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— ¿Un día largo?
Una sonrisa, un cigarrillo y una mano en su mejilla. Así es como suele saludarte cuando pasas por su lado de camino a tu apartamento, el que está al lado del suyo.
No te agrada demasiado, por varias razones.
¿Cómo empezarías a describir a Toji Fushiguro? El hombre que no tuvo que decirte su nombre, su amigas lo hicieron por él.
¿Cuántas veces habrás escuchado esas mismas palabras en las últimas semanas? Ya ni siquiera lo sabes, has perdido la cuenta y las horas de sueño por ellas.
No culpas exactamente a las mujeres, claramente suenan como si se estuvieran divirtiendo. Pero de verdad tiene que ser tan seguido? y tan ruidoso? Las paredes entre vuestros apartamentos no son realmente gruesas y tus nervios no son realmente los más fuertes, Odias no dormir y odias mas aun que tengas que escuchar las aparentes grabaciones en vivo de Toji Fushiguro teniendo sexo.
Así que además de un fanático del sexo tu vecino es:
1. Un vago, uno terrible en eso, al menos eso supones por la forma en que siempre viste esas sudaderas anchas y sandalias abiertas, incluso cuando hace frío fuera.
2. Irritante, Un día te miro fijamente por el pasillo, entonces se rio en tu cara cuando lo acusaste de ellos, te dijo que simplemente le dijeras si lo querías, lo que sea que significará esa...
3. Rabia inducida misteriosamente, ¿Este tipo tiene acaso trabajo? nadie lo sabe, tiene el horario más irregular que hayas visto jamás, algunas veces te has despertado por el zumbido de la lavadora a las cuatro de la mañana, cuando él sabe que te tienes que levantar a las 6 am, se lo has dicho tantas veces.
4. Caliente, esa él probablemente la peor cosa sobre él, Es espantosamente, estúpidamente y terriblemente sexy. Esa vez que abrió su puerta, desnudo de cintura para arriba con solo una toalla holgada atada alrededor de su cintura...finalmente te diste cuenta que tan alto era. Qué tan amplios eran sus hombros, que tan insanamente fornido estaba en general. En ese momento, estaba todo sobre ti, olvidaste completamente de que te querías quejar esa vez. Te inventaste una excusa rápida, lo dejaste ahí parado en la puerta sonriéndote y mirándote hasta que estuviste en tu apartamento, bajo la ducha, y te calentaste por eso, tanto, hasta que lo hiciste de nuevo y otra vez, y varias veces mas hasta que lo aceptaste
Estas inquita con tus llaves, en un extraño punto muerto entre sabiendo que probablemente sería mejor no entablar una conversación en ese momento y seguir sintiendo que necesitas a alguien con quien desahogarte, ¿pero él? ¿de verdad puedes hacer eso?
— Más o menos — respondiste finalmente — podría decirse así, un día largo sin duda
— ¿si? — El profundo sonido de su voz resuena en tus oídos, no parece despreciar tu situación, extrañamente pensabas que simplemente se reiría de ti, pero no lo hace, simplemente toma otra calada de su cigarrillo y luego lo apaga sobre la barandilla. Los dos lo veis caer varios pisos hasta que aterriza en el suelo, por un segundo sientes la necesidad de regañarlo por tirarlo hasta que lo miras y te ves mirándolo directamente a los ojos callándote al momento
