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Pero... Era imposible, no podía simplemente dormir para siempre... Por más que lo deseará, las cosas siempre serían iguales...

Siempre tendría que despertar.

Siempre tendría que despertar

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Estaban en los bordes de ese camino... Pero no solo eso, intente enfocar mi vista lo mejor que pude para lograr observar mejor a dos figuras más...

«¡¿Son Niñas!?»Pensé. Las observé detenidamente, no era mi imaginación, eran dos niñas, de aproximadamente 6 años; ambas utilizaban vestidos blancos con algunos detalles en tonos azulados. No podía verlas tán detalladamente por la distancia, pero juraría que eran iguales... Lo único diferente era que mientras una era rubia, la otra tenía el cabello negro. Una de ellas; la rubia,  estaba sosteniendo un objeto, no podía verlo bien, pero parecía ser una regadera de jardín... Las mire durante unos segundos pero un escalofrío recorría toda mi espalda cuando una de las niñas, siendo más preciso la de cabello negro, miró en mi dirección. Apreté mi mandíbula y pude sentir que su mirada traspaso lo más profundo de mi ser, como si en ese momento supiera mis miedos, anhelos, todo... Sus ojos azul pálido eran tan profundo que juraría que veían mi alma. Ya nisiquiera parecía que estábamos separados por aquella inmensa ventana, es como si estuviéramos cara a cara con aquella infante... Entonces dejo de mirarme y miró a la rubia que pareció decirle algo, ahora ambas me miraban. Los ojos de la rubia eran verdes, pero al igual que la otra niña, sus ojos era de un verde muy pálidos, podía jurar que no avía nadie conmigo en ese momento, solo... Eramos ellas y yo...

Repentinamente algo llamó mi atención, una de las tantas flores pareció brillar. Mi mirada cambio a las flores, no me equivocaba, parecían brillar de poco a poco, como un efecto domino, cuando la primera brillo las demás le siguieron, volví a mirar donde se encontraban las dos niñas pero... Nada, ya no avía nadie. Las busque con la mirada  desesperadamente, pero ni un rastro de ellas. Puedo sentir una repentina punzada en mi cabeza y comencé a moverme por las ventanas nuevamente esperando ver a esas dos niñas, noté las miradas confusas de Hermes y Marley sobré mí, pero por alguna razón ahora no me importan mucho, miré por una de las ventanas ubicada en una esquina de la habitación, pero nada.

Mi cabeza dolía y mucho, se sentia como sí un martillo golpeara mi cerebro constantemente. Me concentré y forcé mi vista lo más que pude para mirar atravez del cristal de la ventana, repentinamente un peso se instalo en mi hombro derecho, giré bruscamente y me tope con Hermes; estaba detrás de mí y tenía una de sus manos en mi hombro, Marley nos miraba desde la distancia aparentemente ajena a mi frustración. Repentinamente pude sentir mi desesperación se transformó en enojo puro, mire con recelo a Hermes antes de quitar su mano de mi hombro con brusquedad, el solo se quedó en silencio y colocó sus manos en su espalda de forma "Superior", «¿¡Está jugando conmigo?!»Pense molesto. Apreté los dientes y con más fuerza mis puños, justo ahora estaba tentado a golpear su rostro —Calma Alán— Hablo Hermes en un tono frío e indiferente, su voz me desconcertó, ya no era la amable y tranquila que utilizo cuando se presentó, repentinamente pude sentir como reafirmaba su apretón en mi hombro como si fuera una advertencia para mí. La presión se fue volviendo dolorosa, y la mitad de mi cuerpo comenzó a doblegarse por la increíble fuerza que estaba ejerciendo Hermes en mi hombro, yo solo lo observaba preso de la irá en mi interior, pero luego mire su rostro...

Apesar de que el utilizaba esa tonta mascara podía sentir perfectamente su mirada penetrante sobre mí , y poco a poco mis músculos se fueron relajando, no se porque lo hize, pero baje la cabeza —Bien echo— Dijo Hermes mientras aflojaba su apretón.  Mi mirada estaba clavada en el suelo, podía sentir el enojo menguar y burbujear por todo mi cuerpo «¡¿Creé que soy un maldito perro!?» aunque admito qué estaba más molesto conmigo por haberme doblegado tan fácilmente. Levanté lentamente mi vista del suelo,  y mire a Hermes en silencio, mi pecho comenzó a dolerme levemente, como si fuera oprimido por algún tipo de presión. Una enorme frustración se instalo en mí, la impotencia me invadió por completo, la frustracion de no ser capaz de responder como quisiera, la frustración de sentirme inferior.
—Mentiroso...— Susurré segado por la irá, esperando que Hermes no me escuchara... o bueno no del todo —¿Disculpa?— Inquirió esté, supuestamente confundido —Eres un mentiroso. Dijiste que no había nada afuera...— El enojo volvió a burbujear en mi, como un volcán a punto de hacer erupción —Yo no mentí, afuera solo hay un vacío de oscuridad — Respondió. Marley se acercó a ambos y me sobresalte levemente al sentir que tomo mi mano «Estaba fria» —Alán... ¿Que está pasando?, dime porfavor— Mi cuerpo se tenso y mire en su dirección, cuando sus ojos esmeralda me miraron entendí que ella aunque no lo pareciera, estaba igual de asustada y confundida que yo, un instinto primario resurgió en mi interior, ese instinto de Proteccion.  Esa sensación comenzó a relajar mi cuerpo, pero entonces mi corazón latió levemente notando la repentina cercanía entre nuestros rostros por lo que aparte la mirada confundido. Las luces comenzaron a parpadear repentinamente, lo que provocó que Marley mirara las lámparas y el candelabro, la tranquilidad que se formaba en mí se esfumó, cuando noto que a Hermes no parecía importarle nada de lo que decía o pasaba, al contrario, solo se alejo dándome la espalda, acomodando esas hojas en la mesa que se encontraba frente a lo que para mí era la recepción. — Dime qué hay afuera Hermes. ¿¡Que hay afu...— No supe cómo pero en un parpadeo Hermes estaba frente a mí, mis propias palabras se atoraron en mi garganta en ese instante. Hermes meneo su cola de un lado a otro, como un gato apunto de matar a un ratón. Marley apretó mi mano también sorprendida, y note como su cuerpo se pegaba a mi brazo «Nisiquiera... Lo vi moverse» Hermés se irgio nuevamente con aires de superioridad— Señor Alán escúcheme porfavor. Afuera, no hay nada, solo flores que El puso a forma de protección, solo hay obscuridad y nada más. Ahora...— Hermes desapareció en un segundo y al otro volvió a estar donde la mesa y las hojas — Porfavor, nesesito que respondan este cuestionario... Es sumamente importante que lean bien antes de contestar.— Intenté contradecir pero fue en bano, las palabras no me salían y fue cuando lo note... No podía moverme, mire en todas direcciones desesperado por intentar mover mi cuerpo,pero todo parecía inútil, intenté hablar con todas mis fuerzas pero simplemente no salían las palabras. Marley pareció notar lo que me ocurrirá a lo que comenzó a sacudirme, pude intuir que comenzó a asustarse cuando me llamó repetidas veces, pero yo era incapaz de pronunciar palabra. Mire a Hermes y este pareció ajeno a nuestro pánico, pero sin voltear comenzó a reír divertido—Tranquilo Alán... Puedes Moverte — Las palabras de Hermes resonaron en mi cabeza como un especie de eco y pude sentir como mis propias palabras se acumulaban en mi garganta tensando mi cuerpo y una horrible sensación de asfixia me recorrió por completo, pero al abrir la boca solo salió un enorme suspiro y mi cuerpo se relajo completamente. Repentinamente mi cuerpo se sintió debil y me deje caer al suelo, apoyado sobre mi rodilla —Marley...— Logré decir finalmente, casi como una súplica, sintiéndome avergonzado casi al segundo. Marley que estaba junto a mi, se puso a mi altura y me abrazó aliviada, tarde unos segundos en reaccionar pero correspondí a su abrazo —Estoy aquí Alán, tranquilo...— Finalmente pude girar mi cabeza agradeciendo que pudiera moverme, Marley puso una mano en su pecho y me sonrió —¿Estas bien?—Pregunto, suspiré y asentí, Marley  tomo mi mano apretándola levemente —Todo estará bien Alán, estamos juntos en ésto— Ambos nos miramos unos segundos, entonces note que era eso que avía en su mirada, ella también estaba desconfiada, aunque su actitud dijera lo contrario, sus ojos me demostraban lo asustada que se encontraba, asentí en respuesta apretando su mano. Luego ambos miramos en dirección a Hermés... —No hay que tener miedo Alán — Me susurró Marley segura de sí, su vista bacilo entre Hermes y yo —Si queremos respuestas... Tenemos que escucharlo —Dijo refiriéndose a Hermes, este mismo carraspeo su garganta a lo que ambos miramos en su dirección, Hermés estaba sentado nuevamente en la recepción. Marley me ayudó a levantarme y ambos miramos a Hermes —Como dije, nesesito que respondan ésto —Dijo empujando las hojas en nuestra dirección —Les suplico que sean cuidadosos— Hermés abrió un cajón y de ahí saco dos plumas y un pequeño recipiente de cristal cuyo contenido parecía ser algún tipo de tinta, nuevamente mi atención volvió a Hermes al escucharlo hablar:

— Después de todo, no hay vuelta atrás...








Continúa...

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⏰ Última actualización: Jan 27 ⏰

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*⁠.⁠✧-LA ENSOÑACIÓN ETERNA-∞๑'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora