledad de la chica.

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