Una Simple Vida Común

Capítulo 3

Es un nuevo día en la gran ciudad, un joven está con su madre y hermanos menores manejando directo a la Universidad, el muchacho que está platicando con su madre se ve un poco nervioso y alterado.

– No quiero que ese maestro nos de clase, siento que será mucho dolor de cabeza para tenerlo 2 horas completas de clase en 3 días seguido – agachando la cabeza lo comenta y la madre dice – Mark si tienes ese tipo de actitudes todo en la vida será peligroso y aburrido, mejor relájate y deja que las cosas fluyan, de seguro ese maestro no es tan malo como dicen – la madre poniendo los pies en la tierra opina sobre el profesor – Bueno tú no estás en la escuela para decir eso mamá – Mark responde con un poco de enojo y la madre le dice con calma – Mark tengo 38 años, yo ya viví tu época, no todos son así, solo los alumnos reprobados opinan así de él ¿verdad? – comenta la madre con una sonrisa, el hijo mayor solo da un suspiro por la veracidad de su mamá, los niños pequeños que están en los asientos traseros se levantan y se acercan a su hermano mayor.

– ¿Apoco Mark ya está reprobado? Apenas es Agosto y mamá ya está enojada contigo – el menor lo dice con tono de burla, el mayor responde mientras voltea a verlo con una cara algo graciosa para el menor – No estoy reprobado solo estoy siendo…. Precavido con mis clases a diferencia tuya que deberías estar haciendo tu tarea junto con Aylin – los hermanos miran a la niña que está mirando el teléfono de su mamá y el hermano pequeño dice enojado – Mamá ¿por qué ella si puede ver el celular y yo no? – el menor le pregunta a su madre que se ríe por la pregunta y responde – Ella puede verlo porque no se pelea en las clases por una simple bolsa de frituras – el niño solo cierra su boca y se vuelve sentar viendo a su hermana con un poco de envidia y ella le saca la lengua mientras le enseña como juega con el teléfono. Mark le sonríe a los pequeños y la familia llega a la Universidad, el hijo mayor baja del auto y la madre dice al ver a su primogénito – Nos vemos en la tarde hijo si tardo en llegar es porque estoy en la Secundaria, no tardaré mucho en venir por ti – la madre se despide y se retira del lugar.

Mark observa como su madre y sus hermanos se van, verifica sus bolsillos y entra a la escuela con tranquilidad. Saluda a los guardias y busca su salón de clases, sube por las escaleras encontrándose con un compañero de salón saludándolo para decir – Mario ¿por qué no viniste ayer? Ayer Claudia se quedó sola en el salón – el mencionado voltea a ver a su compañero de clase y responde sin mostrar nada de interés – ¿Te debe de importar eso? Solo no vine porque tenía cosas importantes que hacer – pasa de lado de su compañero y baja por las escaleras sin decir nada más – ((Ni un simple hola al menos)) – Mark sólo lo ignora y avanza a su salón de clases, entra y se encuentra con Claudia que está mirando la misma revista del día de ayer, que por lo que alcanzamos a ver es de una venta de perfumes y aretes.

Ella al sentir su presencia lo saluda – Hola Mark, viste que tengo razón al llegar más temprano que tú – con una sonrisa le demuestra que sus promesas son más que reales – Si ya me di cuenta, espero que le hayas entendido a la tarea de la maestra Juana, honestamente no entendí mucho de lo que dijo – recalca mientras se sienta y busca una libreta en su mochila a la vez que la joven se voltea para verlo y responder – Estuvo algo fácil, solo era de usar un poco el cerebro, ni que fuéramos al ejército hacer un trabajo de vida o muerte – Claudia le comenta con una sonrisa, Mark solo suspira de forma pesada y saca sus cuadernos de su mochila al igual que Claudia.

La joven antes de sacar su lapicera mira a sus alrededores vigilando que nadie la esté viendo.

Se voltea por completo y pone la lapicera que tiene orejas de gato de color negro en el mesa banco de Mark, el joven sólo la mira a los ojos comunicándose de forma especial y la joven dice – …Me la compré ayer al salir de la escuela – con una pequeña sonrisa le presume su lapicera, el joven la toma y la analiza – Viendo esta cosa puedo deducir que te gustan los gatos, especialmente los de color negro – Claudia asiente y dice – En mi casa tengo a una pareja de gatitos que me encontré en la calle, mi mamá no los quería, pero los mantuve en secreto por varios meses. Hasta que ella los encontró en mi armario – su tono de voz se hace más bajo mientras habla y Mark comenta – En mi caso solo tengo perros, aunque hace unos días se murió, se llamaba “el Jackie” ese perro si era de la élite – con nostalgia se lo comenta – ¿De la élite? ¿A qué te refieres con eso? – la chica pregunta con curiosidad – Me refiero a que ese perro era cachorro de un perro de la Policía o algo así, era un cruce de un perro Dóberman y un Rottweiler la cosa es que fue el único de su camada que logro vivir tantos años hasta su muerte natural – la joven se sorprende un poco por la curiosa historia del perro – ¿Y no te gustaría tener un gato? – pregunta con una sonrisa, el estudiante se aleja un poco y responde – ¿Qué si quiero gatos?... No creo que me dejen tener uno, mis hermanos menores tienen asma, y cosas como el pelo de las mascotas les afectan mucho – Claudia se desilusiona un poco por la respuesta y dice con calma – Está bien, no es tú culpa que ellos tengan eso, entonces voy a buscar posibles dueños para los gatitos – la joven se voltea cuando la maestra ingresa al salón de clases junto con varios compañeros de clase.