Final.

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Jungkook iba manejando hacia el hospital mientas Jimin chillaba del dolor y decía cosas incoherentes.

—¡Apúrate! —gritó Jimin mientras algunas lágrimas salían de sus ojos y se deslizaban por sus mejillas ya húmedas de estas.

—Tranquilo Jim, ya falta poco —quedaba solamente una cuadra para llegar al lugar.

—Como quieres que me tranquilice si tengo a tu cachorro aquí adentro que quiere salir así que hazme el maldito favor de apurarte —Jimin casi gritó.

Una vez que llegaron al hospital, el alfa ayudó al omega a bajar del auto, entraron al establecimiento y rápidamente atendieron al rubio y se lo llevaron al quirófano para realizar la cesárea.

Jungkook se puso la ropa correspondiente y entró a la sala para estar con su omega.

En todo el procedimiento Jimin estuvo mirando la luz del techo mientras con una mano sujetaba la de su alfa que se encontraba a su lado derecho mientras la apretaba fuerte casi dejándola roja.

Se repetía que todo estaba bien, que todo estaría bien. Que por fin después de tantos largos meses tendría a su bebé en sus brazos.

Mientras que el alfa pensaba lo mismo, pensaba que pronto tendría a su cachorro en sus brazos. A ese cachorrito que le habló por meses a través del vientre de su omega.

Un potente llanto los sacó de sus pensamientos a ambos.

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Jimin abrió lentamente los ojos y rápidamente pensó en su cachorro. Lo último que había escuchado era su llanto. Escuchó un suave quejido así que miró de donde provenía y encontró a Jungkook sentado con un bultito de mantas en sus brazos.

Su alfa le sonreía al cachorro mientras que este dormía pacíficamente.

Jimin rápidamente quiso sentarse pero un dolor se posó bajo su vientre, a lo que soltó un quejido.

Jungkook al escucharlo, rápidamente subió la mirada para ver a su pareja.

—Jimin —dijo alegre mostrándole una de sus hermosas sonrisas—. Espera, no te muevas te vas a lastimar —seguido de eso se levantó de donde se encontraba sentado y se acercó lentamente hacia su omega, con su bebé.

Jimin en ese momento desbordaba de felicidad. Por fin tenía a su pequeño bebé.

El omega estiró sus brazos y dejó que su alfa dejara a su bebé en ellos. Cuando lo tuvo en sus brazos lo acomodó contra su pecho de manera protectora para así darle calor, mientras que Jungkook se sentó a su lado en la camilla donde se encontraba Jimin.

Era precioso, tan delicado y pequeñito. Tenía su piel cremosa y unas largas pestañas que acariciaban sus redondos cachetes. Su nariz era como un pequeño botoncito mientras que sus labios eran de un color rosado. Vestía un conjuntito amarillo y un pequeño gorrito del mismo color que ocultaba su, poco, suave y lacio cabello castaño. En sus piecitos traía puesto los zapatitos de lana que Jungkook le había regalado cuando Jimin estaba en el tercer mes.

Un leve aroma a canela desprendía del pequeño.

Jimin lo admiraba como si fuera un ángel. Mientras que Jungkook hacía lo mismo.

—Es precioso —susurró el omega mientras que con su dedo acariciaba la carita del bebé.

—Si, ¿verdad? Mi cachorrito es precioso —respondió Jungkook mientras lo miraba con un brillo en sus ojos que solo demostraba felicidad y amor.

Después de estar un tiempo admirando a su bebé recordaron que todavía no habían elegido un nombre para él, pero Jimin ya tenía pensado uno pero primero quería saber si su alfa tenía uno.

—Jungkook, no decidimos el nombre del bebé.

—Oh, cierto. ¿Tienes uno en mente que te guste?

—Si, Jungmin. Lo vi hace unos días por ahí y me gustó, le podríamos decir Minnie, nuestro pequeño Minnie —dijo mientras sonreía.

—Me gusta —dijo para después abrazar a su omega y dejar que este se acostara en su pecho mientras que él tenía a su bebé en sus brazos acunándolo.

De un momento a otro el cachorro despertó, lentamente abrió sus ojos acostumbrándose a la luz. Sus ojos eran grises, así que más después sabrían de que color eran.

—Hola bebé, soy mami —dijo Jimin entusiasmado.

El bebé solo lo miraba con sus grandes ojos grises.

—Hola bebé, soy papi —dijo ahora Jungkook al lado del omega.

El cachorro giró un poco la cabeza y ahora miraba a su papá.

Los dos admiraban a su bebé que los miraba curioso.

—Bueno, creo que valió la pena todo el dolor que me causó este pequeño —Jimin soltó una suave risa.

Parece que a Jungmin le causó gracia lo que dijo el omega que mostró una pequeña sonrisa, casi como una muñeca, notando así el casi parecido de su sonrisa.

Alfa y omega sentían derretirse de ternura. Adoraban a su pequeño bebé que tan solo tenía horas de nacido.

—Te amo mucho, omega. Gracias por darme un precioso cachorro —luego de decir esto se acercó y le dio un suave beso en su frente.

—Yo también te amo mucho, alfa —le dio un beso pero en los labios, se separaron debido a que el pequeño Jungmin agarró en un puño un poco de la bata de Jimin—. A ti también te amo Minnie —dicho esto se acercó y le dio un beso en su mejilla.

Fin.

¿kook?  ᡴꪫ  kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora