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•Contenido +18 • Itadori Yuuji
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Los gemidos resonaban en la habitación, Itadori no podía parar de mirar tu hermoso trasero rebotar sobre él, te agarraba de las caderas mientras le dabas sentones. Su cuerpo se sentía tan liberado despues de lo que acababan de pasar...
Habían esperando este momento desde en el momento en el que te sentaste en su regazo con la excusa de que "no había donde sentarse", moviendo tu parte trasera de lado a lado haciendo que Yuuji tuviera una erección.
Ahora, estaban en la habitación del joven peli-rosa, estabas montandolo tan fascinada en sus hermosos sonidos, en su agarre de tus caderas.
-D-dios nena... Lo haces tan bien...!- Itadori decía entre gemidos, sin poder detenerte ya que tenías todo el control sobre él ahora mismo, no podía hacer más que dejarte montarlo.
Sus dedos se clavaban en tu piel dejando marcas en esta, su rostro estaba visiblemente sonrojado, su cabello desordenado y su labio ligeramente rojo por morder este varias veces
-¿Te gusta, eh?- Le preguntaste mientras saltabas sin detenerte, te encantaba ver sus actitudes cuando tomabas el control.
-¡Si!... Me encanta, me encantas...
Itadori al sentir que ya iba a llegar al orgasmo, tomó tus caderas con fuerza y movió sus caderas de arriba hacia abajo rápidamente, extasiado por el placer que le dabas.
Ambos gimieron fuertemente al llegar al clímax, Yuuji te agarró de la mejilla con delicadeza y te besó de manera apasionada mientras tocaba uno de tus pechos.
Quisiste seguir aprovechando esta situación, empezando con el segundo round...
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•Gojo Satorou
Su mano se movía de arriba hacia abajo con lentitud mientras acariciaba su muslo interno, cerró sus ojos intentando pensar en la que eras tú la que le estaba dando placer en ese momento, cosa que no pudo hacer.
-Mierda... - Murmuró en voz baja mientras fruncia el ceño molesto, tenía una gran erección ahora mismo y tú no estabas para ayudarlo.
Buscó en su celular las conversaciones que habían tenido, intentando encontrar alguna conversación fuera de tono, pero eso solo lo pondría más caliente aún.
Suspiró frustrado y miró la galería del chat recordando las fotos que le habías mandado el otro día en lencería, sonrió para sí mismo y rápidamente se metió a la galería de fotos, donde si pudo encontrar lo que quería.
Su mano se movió de manera rápida al ver aquellas fotos, admirando tu cuerpo, no podía negar que te veías realmente hermosa en esa lencería de color blanco. Quería destrozarte ahora mismo.
Apagó su celular dejandolo a un lado mientras echaba su cabeza hacia atrás sin dejar de masturbarse, imaginandose las miles de posiciones en las que quería colocarte y en cómo hacer que gritaras su nombre.
Abrió sus ojos con sorpresa al verte parada en la puerta, soltó una risa y abrió sus piernas dejando al descubierto su falo.
-Linda... ¿Por qué no me ayudas con este problema, uhm?
