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— Puta maldición....Maldito pedazo de mierda — Maldices apretando los dientes, pateas el cubo de basura desbordado que hay a tu lado. Cazar esa maldición había sido un dolor de cabeza y ahora estabas cubierta del liquido que salida de la basura, sucia y maloliente. Era jodidamente humillante, mirando a la cornisa desde la que te arrojaron puedes ver la nube de los restos de la maldición evaporarse y Yuji Itadori mirándote
— ¿Estas bien? — te grita, visiblemente preocupado desde dos pisos más arriba
— ¿Parece que este bien? — Le gruñes de vuelta, limpiando sin éxito tus manos en tus pantalones húmedos, para empeorar las cosas estas en una misión con el insufrible de Itadori y no te refieres a insufrible de una manera que no puedas aguantar estar a su lado, simplemente odias ser su pareja en las misiones.
Es torpe y un ignorante de las cosas que pasan a su alrededor, prefiere usar su fuerza en vez de el cerebro, es el motivo por el que has terminado con la cara llena de basura en primer lugar. No, te gusta hablar y pasar tiempo con el fuera de las misiones pero es la peor pareja, sin mencionar los descaros constantes del demonio de su mejilla, atormentándote sin final y volviéndote loca.
Después de haber pasado el instituto con él y haberos graduado juntos hace tres años ni siquiera te has acostumbrado a la presencia de Sukuna, Agradeces que Yuji siga presente, el objetivo de conseguir todos los dedos de Sukuna toma mas tiempo de lo que nadie había imaginado, pero por dios necesitabas un descanso.
Yuji salta por la escalera de incendios, arrastrándose hasta donde estas parada, pretendiendo que no te ves tan mal como te sientes — ¿ Te has hecho daño?
— Prefiero estar herida que esto — admites encogiéndote ante el sonido húmedo de tus calcetines en tus zapatos cada vez que das un paso hacia la salida
— Hueles un poco mal
— No me jodas, ¡ me he caído en un cubo de basura !
— Hey, perdona, no te enfades conmigo — levanta sus manos en rendición, pero te ves como un animal salvaje apunto de saltar a morderlo, aprietas los dientes y te contienes de golpearlo saliendo del callejón ignorando tus sonidos — Espérame
— Yuji, por favor solo cállate, solo quiero darme una puta ducha
— Sera mas rápido si te cargo y te llevo ¿lo sabes, no? no me importa ensuciarme — paras tus pasos mirándolo con los ojos entrecerrados, te mira con nerviosismo, una mirada amplia y disculpándose. Suspiras sabiendo que lo hará sentirse mejor por lo que asientes con la cabeza brevemente
Sabes que la velocidad natural de Yuji es incomparable y desconcierta a todos los hechiceros que conoce, incluso antes de estar poseído, aparentemente, era imposible mantenerle el ritmo. Se acerca a ti y notas como su nariz se arruga cuando tu olor le llega, lo ignoras ya que la vergüenza que sientes ya esta en su punto mas alto
