Bath

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/One-Shot/

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El cálido vapor del agua caliente fue lo primero que sintió al abrir la puerta, Aquino se adentró al baño dejándose abrazar por la sensación de la habitación gracias a la tina caliente que le había preparado su novio. Una vez comprobó la temperatura del agua (ni muy tibia, ni hirviendo) empezó a desvestirse, tomándose el tiempo necesario para no forzar de más a sus cansados músculos.

Ya desnudo se dispuso a entrar con mucho cuidado a la tina. Sus pantorrillas ardieron por un momento al flexionar las rodillas haciéndolo formar una mueca, sintió el agua caliente cubrir su cuerpo a medida que se sentaba, la cálida sensación calmando levemente la tensión de sus músculos relajando todo su cuerpo. Soltó un largo suspiro de alivio ante la comodidad de la bañera.

Hace poco había retomado el gimnasio y todavía no estaba del todo acostumbrado a ese nivel de actividad física por lo que su pobre cuerpo volvía a casa bastante demacrado luego de cada sesión. Con la diferencia de que hoy Duxo ya esperaba que Aquino volviera hecho mierda, por lo que recibió al castaño con la bañera caliente para aliviarle un poco el malestar muscular.

Un par de golpes se escucharon en la puerta- ¿Amor, puedo entrar? -se escuchó del otro lado la voz del mayor.

-Sigue -respondió el castaño hundiéndose hasta el cuello en el agua.

Duxo abrió la puerta entrando con un vaso de agua y una pastilla en la mano, se acuclilló junto a la tina y depositó un beso en la cabeza de su novio- te traje un acetaminofén, a ver si se te pasa el dolor -dijo con voz dulce.

Aquino recibió la pastilla para tomarla y bajarla con el agua- gracias, de verdad necesitaba esto -habló suavemente acariciando brevemente el cabello de Duxo mojándolo un poco en el proceso, aunque al pelinegro no pareció molestarle, por el contrario inclinó su cabeza a la caricia.

-Me alegra que te gustara -tomó entre su mano la mano de Aquino acariciando sus nudillos- tus quejas de flojo ya me tenían un poco arto, ¿sabes?- salpicó un poco de agua a la cara del menor con su mano libre.

Aquino se sobresaltó sentándose en la tina, ahora el agua cubriéndolo hasta los pectorales- ¿A quién le dices flojo? Flojo -salpicó de vuelta a Duxo mojando su camisa y parte de su bermuda, luego lo tomó de los hombros y lo jaló hacia él, haciendo como si lo fuera a meter al agua.

-¡No, no! ¡Aquino, quieto! -el mayor se aferró al borde de la tina para no mojarse más, su novio solo se carcajeó mientras lo soltaba- pendejo -le dio un golpecito en la frente con su dedo.

-Me traes -dijo tomando el rostro de su novio entre sus manos atrayéndolo para juntar sus labios. Duxo rodó los ojos soltando una leve carcajada entre los labios de Aquino finalmente correspondiendo al beso.

Lo que más querrían ambos en ese momento era compartir la tina, acurrucarse y abrazarse juntos bajo el agua hasta que los dedos se les arruguen y el agua se enfríe. Sin embargo, lastimosamente, los dos no cabían en la pequeña bañera (ya lo habían intentado antes), por lo que se conformarían besándose y acariciándose con Duxo fuera de la bañera.

Una vez se separaron del beso el mayor se inclinó sobre el cuello de Aquino depositando tiernos besos y lamidas juguetonas mientras su mano acariciaba la acaramelada piel de su novio, delineando con sus dedos la mandíbula bajando suavemente por sus clavículas hasta llegar al pecho del menor.

-Ya te estás poniendo más fuerte -susurró Duxo en el oído de Aquino presionando y acariciando con su mano los duros pectorales del castaño- esto antes era más blandito.

Duxino MayhemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora