Felix cayó del tobogán a la piscina y al hacerlo nuevamente despertó de un salto con el corazón suficientemente agitado para que llegase a sentir que podía salirse de su pecho con cada latido, su respiración también estaba alterada como si sus pulmones lucharan por tener al menos una bocanada de aire, no sabía por qué ese sueño lo alteraba de una manera tan exasperada.
Después de tranquilizarse durante unos minutos, pasó una de sus manos por su cabello castaño, tomó su teléfono percatándose de a hora, 5:45 a.m. Suspiró con pesadez y de la misma manera se levantó de la cama para arreglarse e ir a la escuela.
Como todos los días, antes de irse al colegio besó la mejilla de su madre con cariño y de la misma manera se despidió de su hermana mayor, Rachel. Su rutina era sencilla, nada fuera de lo común que realizaría cualquier chico de diecisiete años, consideraba que a pesar de todo su vida no era tan difícil, tenía una madre increíble, una hermana mayor a la que adoraba, su padre de alguna u otra manera estaba presente en su vida y por supuesto que no podía faltar sus amigos, Hyunjin, Seungmin, Han y Jeongin era a los únicos que llegaba a considerar como sus amigos, y no era porque no tuviera más, sino que difícilmente podía llegar a tener tanta confianza en alguien. Lo que más le gustaba de ir al colegio era verlos, jamás se imaginó cómo sería su vida sin ellos porque formaban parte de él, de su vida.Al llegar al colegio tomó asiento en su lugar a esperar la llegada de sus amigos. El primero en llegar, como siempre era Seungmin al que como costumbre recibía con un abrazo, en seguida llegaba Hyunjin y Han, al último llegaba Jeongin. Sus días en la escuela eran buenos gracias a ellos, disfrutaba de su compañía y la manera en que todos se incluían, era el grupo perfecto en el que todos quisieran estar, eran unidos, serios cuando fuera necesario y claramente parecían compartir la misma neurona entre los cinco.
[...]
- Entonces... ¿Hoy después de la escuela nos vemos en la Starfield? - Preguntó Hyunjin a los cuatro restantes.- Pues sí, eso habíamos dicho desde el otro día. - Habló Seungmin, quien estaba sentado en la butaca que estaba detrás de la de Jeongin, en donde comúnmente se llevaban acabo sus "conferencias" o así las llamaban ellos.
- Pero, ¿ya pediste permiso, Felix? Porque siempre te decimos con anticipación y nunca pides permiso con tiempo. - Volvió a hablar el rubio.
Felix suspiró con pesadez poniendo los ojos en blanco.
- Sí, sí pedí permiso. - Hizo una mueca de disgusto en forma de broma. - Por una vez que pasó ya no me la van a perdonar...
- ¡Es que no solo ha sido una vez! Ya van varias veces que lo haces. - Han habló más fuerte de una manera exagerada, aunque parecía broma era un reclamo.
- Es que también ustedes, se me olvida y no me recuerdan. - Le respondió Felix de la misma manera pero con un puchero en los labios.- ¡Bueno, bueno! Lo importante es que pidió permiso. - Jeongin interrumpió la platica que estaba ocurriendo al rededor de su butaca. - Lo más importante es, ¿qué vamos a hacer? Ya conseguimos el permiso y todo pero no hay plan.
- ¡Hay que asaltar un banco! - Seungmin se paró de su silla con entusiasmo, ante esto los demás se rieron.- ¿Cómo vamos a asaltar un banco, Seungmin? - Mencionó entre risas el peliazul. - ¡A penas y podemos pedir algo sin que les dé pena!
- Pues así, llegamos, les apuntamos con la pistola y le decimos: "arriba las manos, esto es un asalto". - Felix trataba de no reír mientras hacía la interpretación de sus palabras. - Robamos el dinero y con eso nos vamos a Japón.