Furia

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Cristian:

Había salido por la noche a tomar unas copas después de haberme peleado con Kate, esa chica estaba sacándome de mis casillas, no perdía oportunidad para hacerme saber que quería casarse y hacer una familia. La quería si, pero aún no estaba listo para dar ese paso, y menos con ella, en el fondo sabía que no era la mujer de mi vida y por Dios estábamos muy jóvenes, sólo teníamos 19 años y ella ya quería atarme, no conocía a su familia pues me había dicho que vivían muy lejos y aunque insistí en visitarlos ella se negaba rotundamente alegando que había peleado con ellos años atrás y desde entonces no sabía de ellos. Todo con ella era demasiado confuso, y tal vez era ese el motivo por que no me animaba a hacerla mi esposa.

Estaba a punto de irme, cuando vi llegar a Barbara, esa chica era demasiado linda, con su cabello largo,castaño y chino, esos ojos color esmeralda en los que podías perderte, una cautivadora voz y una luminosa sonrisa, sin mencionar su cuerpo de infarto.

Estaba divagando con ella que no me di cuenta que venía acompañada y al parecer muy bien, venía con un niño pijo de su edad y por alguna extraña razón eso me molestó de sobremanera, era extraño pues sólo llevaba un mes conociéndola y la había tratado muy poco, sólo en las secciones de guitarra que me había ofrecido a darle.

Iba camino a la salida cuando vi llegar a Kate, estaba por acercarme a disculparme por mi comportamiento cuando un tipo se interpone en mi camino, se acerca a ella; la toma por la cintura y la besa, estaban besándose! Ella estaba poniéndome el cuerno y no con cualquier chico, era nada más y nada menos que Thomas Smith, como lo odiaba, y ella lo sabía.

No iba a hacer una escena, realmente no me dolió verla besando a otro, de alguna forma me aliviaba saber que tenía una manera de terminar nuestra relación, así que sólo saque mi celular, le hice una foto y me aleje.

Y valla que fui muy oportuno por que justamente en ese momento el chico con el que estaba Bárbara la estaba jaloneando y le decía que había hecho una apuesta para llevársela a la cama esa noche. Y eso si que me hizo rabiar, ver su cara asustada y derramando lágrimas.

Ese hijo de puta estaba lastimandola y no me pude contener e interviene.
-Puedes volver a repetir lo que le dijiste a bárbara?

-Quién eres para venir a molestar a mi chica y a mí?- dijo el idiota sin inmutarse, era notable que era más fuerte y grande que el y en mi ventaja estaba el hecho de que él estuviera borracho.

Sólo suspire y le conteste:- hasta donde tengo entendido ella no es tu chica así que suelta si no quieres que las cosas se pongan feas.

El la solto y empezó a reírse y en un momento de descuido en el que me mantuve observando a Bárbara me lanzó un puñetazo en la mandíbula, Bárbara sólo hizo una expresión de horror, pero a mi no me importo, tan sólo sonreí y le dije:- Bien amigo, es mi turno.
Y de un golpe lo tire al suelo.

Al voltear observe a Bárbara y le dije :- Estas bien? sólo asintió.- vámonos te llevaré a casa.-le dije.

El camino a su casa fue bastante callado no quería abrumarla, se veía en shock. Al llegar ella me agradeció y bajo del auto, pero no la dejaría así, por ello también baje y la acompañe hasta la puerta.

-Gracias, no sabría que hubiera pasado si no llegas, pareciera que me sigues y estas ahí cuando te necesito como un ángel.- dijo ella sonrió de manera débil.

A lo que yo contesté:-Tal vez no estés tan equivocada. Es hora de que entres, hace frío y debes de estar cansada.
Al parecer no le tomo mucha importancia a mi comentario pues no dijo nada, pero en realidad eso pensaba ser, su ángel, cuidarla y si era posible hasta de mi.

-si, gracias una vez más-dijo y cuando se iba a ir regreso a darme un beso en la mejilla, pero en ese momento yo volte y nuestros labios se rozaron, pero eso fue suficiente para que una electricidad me recorriera, ella también lo sintió lo supe por su mirada, así como también me hizo ver que ahora aunque quisiera no podría sacarla de mi cabeza.

Tratando de mejorar el ambiente sólo le sonreí y dije que nos veríamos mañana.

Ahora que sabía que la quería para mi, y que no podría alejarme de ella, lleno de furia volví a la disco, tenía un asunto pendiente por terminar.

Aunque ese era el menor de mis problemas, sabía que tenía que decirle a Rodrigo lo que sentía por su hermana y ahí si arderia Troya, y me enfrentaría a la furia de su hermano.

Después del cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora