Darkness' Embrace |✞| Binwoo

𝐈𝐥 𝐭𝐞𝐦𝐩𝐨 𝐞'𝐬𝐜𝐚𝐝𝐮𝐭𝐨

-No...- fue lo único que aquel hombre pudo decir. Corrió hacia la puerta, pero fue imposible salir de esa habitación. El joven frente a él lo encaró, poniéndole contra la pared dejandole sin escapatoria.

-¿A dónde vas, Dong Min?

-¿Qué quieres de mí, asqueroso demonio?! ¿Qué has hecho con Bin?!- su sangre ardía, pero no sabía como explicar lo que sentía. Era furia, era sorpresa, incomodidad, eran muchas cosas que no podía aclarar.

-Esto es más simple de lo que tu cabecita estúpida puede pensar. Bin ha sido mío siempre, así como sus pensamientos, sus deseos... Tú, en específico.

-¡No tengo nada que ver en esto!- contra atacó.

-Este niño te ha deseado toda su insignificante vida, y tú... Tú también - río entre dientes mirando fijamente al pelinegro con ojos de fiera -Un hipócrita más en esta falsa creencia.

-No eres más que un sucio demonio, pero en el nombre del altísimo te iras ahora con todas y tus patrañas- se armó de fuerza y logrando apartarse de él, tomó el agua bendita a un lado de la cama y la roció en su cara, provocando que llorara por el ardor y cayera al suelo.

-No puedes conmigo, somos muchos contra ti, eres débil y no puedes.

-No soy débil, tengo un escudo que me protege.

-Así como también demonios que te han codiciado en su sueños.

Sus palabras lo dejaron un momento en el limbo, sentía como si no estuviera en la tierra, como si pudiera volar mientras una sensación extraña se apoderaba de él.

-¿Recuerdas cuando te tocabas pensando en tus maestros? ¿Recuerdas porqué te convertiste en sacerdote?- la voz susurra en su oído - ¿Recuerdas lo que tu madre te dijo cuando eras un niño?

"¡Eres un asqueroso gay, no quiero verte nunca más"

-¿Recuerdas lo que hiciste para que se molestara contigo y te echara de casa a tus 16 años?... Vamos, Dong Min... Recuerda quien eres en realidad.

Él y su compañero de clases, teniendo sexo en la sala de su casa.

Su madre entrando, encontrándose con él debajo del cuerpo de otro hombre, mientras era follado.

Los gritos, el escándalo más grande en su vida.

Sus maletas, sus días en la calle, sin nadie a su lado y luego, el cambio drástico que decidió tomar para ser amado otra vez.

-¿Ahora recuerdas que es lo que te gusta? ¿Te acuerdas... De aquellos dedos tocándote profundamente y... Acariciando tu agujero?- sin darse cuenta de lo que pasaba, aquel demonio labioso lo empezó a tocar, apartó su largos vestidos y quitó la prenda para verle con su camisa y pantalón, comenzando a abrir a aquellos sin prisa.

Lo fue llevando hacia la cama y sin dejar que aquella alma fuera consciente, le quitó todas sus prendas hasta dejarle solo la camisa blanca. Aquella con la que solía fantasear el chico y lo sabía.

-¿Recuerdas cuando te tocabas pensando el cuerpo robusto, grande con una enorme polla qué tanto deseabas para ti? Vamos, Minnie... Recuerda todo lo que eras antes que lavaran tu cerebro.

Un joven alegre, que seducia a cualquier chico de su clase, el chico más atrevido y femenino que se hubiera visto en esos días.