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Noah era una persona tranquila y solitaria, ser una asesina a tiempo parcial, te hacía ser solitario.
Normalmente la verías en conferencias de prensa hablando de un nuevo producto o en su laboratorio, claro que nunca la verías asesinando a alguien, porque ese era el punto de ser un asesino secreto del gobierno.

Ella tenía 43 años y para su mala suerte, tenía cáncer en los pulmones.

Cuando murió, estaba sedada así que no se dio cuenta, solo sabe que despertó con tremenda hambre y sintiendo que a pesar del hambre, su cuerpo se sentía muy sano.

No tardo mucho en darse cuenta de su situación, tampoco tardo en darse cuenta de que estaban en la novela que la agencia lanzó para usarla como medio de comunicación encriptado, porque, ella siempre la leía para saber si había algún "trabajo" en su área.

Acarició su rostro mientras se veía en el espejo, era simplemente hermosa.

Sintió que si esto era real o un  sueño muy vivido igual disfrutaría de su salud

No trataría de cambiar la trama porque ya había terminado la novela pues ella estaba viviendo en una pequeña habitación compartida con una estudiante que necesitaba ayuda para pagar la renta y era lo único que su pequeño sueldo le permitió pagar a la propietaria origina.

Una alarma sonó con fuerza, miro el reloj 6:30.

Su compañera de habitación despertó perezosamente, pasó su mano por su cara y bostezo, luego al darse cuenta de que era observada se sonrojo, tomo sus lentes de la mesita de noche a su lado y se los colocó.

_Buenos días señorita Eloísa.
_... Buen día.

Noah no sabía su nombre así que simplemente se puso de pie, tomo una toalla y se fue a duchar, cuando salió la niña entró apresuradamente, decidio ignorarlo y se vistió, una sudadera gris, pantalones jeans y unos converse.

Luego de dar una mirada a toda el área que supuso era suya encontró un portátil, lo tomo.

Luego de encenderlo rápidamente descifró la contraseña, reviso cada archivo guardado y luego pensó unos segundos, reviso su cuenta bancaria que solo tenía 200 dólares y con tranquilidad invirtió 100 dólares en Bitcoins.

Tomando el efectivo que encontró en una cartera, el teléfono móvil y una gorra, salió de aquel apartamento.

Usando el GPS del móvil empezó a caminar camino al bar donde trabajaba, al llegar le fue fácil encontrar al gerente y tranquilamente le informo que ya no trabajaría ahí.

El gerente parecía ser alguien comprensivo y decidió darle su liquidación, 300 dolares.

Muy tarde Para Cambiar Algo| PAUSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora