La alarma de mi celular me despertó con un sonido insistente, sacándome de un sueño profundo. Parpadeé un par de veces antes de estirar la mano para apagarla, y fue entonces cuando noté algo extraño. El otro lado de la cama estaba vacío.
Me incorporé lentamente, sintiendo un ligero dolor en mi entrepierna, lo que me hizo recordar la noche anterior. Minji me había dicho que era normal, pero aun así, la sensación me tomó por sorpresa. Apreté los labios, intentando ignorarlo, y me envolví en la sábana por instinto antes de mirar a mi alrededor.
—¿Minji? —llamé en voz baja, pero la habitación estaba en silencio.
Me levanté de la cama y caminé descalza hacia su armario. Abrí la puerta con familiaridad y tomé una de sus camisas, sintiendo su aroma impregnado en la tela. Me la puse antes de salir a buscarla.
El departamento estaba en calma. Primero revisé el baño, luego la sala de estar y la cocina, pero no había rastro de ella.
El vacío en mi pecho comenzó a expandirse. Algo no estaba bien.
Tomé mi celular con el corazón latiendo con fuerza y marqué su número. Llevé el teléfono a mi oído mientras mi mente intentaba encontrar una explicación lógica. Quizás había salido a comprar algo. Quizás no quería despertarme. Quizás...
—Hey. Tal vez estoy ocupada ahora o simplemente te estoy ignorando. Devolveré la llamada cuando pueda... o tal vez no lo haga.
El buzón de voz de Minji sonó con su tono despreocupado y casi burlón, pero en ese momento me pareció cruel.
Desvié la mirada hacia la ventana, observando la ciudad aún envuelta en la brisa matutina. Minji no estaba. Ni en el departamento, ni en mi alcance, ni en nada que pudiera calmar la sensación de abandono que comenzaba a apoderarse de mí.
Apagué el teléfono y lo dejé sobre la mesa con más fuerza de la necesaria. Intenté no pensar demasiado mientras me duchaba, tratando de sacarme de encima no solo el cansancio, sino también la angustia que se aferraba a mi pecho.
Después de vestirme con algo de su ropa, salí del departamento. Al bajar al estacionamiento, busqué su moto con la mirada. Nada.
Suspiré y marqué el número de Dani.
—Hola, Dani, ¿puedes venir por mí al departamento de Minji? —pregunté, tratando de que mi voz sonara normal.
—Claro, mándame la dirección —respondió sin dudar.
Le envié la ubicación y esperé en la entrada del edificio. Cuando Dani llegó unos veinte minutos después, subí a su auto en silencio.
—¿Y Minji? —preguntó mientras arrancaba.
—No lo sé —admití con un hilo de voz.
—¿No se quedó contigo anoche?
—Sí... pero esta mañana, cuando desperté, ya no estaba.
Sentí mis ojos arder y desvié la mirada hacia la ventana.
Dani me estudió de reojo y su expresión cambió.
—¿Discutieron?
Negué con la cabeza, porque si hablaba en ese momento, probablemente iba a romperme.
—¿Entonces? —su voz sonaba más suave ahora, más cautelosa.
Tomé aire y cerré los ojos por un momento antes de soltarlo.
—Ayer... pasamos la noche juntas.
—Lo sé —dijo sin sorpresa.
—No de esa forma, Dani —levanté la vista para mirarla—. Minji fue mi primera vez.

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Hurt - bbangsaz EDITADA
FanfictionKim Minji es trasladada a otro colegio después de haberse metido en varios problemas en el anterior. En su nuevo colegio conoce a Pham Hanni, una chica que es todo lo contrario a ella y vuelve su vida todo un caos. Al inicio la mayor tiene un gran o...