Bus Stop | ˢᵃᶰᵍᶜᵒᵇ

이상연³

Miércoles

Podría decirse que su mañana corría casi de maravilla si no fuera por un pequeño pero importante detalle. Hoy Jacob no se encontraba en la parada.

Fue algo realmente extraño para él, puesto que lo veía todos los días sin faltas. Dentro del bus consideró sacar su celular y mandar un mensaje, pero a último momento se retractó de hacerlo. No era que no le preocupara el chico, solo que tal vez le parecería algo extraño, no había pasado ni un día entero desde que consiguió su número de celular y ya le estaría mandando mensajes. No quería asustarlo apresurando las cosas.

—¡Lee SangYeon! —Una mano se movió cerca de su rostro para sacarlo de las nubes. Con un pequeño sobresalto volvió a la realidad cayendo en cuenta de varios pares de ojos que lo observaban—. Has estado muy distraído desde temprano, ¿qué te mantiene tan preocupado?

—Lo siento, entrenador, sólo no he dormido muy bien —mintió para evitar que algunas miradas de reproche lo siguieran viendo—. No volverá a pasar.

Se quedó en completo silencio escuchando las indicaciones del entrenador sobre cómo sería la formación para la siguiente jugada. Debía mantener su máxima concentración en ello si no quería decepcionar al equipo. Al entrar a la cancha y con el silbato del árbitro dando por finalizado el minuto que habían pedido, fue cuando su mente se desconectó del mundo exterior.

Solo eran él, sus compañeros de equipo y sus rivales con cinco puntos de ventaja para ellos. No debían distender la parte defensiva si no quería que los contrarios dieran vuelta el partido. Gracias al esfuerzo del equipo, lograron que el partido terminara con una ventaja de doce puntos.

—Buen partido, chicos —celebra YoungHoon una vez concluida su primera victoria.

—¿Has visto ese maravilloso triple? —Preguntó HyunJae al ver llegar al más alto—. Te lo dediqué a ti.

—Se nota que se lo dedicaste porque fallaste —se burló JuYeon.

—Luego yo soy el de la mala puntería.

Debían esperar que las demás escuelas terminaran sus partidos para ver quiénes serían sus próximos oponentes, por lo cual decidieron matar tiempo recorriendo las demás canchas y ver los demás deportes.

Las personas iban y venían de un lugar a otro y los alientos de las escuelas hacia sus respectivos equipos llenaban el lugar. El ambiente, aunque muy competitivo, era agradable. Ver y sentir cada victoria de los equipos como algo propio y cada derrota como una enseñanza para seguir creciendo.

Los cuatro iban a paso tranquilo charlando de varios temas y disfrutando la jornada, pero se vio interrumpida cuando HyunJae, quien iba distraído, tropezó contra un chico.

—Oye, ¡¿qué te sucede?! —se quejó un joven un poco más bajo que ellos desde el suelo.

—¡Lo siento mucho! —La culpa no tardó en aparecer para el castaño quien rápidamente le tendió una mano—. ¿Te encuentras bien?

—Sí... si no fuera por un tonto que no observa su camino —cuando el desconocido se dispuso a levantar su mirada luego de sacudir la suciedad de su uniforme sus ojos se iluminaron—. No puedo creerlo, ¡eres el chico que bailó genial ayer en el arcade!

—Oh, gra... —y antes de que HyunJae siguiera hablando, el joven que acababan de conocer pasó velozmente a su lado para situarse al frente de JuYeon— ... cias.

Lo siguiente los tomó por desprevenido a todos por partes iguales.

—Realmente te admiro, ¿vas a alguna academia de baile? Apostaría que eres uno de los principales, ¡tus pasos son tan asombrosos! Yo también sé bailar, aunque no creo que logre competir contra ti, sigues el ritmo de una manera tan fluida que es casi hipnótico —el chico hablaba de manera apresurada y daba pequeños saltitos de vez en cuando, al mismo tiempo que JuYeon trataba de procesar todas las palabras dichas del joven—. ¡Oh! Casi lo olvido. Mi nombre es Eric, por favor, cuida bien de mí.